Gibraltar: vuelos espía británicos sobre el espacio aéreo español

Crónicas de la prosperidad compartida

Despegando desde la pista del Peñón, un avión Beech King Air B200 de la empresa Thales, con registro G-FPLD, realizó el pasado 8 de noviembre tareas de espionaje en una ruta en circunferencia, con centro en el radar británico, evitando sobrevolar el espacio aéreo marroquí

Trayectoria seguida por el avión espía Beech King Air B200 el pasado 8 de noviembre.
Trayectoria seguida por el avión espía Beech King Air B200 el pasado 8 de noviembre. / M.G.
Teófilo Morón

La Línea, 30 de noviembre 2025 - 04:01

Llevábamos tiempo teniendo desatendido al niño del bautizo, la condición militar de Gibraltar. Pero la reciente concatenación de noticias a este respecto obliga a retomar la principal finalidad de por qué el británico mantiene Gibraltar.

Sabedor de la poca afición que los lectores suelen mostrar por la geopolítica internacional, quisiera aproximarles a lo que para la comarca del Campo de Gibraltar supone el tener una base militar empotrada en una ciudad con intereses ajenos al territorio que la rodea, así como el papel que el condicionante militar acarrea para el nonato acuerdo fantasma. Finalizando noviembre y ni siquiera tenemos el tipo de letra en el que irá impreso.

Siguiendo un cierto orden cronológico comenzábamos con las noticias relativas al buque ruso Yantar y su visita a las aguas próximas a las Islas Británicas hace un mes, aproximadamente, y al Estrecho a finales del año pasado y principios de este 2025. Esta visita nos lleva a dos connotaciones de las expuestas. La primera es que una de las principales funciones de la base de Gibraltar es la realización de labores de inteligencia, mediante el control de tránsito de buques por las aguas cercanas, tanto en superficie como en inmersión. Otra de las labores de Inteligencia es la recolección y análisis de señales en el espacio radioeléctrico (SIGINT: COMINT, ELINT y FISINT) y la recolección y análisis de las comunicaciones que discurren por los cables de fibra óptica que, sumergidos, atraviesan el Estrecho y enlazan diferentes continentes y países. Acuérdense de Snowden.

Gibraltar figurará entre los objetivos de cualquiera que pretenda atentar contra intereses británicos. Y para ello fijarán su base en España

Esto nos deriva a las consecuencias que para la comarca supone tener de vecina una base militar extranjera. Dados los condicionantes geofísicos de la colonia, Gibraltar figurará entre los objetivos de cualquiera que pretenda atentar contra intereses británicos. Y para ello fijarán su base en España.

Esto no es nuevo y se viene sucediendo desde la Segunda Guerra Mundial, cuando aviones italianos bombardearon La Línea por equivocación, ocasionando cinco fallecidos y numerosos heridos. Luego vino el Olterra , caballo de Troya italiano, y, aproximándonos a fechas más recientes, tuvimos la Operación Algeciras de los argentinos, enmarcada dentro de la Guerra de las Malvinas, y el intento de atentado del IRA en Gibraltar, todos ellos con los explosivos en territorio español. Finalizando con las amenazas al Estrecho y al Peñón por parte de Irán y Rusia por la existencia de la Base Gibraltar. Y en esto se enmarca la visita del Yantar.

El Beech King Air B200, en la pista.
El Beech King Air B200, en la pista. / M.G.

Antes de que se nos expongan los argumentos que exaltan las bondades de la Base Gibraltar aludiendo al trabajo que proporcionan al Campo de Gibraltar, hay que tener en cuenta que próximas a esta comarca se encuentran las bases de Rota y Morón de la Frontera. Ambas están bajo mando español y sólo ondean la bandera y las insignias de los mandos españoles, por lo que las contrataciones, obras y servicios que se prestan en esas bases se realizan bajo legislación española. Para que lo entiendan fácilmente, en las bases de Rota y Morón, que son de soberanía española, se dan facilidades de uso a los militares de los EEUU, mientras que en Gibraltar tenemos a un okupa. Las bases generan prosperidad compartida; la Base Gibraltar genera tostada untada por los dos lados. Sin embargo, manifestaciones sindicales al grito de British Go Home nunca llegaron a esta comarca.

