Análisis

Tacho Rufino

Piensa localmente: en tu buchaca

Los supuestos empresarios afectos al poder de turno, por ejemplo en Madrid, son una lacra del sistemaUn corretaje enchufado en plena urgencia nacional es presuntamente golfo

El lema ecologista Piensa globalmente y actúa localmente comienza a difundirse en los años 70, y, como todo lo que tiene éxito, es reclamado por varios padres: fundadores de asociaciones conservacionistas, políticos verdes alemanes, ya en los 80; conferenciantes del incipiente asunto o escritores futuristas. Mucho antes, a principios del XX, adelantados de la planificación urbanística ya hicieron bandera de esa idea, aunque no escribieran literalmente Think Global, Act Local, como reza la frase original en inglés. Por ejemplo, Patrick Geddes, que era polímata (sociólogo, biólogo y otras cosas, aunque no arquitecto), abraza el concepto implícito en tal lema en su obra Ciudades en evolución (1915): "Lo local no es una antigualla del viejo mundo, sino que se logra sólo mediante la comprensión y cuidado del entorno, que está en relación permanente y activa con la vida natural de cada lugar". Pero este introito habla de cosas excelsas comparadas con el objeto de esta pieza, que también va sobre lo local y lo global, pero en cutre, en Españistán. Bajemos la pelota al césped, como se dice en fútbol. Más bien la bajaremos al barro, y hasta al lodo de cierta vida política española, y sus cómplices necesarios. Gente que piensa globalmente (una pandemia mundial) y actúa localmente (¿hay algo más local que la propia buchaca?).

Sí, sí; recordemos la presunción de inocencia ante operaciones que huelen a ventajista desde lejos, perpetrados en un país donde rige, para nuestra suerte y, a veces, nuestra rabia, una justicia garantista. Debemos tragarnos el sapo de presumir la inocencia de un piernas que consigue cercanía a un político poderoso, ante rarísimos contratos de suministro público. Uno que se forra con un corretaje ultramillonario y desquiciado por precio y por porcentaje, en una importación de artículos de primerísima necesidad e histórica urgencia nacional. Reconozcamos que la práctica corrupta y criminal -inocentemente presunta criminalidad, diría un aficionado a Groucho- es la excrecencia de un tercermundismo español que no muere: y no de izquierdas ni de derechas. El "y tú, más" apesta. Este cante ácido viene de los enanitos militantes de tropa, que entonan su "ayvó, ayvó, los tuyos toavía más". Pero igual de peor es la actitud de quienes, con su partidismo pandillero, aprovechan que ahora son los satélites -hermanos, cuñados, coleguitas de pádel o testaferros de segunda línea y más a cubierto- del PP, del PP madrileño para más señas, quienes se compran Ferraris junto a narcos y futbolistas, para acusar a la derecha de ladrona congénita. Como si en la órbita socialista y más allá no hubiera escándalos (y casi nunca penados, ay la inocencia presunta). Les voy a evitar los nombres de los agraciados de aquí y de allí, y los de sus despitadísimos parientes y afectos que ostentan cargos de gran capacidad de decisión y manejo. La vergüenza va por barrios, y es la misma. "Niño, tú estate al loro en general, y trinca para tu bolsillo particular, ya hablamos". Y que perdonen el parafraseo Patrick Geddes y Petra Kelly, que en paz descansan ambos.

Mientras, en un etéreo pazo sin puerta de entrada ni salida, sin decir ni sí ni no, un candidato conservador de gran experiencia y éxito estratégico tiende la mano -olé- al antagónico presidente vigente, tras haber sido laminado su predecesor -un peso pluma, a su lado-, y ver como los cantimpalos afectos salpican en Madrid a sus enemigos/as interiores. A Feijóo se le ponen las bolas como a Felipe II. ¿Sabrá él dar ejemplo de calidad institucional, ese grial de la dignidad nacional? Y, ¿somos conscientes del impacto de estos sucesos sucios en la UE rica, que ahora teme, y mucho, por sus propios suministros básicos nacionales, y sus presupuestos?

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios