Análisis

rogelio rodríguez

Aprendiz de brujo y de Mariano Rajoy

De la socialdemocracia europeísta que lideró González a este PSOE media la llanura abisal

Un día sí y otro también, Pedro Sánchez logra cuadrar el pintoresco círculo de su exuberante presencia mediática. Carece de parangón, como presidente del Gobierno, del que casi todo está dicho, y como secretario general de un PSOE del que se jacta de haber refundado a imagen y semejanza, a costa de manipular con temeridad el ideario del socialismo tradicional y eliminar del cuadro de mandos a toda la disidencia que se atreva. Su puño de hierro en el reajuste del aparato interno contrasta estos días de pasión preelectoral con una sobrevenida y proverbial flexibilidad para ofrecer pactos futuros a los grupos independentistas, a lo que quede de Podemos, al ingrato Ciudadanos y al mismísimo PP de Pablo Casado. Salvo Vox, no hay prenda que le duela.

El onanismo intelectual del líder socialista es inconmensurable. "Felipe González es referente de una sociedad que ya no es. Ahora nos toca a otros", afirmó Sánchez con decorativa arrogancia la noche del pasado viernes en la presentación, en Madrid, del libro Manual de resistencia, escrito "a cuatro manos" con su amanuense Irene Lozano, secretaria de Estado de la España Global, singular cantón vinculado a la cartera de Exteriores, que encabeza el siempre dúctil Josep Borrell. Y no sólo dijo eso, sino que pletórico de complacencia por cuantos logros lleva cosechados en su corta carrera política, y colmado de autoestima por la "mucha verdad" que la seducida Mercedes Milá halló en el libro de marras, el presidente impactó a la audiencia con una atronadora confesión: "Aprendí mucho del sentido de Estado de Mariano Rajoy. Cataluña nos unió". Los asistentes, incluido el amplio séquito de ministros, clavaron los ojos en las baldosas y a la Milá se le escapó otra baba. Alguien apostilló que cuando un cínico huele flores, busca inmediatamente un ataúd.

Efectivamente, Pedro Sánchez ha cambiado el PSOE. No es el que era, aunque nadie sabe lo que es. Tampoco Irene Lozano, ya que en el libro que redactó no consta que su jefe se lo explicara durante sus largas horas de confesionario. De la socialdemocracia europeísta que lideró Felipe González al partido que él dirige, caricaturesca continuidad del que capitaneó Zapatero, media la llanura abisal. El proyecto político actual es, además de personalista, un maremágnum de contradicciones. Lo dice con más documentados epítetos un socialista tan palmario como Alfonso Guerra, quien aseguran que también ha dicho -¡a saber por qué!- no tener claro que Sánchez repita como candidato a la Presidencia del Gobierno. Sin embargo, salvo cataclismo secreto e imprevisto, no parece que sean fiables las brujas que ahora informan al otrora poderoso vicepresidente.

Las brujas están embebidas en las engañosas encuestas, y, de momento, todas van con Sánchez. Reza un proverbio chino que los patos salvajes siguen al líder de su parvada por la forma de su vuelo y no por la fuerza de su graznido. Pero aquí hay poco vuelo atildado y mucho graznido desagradable. La parvada de votos llegará al 28 de abril en desbandada.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios