El mayor buque de guerra británico irrumpe en Gibraltar: el HMS Prince of Wales llega “listo para el combate” según Londres

El coloso de 280 metros entra en el puerto en su última escala del despliegue CSG25 tras alcanzar plena capacidad operativa bajo mando de la OTAN

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El HMS Prince of Wales, en Gibraltar.
El HMS Prince of Wales, en Gibraltar. / Andrés Carrasco

El imponente HMS Prince of Wales, el portaviones más grande y avanzado de la Royal Navy junto a su gemelo HMS Queen Elizabeth, ha atracado esta mañana de domingo en Gibraltar en una visita que marca el tramo final del despliegue CSG25. Con 280 metros de eslora —el equivalente a casi tres campos de fútbol—, su llegada no ha pasado desapercibida en la Bahía de Algeciras: un coloso naval que simboliza la apuesta británica por reforzar su presencia en el Mediterráneo en tiempos de creciente tensión internacional.

La escala, adelantada por GBC News, supone la segunda visita del portaviones a la Roca tras su primera parada en 2021 durante su viaje inaugural. El buque, valorado en unos 3.000 millones de libras, culmina así una fase clave de su misión después de haber navegado por el Estrecho el pasado mayo rumbo a los grandes ejercicios aliados que continúan hasta diciembre.

Pero este atraque no es uno más: llega apenas días después de que el grupo de combate británico alcanzase oficialmente su Full Operating Capability, es decir, la plena capacidad operativa que declara a la flota lista para asumir misiones de combate reales bajo el paraguas de la OTAN. Un hito logrado durante los recientes ejercicios en el Mediterráneo, donde el portaviones ha operado bajo mando aliado coordinándose con cazas italianos, griegos, franceses y estadounidenses.

Acompañan al Prince of Wales los destructores HMS Dauntless y la fragata HMS Richmond, un submarino de la clase Astute y los buques logísticos RFA Tideforce y Tidespring. Esta mañana, en su entrada al puerto, el portaviones ha sido escoltado por HMS Cutlass, mientras que la fragata noruega HNoMS Roald Amundsen cruzó previamente el Estrecho y podría estar regresando hacia Noruega.

El secretario de Defensa británico, John Healey, reforzó esta semana el mensaje estratégico que acompaña al despliegue: el portaviones, dijo, está “listo para la guerra” y disponible para aliados “si la OTAN proporciona escoltas”. Un aviso dirigido directamente al Kremlin: una demostración, en palabras de Healey, del “poder duro” de la Alianza. El ministro hizo estas declaraciones el lunes durante su visita a bordo del portaviones frente a la costa de Nápoles.

La llegada del HMS Prince of Wales a Gibraltar se produce tras un año de actividad frenética. En junio inició un despliegue global de ocho meses que le llevó al Indo-Pacífico y posteriormente de regreso al Mediterráneo, donde recientemente culminó la primera fase del ejercicio Falcon Strike, liderado por Italia. Más de 1.000 militares y medio centenar de aeronaves de cinco países participaron en las maniobras, que incluyeron casi 50 salidas de los F-35 —el mayor número desplegado jamás sobre un portaviones británico— y misiones de defensa, ataque, supresión de defensas enemigas y protección naval.

El buque, bajo el mando del capitán Will Blackett, es una auténtica ciudad flotante: puede navegar 500 millas diarias, almacenar comida para 45 días y operar con una tripulación que puede ampliarse hasta las 1.600 personas en plena acción aérea. Su cubierta de vuelo, de 70 metros de ancho, puede albergar hasta 36 F-35B y cuatro helicópteros Merlin, convirtiéndolo en una de las plataformas de combate más versátiles del mundo.

Durante las últimas semanas, el HMS Dauntless ha trabajado también con el Grupo Marítimo Permanente de la OTAN en el Mediterráneo —la principal fuerza naval de seguridad de la Alianza en la zona—, mientras que el HMS Richmond realizaba una visita diplomática a Albania.

La escala en Gibraltar se perfila así como la última parada internacional del CSG25 antes de su regreso a Reino Unido. Un cierre que llega en un momento clave para Londres, decidido a subrayar que su poder naval no es solo histórico, sino plenamente operativo.

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