La Trocha a pie | Diario del camino desde Asta Regia a Algeciras
Etapa 4: Benalup-Facinas (31 km)
Seguridad
La llegada a Gibraltar, el pasado 30 de mayo, del HMS Triumph supuso algo más que añadir otra línea a un listado que supera el centenar de escalas de submarinos de propulsión nuclear contadas desde el HMS Tireless; recordado y repudiado por la población campogibraltareña por la controvertida reparación del circuito de refrigeración a la que fue sometido en la base naval del peñón entre los años 2000 y 2001.
La presencia del Triumph durante varios días en el muelle gibraltareño evidenció nuevamente que la población del Campo de Gibraltar -y sus autoridades- desconocen qué tendrían que hacer en caso de un accidente radiactivo en un área poblada por más de un cuarto de millón de personas.
La elaboración de un Plan de Emergencia Radiológica para establecer y coordinar la actuación de las autoridades frente al riesgo periódico que suponen las escalas y reparaciones de submarinos militares en la colonia británica continúa siendo, más de veinte años después de la escala del Tireless, un asunto pendiente para las autoridades españolas.
La competencia para aprobar un plan de actuación corresponde, en primera instancia, a la administración de la Junta de Andalucía por tener las atribuciones en materia de protección civil. De hecho, el Ejecutivo autonómico acaba de presentar un detallado Plan de Emergencia ante el Riesgo de Maremotos para ordenar y organizar los recursos frente a una eventualidad de este tipo.
"Es algo que ni se ha planteado. Los alcaldes del entorno del Campo de Gibraltar no tienen la más mínima información sobre qué hacer en caso de incidencia radiactiva originada en Gibraltar. En Tarragona, en el entorno de las centrales nucleares, existen planes para los municipios con ayuntamientos implicadísimos para, entre otras cuestiones, ordenar una evacuación", compara Luis Romero Bartumeus, periodista especializado en Seguridad y Profesor de la Universidad de Cádiz (UCA).
Romero, autor del artículo Las escalas de submarinos nucleares en Gibraltar y Rota, y los Planes de Emergencia Radiológica, publicado en la revista Cuadernos de Gibraltar editada por la UCA, analiza en su trabajo la situación en ambos lados de la Verja. "Si se planteara la elaboración de un plan exterior para la comarca, debería coordinarse con Gibraltar, lo que podría provocar una fricción política. En Rota, sin embargo, donde escalan submarinos en la base naval de Estados Unidos, tampoco existe un protocolo específico para la población -sí militar- y eso es algo que ya se entiende menos", valora.
Frente a la ausencia de un marco de acción específico para este riesgo potencial en la comarca, Gibraltar posee sendos planes: uno interior de tipo militar y otro exterior, orientado a la población. "Pero no contemplan siquiera avisar a las autoridades de España. Según esos planes, en la Verja se acaba la radiación", ejemplifica Romero, quien apostilla que los registros de las escalas comienzan a partir de 2000 con el Tireless. La reparación del circuito de refrigeración del reactor nuclear despertó en España conciencia social del riesgo y hubo tres manifestaciones multitudinarias en contra del uso del puerto de la colonia para intervenciones en sumergibles.
Las consecuencias de un eventual escape radiactivo desde el propulsor de un sumergible no serían comparables, por capacidad, a los de una central nuclear. "Sería una incidencia de menor escala, aunque igualmente con radiación liberada", prosigue el experto en Seguridad. El plan gibraltareño incluye medidas como un confinamiento y el reparto de pastillas de yodo a la par que la población se somete a simulacros periódicos.
También el personal de respuesta para emergencias actualiza su formación de manera regular. A finales de mayo, un equipo del Centro Nacional QBRN de Reino Unido se desplazó a Gibraltar para impartir un curso de cuatro días sobre mando operativo y táctico químico, biológico, radiológico y nuclear. El Centro QBRN, que forma parte de la fuerza de policía antiterrorista, reúne a los tres servicios de emergencias de Reino Unido y su cometido es apoyar y garantizar una respuesta de emergencia a un incidente de cualquiera de estos cuatro tipos.
Completaron el curso 30 miembros de los Servicios de Emergencia de Gibraltar, de otros organismos de respuesta y de las fuerzas armadas. El Gobierno gibraltareño adujo a una formación vinculada a un posible escenario terrorista, lo que no resta polivalencia a la formación en caso de incidente radiactivo en el muelle.
La Junta de Andalucía, consultada por Europa Sur, no ha ofrecido información sobre la existencia (o no) de trámites en marcha para elaborar un plan de acción sobre riesgos radiológicos específico para la comarca. El Gobierno de Gibraltar se limitó a remitir al Plan de Emergencia Radiactiva y a su versión divulgativa para la población en general. Las consultas sobre cuestiones como la existencia de medidores de radiación en el entorno donde realizan escala los submarinos o si se avisa a las autoridades españolas sobre las llegadas y su duración estimada no fueron respondidas aludiendo a competencias del Ministerio de Defensa.
