Los fluidos de combustible del OS 35 preocupan. Desde que el pasado día 30 se produjera el accidente de esta embarcación se temía el momento en el que empezara a verter gasóleo. Desde este 1 de septiembre, el buque semihundido derrama parte de su combustible sobre las aguas, causando una mancha preocupante.

A primera hora de la tarde, el avance de la masa de gasóleo estaba contenida. Una tranquilidad que duró poco, ya que la barrera de contención de la Autoridad Portuaria de Gibraltar fue finalmente superada. La fuga llegó a sobrepasar Gibraltar hasta adentrarse en la Bahía de Algeciras. Como era de esperar, la situación acabó siendo controlada y casi todo el fuel ya ha sido extraído. Aún así, este hecho activó las alarmas del alcalde La Línea, quien ya ha anunciado que emprenderá acciones legales por los posibles daños que pueda sufrir la costa linense. El Ayuntamiento linense confirmó en la mañana del viernes 2 de septiembre, que los primeros restos de fueloil llegaron a la playa de Poniente.

Cómo afecta un vertido de combustible al medio ambiente

Un accidente como este del buque OS 35, semihundido y soltando gasóleo por los respiraderos del tanque de combustible, puede desembocar en toda una tragedia medioambiental. Pese a que la situación no reviste gravedad, existe incertidumbre. Este tipo de derramamientos crean una película sobre la superficie marina que impide la entrada de la luz en el fondo del mar.

Una circunstancia que afecta a las especies que habitan en él. Por ejemplo, las diferentes algas que precisan de la fotosíntesis pueden verse muy afectadas si no se controla cuanto antes. Algunos animales que dependen de la salida a la superficie como delfines, ballenas y tortugas también sufren si el mar que habitan acaba altamente contaminado.

En caso de perpetuarse más en el tiempo, muchos de los compuestos del combustible son tóxicos y pueden causar daños severos en el ecosistema. Otro aspecto a tener en cuenta es la salud reproductiva de estos animales. Entre los organismos más débiles están los moluscos, que dependen del filtrado de un agua que se carga de sustancias nocivas para su supervivencia.

De momento, el fluido de Gibraltar permanece en zona de mar, no ha llegado a la costa. Una vez que se consiga controlar, los restos de combustible se depositarán en el fondo marino. No obstante, lo más grave es que este vertido llegue al litoral, donde el gasóleo se podría filtrar en los fondos arenosos y sea más difícil de eliminar.  Además, pasaría también a afectar a las especies terrestres. Según la gravedad del derrame, el ecosistema puede tardar 10, 20 años e incluso todo un siglo en recuperarse.

La Junta de Andalucía activó la fase de preemergencia desde el momento en que se conoció la rotura en el buque, sabedor de que existía de derrame de fueloil. Las autoridades continúan vigilantes al avance de la mancha, el objetivo es evitar que el vertido alcance la costa lo menos posible para no lamentar un desastre medioambiental mayor. De momento, a la playa de Poniente ya ha llegado parte del combustible.