Ya sabemos de la poca afición del británico por que su contribuyente ponga una sola libra en Gibraltar. Mal podría explicar el británico a su electorado que tiene que despedir trabajadores de la base de Portsmouth mientras sigue abierta la de Gibraltar, donde habitan los escorpiones de la Roca. Por ello el Ministerio de Defensa Británico (MoD) obliga al contribuyente gibraltareño a costear la mayor parte del mantenimiento de la Base Gibraltar. Tampoco el MoD está en su mejor momento económico, por lo que todo aquello que se puedan ahorrar (prestaciones sociales, contratación de empresas españolas, etc.) se lo ahorra.

El señor Juan Franco, alcalde de La Línea, reclama una indemnización a semejanza de las que se reciben en las localidades de Rota y Morón por la existencia de las bases, creyendo que el encogido británico es igual de espléndido que el yanqui. Yo, que el señor Franco esperaba sentado.

La trayectoria completa del Beech King Air B200 el pasado 8 de noviembre.
La trayectoria completa del Beech King Air B200 el pasado 8 de noviembre. / M.G.

Continuaron con las maniobras soldadescas en el entorno urbano, armados, pero desprovistos de munición. Se obvian estas procesiones de Pasión y Gloria de los aguerridos militares britanicos dado que ya fueron objeto de una Crónica. Sí hay que señalar otra finalidad que la Base Gibraltar cumple para el británico, y es que tener una jurisdicción diferente a la de las Islas les permite hacer en Gibraltar lo que no pueden hacer en las Islas, algo parecido a lo que hacen entre la City y sus paraísos fiscales coloniales.

Ningún país europeo que se precie realiza maniobras militares con armamento en entornos urbanos habitados; eso sólo lo hace el británico en Gibraltar: en las Islas, ni se le ocurre. El Reino Unido deja a Gibraltar fuera de aquellos tratados internacionales en materia militar que le interesan. Quedan bien firmando un tratado de no fabricar ni almacenar minas antipersonas en el Reino Unido, pero dejan fuera a Gibraltar y, si fuese preciso, las guardan en algúno de los túneles del Peñón. Por ejemplo, las de los americanos.

Comparten con la comarca todo aquello que puede suponer un peligro para la población. Al este de la Verja, y pegado a ella, nos ponen el depósito de combustible de aviación y al oeste nos acercan todo lo que pueden el polvorín de munición de los aviones. Si un día hay un accidente compartiremos las consecuencias. Que viene el HMS Tireless con una avería en la refrigeración de su reactor nuclear, con el consiguiente peligro de contaminación, pues se queda en Gibraltar y se ahorra el viaje hasta las islas. Todo un detalle.

Continuamos con un extraño episodio como fue el de los drones que paralizaron el aeropuerto y obligaron a desviar un avión militar. Refiero lo de extraño del episodio porque se han sucedido distintos incidentes relacionados con drones que dificultan la operativa del aeropuerto sin que hasta la fecha se haya sabido el origen de esos aparatos. Me temo que se esté usando la aparición de drones como justificación para intervenir desde Gibraltar en espacio aéreo español.

Finalizamos con la visita de todo un Grupo de Combate de la Royal Navy a Gibraltar: toneladas de acero de prosperidad compartida. El HMS Prince of Wales no es capaz de maniobrar dentro de la dársena del puerto y ha de quedarse fuera de sus aguas. Esta visita no tiene otra justificación que sacar pecho y marcar territorio. Algo estará pasando en el acuerdo fantasma con el tema militar. El tiempo nos dirá qué es.

El asunto militar: un acto de fe

Tengan la más absoluta convicción que a ningún acuerdo se llegará hasta que el asunto militar esté resuelto. Lo militar lleva una fuerte carga de soberanía con relevantes connotaciones en el Derecho Internacional, por lo que todo este asunto ha de acordarse muy minuciosamente para evitar futuros problemas. Que así sea es un acto de fe.

Para el británico, la inteligencia que obtiene estando en Gibraltar es de mucho valor y le sale muy barata, aunque el que pone la tecnología es el norteamericano. El talón de Aquiles español es su poca fiabilidad como socio militar debido a la política y las dificultades legales que pondría la legislación española a ciertas actividades de obtención de Inteligencia, que en Gibraltar realizan los angloamericanos, aunque no es nada que no pueda soslayarse.

