El Yantar, el inquietante buque espía ruso que desafía al Reino Unido tras merodear por el estrecho de Gibraltar

Londres denuncia que la nave apuntó con láser a pilotos británicos mientras la OTAN y España refuerzan la vigilancia en uno de los cuellos marítimos más estratégicos del mundo

La embajada rusa acusa al Reino Unido de fomentar una “histeria militarista” y defiende que el Yantar opera en aguas internacionales

Inquietud ante la presencia en aguas del Estrecho de Gibraltar del buque espía ruso 'Yantar'

El buque 'Proteus' -a la derecha de la imagen- de la Royal Navy patrulla cerca del buque ruso 'Yantar', este mes de noviembre.
El buque 'Proteus' -a la derecha de la imagen- de la Royal Navy patrulla cerca del buque ruso 'Yantar', este mes de noviembre. / Royal Navy
G.S.G.

Algeciras, 22 de noviembre 2025 - 10:43

El Yantar, un navío ruso cuya apariencia anodina contrasta con su currículo de maniobras sospechosas, se ha convertido esta semana en protagonista de un nuevo episodio de tensión entre Rusia y el Reino Unido. El ministro de Defensa británico, John Healey, denunció que el barco —formalmente catalogado como “buque de investigación oceanográfica”, pero conocido universalmente como un sofisticado espía flotante— entró repetidamente en aguas territoriales británicas al norte de Escocia y apuntó con un láser a los pilotos de los aviones que lo estaban monitorizando.

La acción, inédita hasta ahora, supone un salto cualitativo en las habituales incursiones rusas: un gesto “sumamente peligroso”, según Healey, que lo presentó como prueba de que el país está entrando en una nueva “era de amenazas globales”. Y, sobre todo, como argumento político para justificar el notable aumento del gasto en Defensa que el Gobierno británico prevé anunciar en los próximos días.

Un barco diseñado para husmear bajo el mar

Lejos de ser un simple buque científico, el Yantar es una pieza clave de la Armada rusa. Está diseñado para recabar inteligencia submarina, operar en proximidad de cables y sensores estratégicos, y disponer de minisubmarinos capaces de descender a más de 6.000 metros. Su capacidad para mapear infraestructuras críticas —desde líneas de datos hasta tuberías energéticas— lo convierte en una preocupación constante para la OTAN, y especialmente para países con redes submarinas densas como Reino Unido.

Healey no se anduvo con rodeos en su intervención desde Downing Street: “Este buque está diseñado para trazar un mapa de nuestro cableado submarino. Hemos desplegado una fragata de la Marina Real y aeronaves P-8 de la RAF para seguir su actividad. Durante esa operación, el Yantar dirigió un láser hacia nuestros pilotos. Sabemos lo que están haciendo, y si vuelve a adentrarse hacia el sur esta semana, estaremos preparados”.

Como primera medida, el ministro ordenó reforzar la vigilancia y autorizó a los buques británicos a acortar distancias en el seguimiento del espía ruso, una manera diplomática de decir que Londres no piensa tolerar nuevas provocaciones.

La Marina Real monitorea al buque espía 'Yantar' -al fondo de la imagen- mientras opera en aguas próximas al Reino Unido.
La Marina Real monitorea al buque espía 'Yantar' -al fondo de la imagen- mientras opera en aguas próximas al Reino Unido. / Europa Press

Un veterano del juego del gato y el ratón

No es la primera vez que el Yantar pone a prueba los nervios del Reino Unido. Hace un año, la Marina británica lo escoltó fuera del mar de Irlanda después de navegar cerca de zonas repletas de cables submarinos de energía e Internet. Poco antes había sido visto acompañando al destructor ruso Almirante Golovko por el canal de la Mancha, como quien pasa de visita y aprovecha para mirar por todas las ventanas del vecindario.

A lo largo de 2024, su hoja de ruta arrastró sospechas en varios países europeos: desde su presencia cerca del cable que conecta Finlandia y Alemania —que, casualmente, sufrió una rotura aquella misma semana— hasta su aparición en aguas de Portugal rumbo al Mediterráneo hasta Argelia.

Rusia responde y desmiente el espionaje

La embajada rusa en Londres reaccionó con dureza al discurso de Healey, calificándolo de “provocador” y acusándolo de adoptar una “postura rusófoba” que —según el comunicado remitido a varios medios británicos— “incita a una histeria militarista” y contribuye a deteriorar la seguridad europea.

El comunicado sostiene que el Yantar se encuentra en aguas internacionales y que sus acciones “no afectan a los intereses del Reino Unido y no tienen por objeto socavar su seguridad”.

La legación diplomática rusa defendió además que la retórica británica crea “las condiciones previas para nuevas situaciones peligrosas”.

El desmentido coincide con la publicación de un informe del Comité de Defensa de la Cámara de los Comunes que alerta de que el Reino Unido está “lejos” del nivel de preparación deseado en caso de un ataque militar, en un contexto europeo de amenazas crecientes. Como respuesta, el Ministerio de Defensa británico anunció que al menos 13 emplazamientos han sido seleccionados para construir nuevas fábricas de municiones y explosivos destinados a reforzar la capacidad operativa del país.

Según los últimos datos disponibles en Marine Traffic, el Yantar fue localizado en el mar Báltico hace 19 días.
Según los últimos datos disponibles en Marine Traffic, el Yantar fue localizado en el mar Báltico hace 19 días. / MarineTraffic

Un visitante incómodo en el Estrecho

El Yantar también protagonizó un episodio especialmente sensible en noviembre del año pasado, cuando fue detectado cruzando el estrecho de Gibraltar, uno de los corredores marítimos más vigilados del planeta. Su tránsito hacia el Mediterráneo puso en alerta tanto a España como a la OTAN, en un momento en que proliferan en la zona buques sancionados, barcos sin bandera y unidades vinculadas a la flota fantasma rusa que transportan petróleo para financiar la guerra en Ucrania.

La Armada española confirmó recientemente que, ante el aumento de buques sospechosos y la presencia recurrente de unidades rusas, la fragata Reina Sofía ha sido desplegada durante todo noviembre dentro de la operación Sea Guardian de la Alianza Atlántica. El objetivo: vigilar, interceptar y registrar embarcaciones de riesgo, proteger infraestructuras críticas y garantizar la seguridad en un estrecho por el que pasa un porcentaje notable del comercio mundial y la mayoría del tráfico submarino de comunicaciones y energía.

Es un punto donde se cruzan intereses globales, tensiones regionales y rutas de migración, contrabando, terrorismo y, cada vez más, actividad militar rusa.

¿Dónde está ahora el Yantar?

Según los últimos datos disponibles en Marine Traffic, el Yantar fue localizado en el mar Báltico hace 19 días, aunque su señal desapareció después. No sería la primera vez que el buque apaga deliberadamente su transpondedor para evitar el seguimiento, una técnica habitual en unidades con misiones sensibles.

El episodio del láser, aunque técnicamente menor, simboliza algo mayor: una escalada paulatina en la confrontación entre Rusia y la OTAN que se libra también bajo el agua, donde discurre el sistema nervioso digital y energético del continente.

Y en ese tablero, el Yantar —33,96 metros de eslora, 7,09 de manga y una reputación que ya excede con creces su tamaño— continúa siendo uno de los actores más inquietantes.

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