Real Balompédica | Primera Federación

La nueva Balona de siempre

  • Pandalone logra ensamblar la vieja guardia del club con las incorporaciones para profesionalizarlo

Pepe García, Manolo Valenzuela, Ismael Chico, Miguel Bonmati, Jesús Del Pozo, Marc Juliá, Mario Galán, Paco Gavilán, Carlos Guerra y Juan Mari Sánchez

Pepe García, Manolo Valenzuela, Ismael Chico, Miguel Bonmati, Jesús Del Pozo, Marc Juliá, Mario Galán, Paco Gavilán, Carlos Guerra y Juan Mari Sánchez

Falta algo más de un mes para que se cumplan cinco años desde que Alfredo Gallardo presentase en sociedad al por entonces desconocido Raffaele Pandalone. El carismático presidente de la Real Balompédica Linense anunció que el empresario italiano, que había tenido un fugaz paso por el Marbella, desembarcaba en la entidad como vicepresidente deportivo. Sin embargo Europa Sur ya advirtió entonces que señalaba “a quien pretende que sea su sucesor en el cargo”. Pandalone llegó con la misión de constituir la entidad en una Sociedad Anónima Deportiva (SAD) que, con algo de retraso sobre el tiempo previsto, está a puntito de ver la luz.

En 17 de enero de 2018, es decir, apenas cuatro meses después de su primera aparición pública y tras confesar en este medio que comprendía la desconfianza que generaba su llegada, este romano enamorado del fútbol se convertía en presidente de la Real Balompédica Linense. Ese día confesó que su objetivo era profesionalizar el club, pero sin que éste perdiese de puertas para adentro su carácter familiar y su marcado acento linense. Con independencia de los resultados deportivos, haber alcanzado ese logro es, posiblemente, el mayor éxito de este peculiar mandatario que no es que abandonase su romance con el fútbol, pero sí que permitió que lo que comenzó solo como un proyecto empresarial le haya hipotecado el corazón.... y una parte muy importante de su patrimonio.

La Balona sigue siendo un club reconocible para quienes lo observan desde fuera. Esos pilares invisibles que la sostienen siguen ahí. Basta con dar un paseo por la caseta, donde Manolo Valenzuela [El Pipi] ejerce el más que imprescindible papel de Pepito Grillo. El expresidente del Recreativo Linense -aspecto éste que no todo el mundo recuerda- es de esos que le canta las verdades del barquero al más pintado y hace mucho que se ganó el respeto de todos los que han pasado por ese vestuario. Un habitáculo cada vez más moderno en el que es su compañero inseparable el entrañable José García [Pepe El Masa]. Cuenta la leyenda que Pandalone, antes incluso de hablar de salarios, le advirtió a un técnico con el que negociaba que si algo era intocable en la Balona eran Pepe El Masa y sus arengas prepartidos. Lejos, muy lejos, queda ya su etapa en el extinto CD Museo.

Pero el linensismo de la centenaria entidad deportiva va mucho allá. Pandalone sigue rodeado por la experiencia y los consejos, muchas veces no a favor de viento de Mario Galán, la predisposición infinita para el trabajo de Miguel Bonmati, el siempre necesario tono conciliador de Paco Gavilán, la rigurosidad de Jesús del Pozo o la sempiterna representación como delegado de Joaquín Jiménez.

Esos vínculos con la Balona de toda la vida se prolongan en el cuerpo técnico, con el director deportivo, Ismael Chico, a la cabeza, pero del que también forman parte algunos que ya ejercieron bajo el mandato de Alfredo Gallardo caso del coordinador de cantera Juan Mari Sánchez (que llegó a entrenar al primer equipo) o Carlos Guerra, que como el propio Alberto Monteagudo explicó tras su renovación es mucho más que un simple miembro de la estructura técnica: “Siente la Balona como nadie, aprieta, le respetan un montón los chicos”, sentenció el míster.

Pero ese respeto por la estirpe de la institución no le han impedido llevar a cabo (aunque aún falta algún retoque) esa profesionalización que el mandatario considera imprescindible para que su proyecto de llevar a la Balompédica a Segunda pueda ser realidad. Por cierto, algunos de ellos, también con DNI linense.

Han desembarcado en la entidad con intención de echar raíces, entre otros, personas de la valía indiscutible del letrado Álvaro Bonmati, el economista Jacobo Prado, el fisio Julio Salvador Rivera -reconocido en medio planeta- sin olvidar a Marc Juliá, Edu Ayala, Juan Andrés Sarria, Mónica Becerra o en el cuerpo técnico Miguel Vega, Felipe Franco...

Dos filosofías diferentes que Pandalone ha conseguido ensamblar para que este equipo que tanta ilusión está desatando en pretemporada parezca ya la Balona del futuro sin que deje de ser la Balona de toda la vida.

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