La plantilla del Puertollano, que como la Balompédica milita en el grupo IV de Segunda B, ha convocado a los medios de comunicación a mediodía de hoy para hacer públicas las medidas de presión que piensa llevar a cabo a la vista de falta de solvencia económica de la entidad, que se encuentra en manos de una gestora y que a estas alturas sólo ha abonado el sesenta por ciento de la primera nómina.

El Puertollano ha entrado en punto muerto. El plazo de presentación de candidaturas a la presidencia de la entidad, tras la dimisión en asamblea de Luis Pizarro, ha acabado sin que nadie dé un paso adelante. Tampoco se prevé que haya candidaturas en el segundo periodo concedido por la Federación, entre otras cosas porque el montante de la deuda es exagerado.

El capitán, Pellegrina, estalló ayer en una emisora local y anunció que llega el momento de que el vestuario se movilice, aunque de momento el plantel descarta dejar de acudir a los partidos de competición. Bien es verdad que en el entorno del club existe el convencimiento de que eso podría suceder si perdura la situación, especialmente cuando llegue el mercado de invierno y los futbolistas puedan irse a otros clubes.

El punto de inflexión está fijado para el próximo lunes, cuando el presidente de la gestora, Ceferino Mozos, acuda a una reunión con el Consistorio para solicitar ayuda económica del municipio. Del resultado de esa entrevista puede depender el futuro de la entidad.

A la Balompédica le beneficia que el Puertollano concluya la primera vuelta, porque en ese caso contabilizaría el triunfo 3-1 que logró sobre el conjunto de Ciudad Real en el estadio Municipal.