Mientras España no se convierta en la única potencia occidental con capacidad de controlar el Estrecho no podrá ser un importante actor internacional. Si se tuviera el pleno control del Estrecho, internacionalmente se nos trataría mejor, se nos invitaría a foros y tratados donde nuestros dirigentes, si se preocuparan por ello, podrían conseguir contratos, tecnologías, inteligencia y recursos que revertirían en puestos de trabajo en la comarca.

El incremento del gasto militar al que nos está obligando la OTAN podría traducirse en inversiones en la zona en este aspecto y ganar puestos en el control de Estrecho, pero eso sería pensar en el bien para la comarca y sus gentes, a lo que no estamos acostumbrado en estos lares. Mientras tanto vamos a remolque implantando sistemas que deberían de llevar décadas implementados.

Un Schengen militar en Europa

Se ha anunciado la futura creación de una especie de Schengen militar que permita un rápido movimiento de tropas y material por Europa, verán como a este Schengen se apuntan raudos británicos y norteamericanos, lo que unido a la laxitud del acuerdo fantasma en materia militar permitirá a todos aquellos aficionados de lo bélico ver material militar que no puede contemplarse en ninguna otra parte de Europa transitando por las calles de La Línea. Siempre se podrá usar como reclamo turístico. Lo suyo es que un año vayan por detrás de la cabalgata de Feria.

En el asunto militar, una de nuestras debilidades a la hora de negociar cualquier cosa es nuestra pertenencia a la OTAN. En esta Alianza mandan norteamericanos y británicos y cualquier carrera militar de alta graduación que se precie pasa por ocupar puestos de responsabilidad en la Alianza. Díganme ahora quién va a ser el militar que se siente con un británico a negociar sobre Gibraltar y le pise el callo.

Unas semanas atrás se expuso cómo desde Gibraltar salían aviones que, costeando la Península, registraban las emisiones de los radares fijos militares españoles

Para muestra un botón. Unas semanas atrás se expuso cómo desde Gibraltar salían aviones que, costeando la Península, registraban las emisiones de los radares fijos militares españoles.

Además de su situación geográfica exacta, obtienen sus características electrónicas, como son la frecuencia del radar, la frecuencia de repetición de los impulsos (el número de pulsos de energía que transmite por segundo), el ancho del impulso y el número de revoluciones por minuto de la antena del radar.

Los datos anteriores constituyen la “firma radar”, algo así como la huella digital de cada uno. Afinando más, también pueden conocer el lóbulo de radiación de cada radar, es decir, la distribución de la energía radiada en función de la altura y la dirección. Incluso puede conocerse el horario de trabajo, si no es de 24 horas.

Una vez obtenidos, los datos pasan a engrosar las “librerías electrónicas” de los buques de guerra y aviones militares británicos, lo que les permite reconocer cada radar en concreto, siempre que la plataforma -barco o avión- entre dentro de su alcance. Obviamente, estos datos también son fundamentales para neutralizar el radar en caso de conflicto.

La calibración del radar se llevó a cabo el sábado 8 de noviembre por parte de la misma compañía que viene realizándola cada año por estas fechas

A buen seguro que a nadie del Ministerio de Defensa español se le ocurrió pedir explicaciones al respecto. De haberlo hecho comentábamos que seguramente usarían como excusa calibrar el radar. Pues si desde Defensa se hubiera cumplido con su obligación podrían haber puesto en evidencia que les habían mentido. La "calibración del radar" se llevó a cabo el sábado 8 de noviembre por parte de la misma compañía que viene realizándola cada año por estas fechas.

En este caso, la empresa Thales utilizó un avión Beech King Air B200, con registro G-FPLD. En la imagen que acompaña esta crónica puede observarse la ruta en circunferencia con centro en el radar británico que realizó este avión y que sólo se vio interrumpida para evitar sobrevolar espacio aéreo marroquí.

Nuestro vecino alauí tiene claro qué se puede hacer en su espacio aéreo y qué no. Nosotros nos esforzamos cada día más para hacer el mayor ridículo internacional posible.

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