José García Guerrero tiene 60 años y es balono de los pies a la cabeza y el encargado de los masajes en el club albinegro, motivo por el que todo el mundo le conoce como Pepe el masajista.

Ya son diecisiete temporadas las que lleva a sus espaldas vinculadas a la Real Balompédica, por lo que se ha convertido en todo un icono en el vestuario. De hecho, ex jugadores y ex entrenadores una de las primeras cosas que hacen cuando el destino los vuelve a traer a La Línea es darle un abrazo. Cualquier éxito del equipo tiene garantizado unos pases toreros, que García Guerrero realiza ante un carro de la compra. Su mejor recuerdo es el ascenso en 1999 cuando la Balona subió en el estadio municipal tras empatar con el Hellín a dos.

Pepe el masajista comparte esta actividad profesional con su condición de montador de cocinas en una tienda de La Línea. José García asegura que es en ese sitio dónde trabaja porque su labor en el club deportivo linense es como "un hobby, porque me da la vida". A otra persona le resultaría muy difícil desempeñar estas dos actividades profesionales, pero a Pepe no, su jefe es muy comprensivo y le permite programarse los horarios.