La AD Ceuta ha apostado esta temporada por instalar su cuartel general en Sevilla. La plantilla ceutí al completo reside en la capital hispalense y sus alrededores, donde desarrolla su semana de trabajo. El equipo caballa se entrena a diario en San Juan de Aznalfarache, a cinco kilómetros de Sevilla, y acude cada dos sábados a Ceuta para realizar el último entrenamiento antes de jugar sus partidos como local.

La plantilla se ejercita cuatro días entre semana en tierras sevillanas y el sábado en caso de jugar fuera de casa. Esta semana, el equipo descansó el miércoles, ya que el martes disputó un partido amistoso en Castilleja de la Cuesta, una práctica habitual (cada dos semanas) en el cuadro ceutí para dar minutos a los menos habituales.

El equipo viaja habitualmente el mismo domingo a Ceuta para disputar los partidos, pernoctando precisamente en un conocido hotel de la comarca, después de haberse entrenado el sábado por la mañana en San Juan, aunque a veces adelantan el desplazamiento al sábado. La estancia en la ciudad autónoma no se prolonga demasiado, ya que los domingos suele tomar el barco de las 23:00 horas para Algeciras y regresar pronto a tierras hispalenses.

La apuesta es inusual y nueva para el club, aunque no así para su técnico, Sergio Lobera. El exentrenador del San Roque de Lepe ya vivió esta experiencia con el equipo onubense y tanto él como siete de los futbolistas incorporados esta temporada por el cuadro caballa ya tienen experiencia en esto de los equipos nómadas. Pau Torres, Álex Hornillos, Germán, De Dios, Pereira, Fernando y Alfaro conocieron el éxito con los leperos residiendo en Sevilla.

El técnico, con experiencia en las categorías inferiores del FC Barcelona, tiró este verano de su experiencia en Cataluña para hacerse con algunos jugadores de aquellos lares, como Chapi Arnau, Álex Fernández, Aitor, Valle, Toledo y Gerard. Además, han reclutado a futbolistas de la provincia de Sevilla, como Relaño, Blanco y Diego Segura, con experiencia en Segunda B.

La renovación del equipo es tal que de la pasada temporada sólo repiten dos futbolistas, ambos indiscutibles: Guzmán y Añete. El primero, un trotamundos del fútbol, no ha tenido problema en trasladarse de ciudad sin cambiar de equipo, mientras que el segundo es coriano, con lo que se queda en casa y con la misma camiseta.

Aunque deportivamente la experiencia aún no ha dado los resultados esperados, el equipo ha entrado en una racha positiva de cinco partidos sin perder, aunque en el seno de la plantilla insisten en que se sienten en deuda con la afición. El equipo ha sacado los mismos puntos fuera (7) que en casa. Los propios jugadores coinciden en que es difícil considerarse local en un campo que sólo visitan cada quince días, si bien la afición ha respondido y respalda el juego del equipo.

La medida es una apuesta firme del presidente del club, José Antonio Muñoz, quien asegura que la entidad se ahorra 300.000 euros en gastos de jugadores durante la temporada, ya que muchos residen en la zona, lo que supone un gasto menor en la residencia de la plantilla. La apuesta sirve para paliar el gran recorte en la subvención del gobierno ceutí (de 767.000 euros a los 400.000 de la presente temporada) y que se reducirá aún más la próxima andadura.

No sólo el propio Lobera tiene la experiencia de haber disputado la fase de ascenso a Segunda división y ganar la Copa Federación con un equipo en el destierro, sino que ha habido casos anteriores, como el del Ayamonte (afincado en Huelva capital), el del Puerto Real (en Sevilla) y el Villanueva (en Córdoba), que tuvieron éxito en el grupo décimo de Tercera división, llegando incluso a ascender a Segunda B a pesar de pisar su campo sólo cada quince días.