"España conoce las escalas con cierta anticipación a través de los canales de información de la OTAN. Información entre aliados", zanja Romero. Antes del Tireless siquiera se llevaba un recuento exhaustivo como el que efectúan los integrantes del colectivo ecologista Verdemar, que califica estos sumergibles de "bombas flotantes". Verdemar exige que las escalas y reparaciones cesen de inmediato.
El riesgo de un accidente con un submarino nuclear no es un peligro para el futuro, sino que ya ha ocurrido en la Bahía del Algeciras. En agosto de 2002, según Verdemar, se perdió una pieza radioactiva en el fondeadero de Gibraltar. El 20 de julio de 2016, el submarino de propulsión nuclear HMS Ambush colisionó con el Andreas, un buque cisterna de productos químicos, cuando emergía cerca de Gibraltar. El accidente pudo ocasionar un desastre de consecuencias incalculables para la comarca, que vivió durante diez días sumida en la preocupación, sobre todo después de la idea inicial de la Royal Navy de reparar los daños en el puerto gibraltareño, que no está preparado para semejante operación. Finalmente el Ambush se marchó para ser arreglado en Reino Unido.
Reino Unido y EEUU utilizan para las escalas de los submarinos nucleares el muelle sur, que tiene capacidad para dos amarres a la vez, denominados atraques 49 y 50. Tiene 1.080 metros de los que los 648 situados más al norte son de uso exclusivamente militar. Estos muelles están considerados, dentro de la clasificación británica, como muelles Z, es decir, capacitados para atraque de buques de propulsión nuclear, pero solo con fines operativos o de descanso de tripulaciones, no para reparaciones de su sistema de propulsión. Durante la escala del Tireless, sin embargo, fue calificado temporalmente de muelle X, los que la Royal Navy considera adecuados para llevar a cabo trabajos de seguridad radiológica.
El capitán de navío Ángel Liberal Fernández, apunta a las "limitaciones significativas" del muelle. "El combustible lo suministran con gabarras. La energía eléctrica, mediante generadores portátiles porque la que produce Gibraltar no ofrece la calidad necesaria; hasta fecha reciente eran de una empresa española; tenían que pasar por la verja y eso era un engorro así que en 2014 instalaron dos generadores Burtonwood fijos. Su resultado es dudoso; en los últimos meses han tenido que contratar generadores auxiliares provisionales".
El ancho de los muelles es de sólo 23 metros, continúa. "Una parte importante de su longitud la ocupan, entre otros, almacenes de material general, locales administrativos, el cuartelillo de los buceadores, una cámara hiperbárica y un depósito de oleosas. Estas construcciones tienen unos 10 metros de ancho y dejan poca superficie para la maniobra. No sería la primera vez que se va al agua un camión con su remolque. Es muy llamativa la cantidad de contenedores que hay por todos los rincones".
El Defensor del Pueblo Andaluz recibió en marzo de este año una queja por el peligro nuclear derivado de las escalas de los submarinos británicos. La denuncia, planteada por el abogado Guillermo Rocafort, se basaba en la ausencia de un plan de emergencia elaborado por España para atender cualquier incidencia, según publicó el pasado mes de abril el diario La Razón.
Rocafort basó su queja en datos del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) obtenidos a través del Portal de Transparencia. El organismo encabezado por Jesús Maeztu derivó la queja a su homólogo a escala nacional, Ángel Gabilondo.
Luis Romero subraya en su artículo que el Gobierno español puso en marcha un plan de actuación para proteger a la población del Campo de Gibraltar con motivo de la estancia del HMS Tireless durante prácticamente un año en Gibraltar.
"Es lo más parecido que ha tenido la zona de la bahía de Algeciras a un Plan de Emergencia Exterior Nuclear, sin serlo. En realidad, lo que el Gobierno implementó, como el ministro de Exteriores recordó varias veces en sede parlamentaria, fue un Plan de actuación ante un posible incidente/accidente durante la estancia del submarino nuclear Tireless en Gibraltar", recoge Romero.
La explicación dada fue que el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) y las autoridades de Protección Civil españolas no creyeron entonces preciso elaborar un plan de emergencia, dado que el reactor se encontraba desde hacía tiempo parado, en condiciones seguras y con una muy baja tasa de generación de calor residual. "Por estas circunstancias, se entendió que solamente existía necesidad de preparar una actuación de respuesta a emergencias urgentes en un radio de 2 kilómetros en torno al submarino y esa área caía íntegramente dentro del territorio gibraltareño", prosigue el artículo.
"Fuera de esa zona no eran necesarias medidas protectoras urgentes, solo se necesitaba una vigilancia radiológica hasta un radio de 10 kilómetros, que sí incluía territorio español y fue la que se implementó", recuerda el experto.
El 20 de enero de 2001 se registró la mayor manifestación que nunca se había producido en el Campo de Gibraltar. Recorrió las calles de Algeciras en contra de la permanencia del HMS Tireless en Gibraltar. Entre 20.000 y 60.000 personas, según las fuentes, participaron en la convocatoria.
El sumergible marchó finalmente en mayo de 2001. Tras él, más de un centenar de sumergibles han recalado en el muelle gibraltareño, cada uno con circunstancias específicas pero con la misma tecnología para desplazarse, la energía nuclear.
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