Toros y toreros de hoy y de ayer

Hasta El Africano, en 1720, los toros eran lanceados por diestros montados a caballo

Mientras esperamos a ver qué hacen Picardo y los picardianos de la quinta columna, y si ponen o no la verja en El Toril, en La Chullera o en las cimas de la sierra de la Luna, la feria de La Línea se termina y en los papeles se empieza a hablar de la de San Roque sin que todavía esté claro (o al menos yo no lo tengo claro) si hay toros o no hay toros. No deja de ser curioso que se cuestionen en uno de los territorios más taurómacos del mundo. Se dice que en la sanroqueña plaza de Armas, se dio el primer pase de muleta; lo recuerda una placa y lo dio el innovador torero Manuel Ballón El Africano, que era de Sevilla y había tenido una vida muy agitada hasta acabar víctima de la Inquisición. Fue el 16 de agosto de 1720, a poco de inventarse la ciudad por parte de los gibraltareños expulsados de los bajos de la roca por la fuerza. La aventurera historia de Ballón, que a partir de lo sucedido en las arenas de San Roque fue aclamado en las más importantes plazas de su tiempo, tiene su rincón en el museo taurino Antonio Ordoñez de Málaga.

Hasta El Africano los toros eran lanceados por diestros montados a caballo. Esos precedentes sitúan en el tiempo, el rejoneo por delante del toreo a pie. Por mano de un torero nacido en estos pagos, que Dios guarde; en la provincia que cobija la ruta del toro y alberga a algunas de las ganaderías bravas más importantes del orbe taurino; se cortó la primera oreja de la historia. Fue en el día 29 de octubre de 1876 y se la dieron a José Lara Chicorro, que nació en Algeciras el día de San José de 1839, alternando en Madrid con Lagartijo y Frascuelo. La oreja era de un toro de Laffite, de nombre Medias Negras. Según las crónicas "saltó a la garrocha magistralmente; luego dio el quiebro a cuerpo limpio arrancando la divisa; clavó tres pares de banderillas, dos de ellos de a cuarta, admirablemente; pasó de muleta con arte y estrechándose, pinchó una vez y luego, ejecutando la suerte con singular limpieza, dio una gran estocada que tumbó al bicho hecho una pelota".

También fue un torero algecireño el que popularizó la suerte de matar recibiendo. "Este hombre del casino provinciano que vio a Carancha recibir un día", escribió Antonio Machado entre versos de su Del pasado efímero. José Sánchez del Campo Cara-Ancha nació en Algeciras el 8 de mayo de 1848. José buscaba alguna originalidad y recuperó la forma de estoquear recibiendo al toro, que parece inició, un siglo antes, más o menos, el legendario matador rondeño Pedro Romero.

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