Casi a mediados de junio, con un tiempo ligeramente inestable, la primavera aún deja sentir sus últimos coletazos. Atrás quedaron las intensas lluvias y los cambios bruscos del ambiente. La política sigue su curso, tras el éxito de la moción de censura, con un conjunto de condiciones y circunstancias propio de un Congreso de los Diputados muy fragmentado.

Parece que la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado suele traer algo de calma, recuperándose un poco de paz y tranquilidad en la forma de actuar. La buena marcha de la economía es fundamental para aumentar el bienestar. Lo cierto es que el periodo de tiempo que se avecina no será precisamente una balsa de aceite, sino que, por el contrario, las divisiones y las dificultades políticas para alcanzar acuerdos estarán seguramente a la orden del día.

Contar con una Ley de Presupuestos, que incluye la totalidad de los gastos e ingresos del sector público estatal, facilita el desarrollo de la legislatura, con los inevitables sobresaltos de las noticias de actualidad. Poco más o menos sobresaltados continúan en Cataluña a base de enfrentamientos provocados por el separatismo. Por ahora, a pesar de ofrecer diálogo, parece que los separatistas se empeñan en retardar o dificultar el normal desarrollo de las actividades políticas, económicas y sociales catalanas, dentro del marco constitucional y estatutario, poniendo frente a frente a los mismos catalanes.

El partidismo separatista se inclina a favor de sus propios provechos y beneficios a diario con preferencia a los intereses generales. Conviene recobrar el sentido a toda costa.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios