La crisis de la Balona, una consecuencia

Real Balompédica Linense

La deficiente confección de la plantilla, la tardía incorporación de muchos jugadores y las consiguientes lesiones pasan factura a Mere, que no puede ni utilizar su sistema deseado

Balona ¿y si fichas?

El Balona-Marbella de Segunda RFEF, el domingo 22 a las 17:00

La plantilla de la Balona en su presentación
La plantilla de la Balona en su presentación / Erasmo Fenoy
Rubén Almagro

10 de octubre 2023 - 18:38

Una plantilla con solo 19 jugadores. Con tres defensas centrales cuando tres era lo que manejaba su entrenador, Baldomero Hermoso Mere,Mere, para cada partido. Tres centrodelanteros del mismo perfil. Nada goleadores por cierto. No hay segundos puntas natos. Y los bandas no desbordan. Ese es el cesto que ha recibido el entrenador de la Real Balompédica Linense para hacer frente al primer tramo de la competición en el grupo IV de la Segunda Federación. Al final que la Balona esté en puestos de descenso después de seis jornadas no es una desafortunada casualidad, es una consecuencia.

Muchos de los planteamientos utilizados por el director deportivo, Alberto Achirica, y bendecidos por el entrenador en algunas comparecencias públicas, se están volviendo ahora en contra de la Balona. Aquello de que había que esperar a las últimas semanas del mercado para fichar a algún primer espada que se hubiese descabalgado de la Primera Federación acabó por quedar en agua de borrajas. Lo más llamativo de esos últimos días de competición fue la incorporación de Santi Jara.

La Balona pagó un importante peaje por eso. Durante la mayor parte de la pretemporada el primer equipo se ejercitó con un importante número de chavales. A pesar de que la conducta de estos era casi irreprochable, no llevaban a los profesionales al límite. Y ya se sabe, a la vista está, que se juega como se entrena. Para colmo muchas de esas tardías incorporaciones no llegaron en buen estado físico -lógico cuando un futbolista trabaja en solitario- y unos aún apenas han podido jugar y otros, al forzar, se han lesionado.

Es posible pasar de puntillas por la decisión de prescindir de Ángel de la Calzada (a petición del meta) por cuanto los dos porteros de la plantilla (Ackerman y Rodri Gea) hasta ahora no pueden ser señalados como responsables de la crisis albinegra. Otra cuestión es si Dela se marchó por una cuestión económica cuando se supone que esta plantilla es más cara que la del curso pasado.

Llama más la atención que de una defensa que, a pesar de descender, fue la cuarta menos batida del grupo en Primera Federación.... no queda nadie. Futbolistas libres (caso de Fran Morante) y otros como Connor Ruane que incluso siguen en Segunda RFEF (el inglés es líder con el Talavera) no parecían interesar. Y eso, entendiendo que los que se fueron a clubes de superior categoría que se entiende que estaban lejos de las posibilidades económicas de los albinegros. Sean estas las que sean.

Lo que es más complicado de aceptar es que habiendo Mere expuesto al club su deseo de utilizar con frecuencia un sistema con tres centrales la Balona solo tenga exactamente tres, a sabiendas de que es una posición muy castigada por sanciones y hasta por lesiones. Más sorprendente aún es que con esa premisa no haya en la plantilla un mediocentro defensivo (como sucedía con Nico Delmonte -otro que está sin equipo-) o un lateral (Víctor Mena) que se adapte con naturalidad a esos puestos.

Con Javi Fernández lesionado -el curso pasado sólo jugó 18 partidos- la conclusión es que el entrenador se ha visto obligado a renunciar a su filosofía, que por cierto fue la que probó en la mayor parte de la pretemporada.

En el centro del campo a la espera de ver cómo evoluciona Dani Santafé (que llegó el 29 de agosto y, claro, apenas se ha podido ver) el equipo carece de un futbolista que tome la manija y organice su juego. Todo eso después de renunciar a Antonio Romero (ahora en el Lleida), quien después de muchos tiras y afloja se ofreció a la Balona un día antes del cierre del mercado para renovar.

Arriba el problema es muy evidente. Además de que los bandas no desbordan el equipo de La Línea cuenta con tres nueves que son del mismo perfil (Aridane Santana, Manu Toledano y Chema Moreno) el club prescindió del tarifeño Adri Galindo. Un melón por abrir, es cierto, pero al menos, una alternativa con otras características.

Y por si fuera poco carece (o al menos así ha parecido hasta ahora) de un mediapunta puro, por mucho que Fran Carbià y Joao Pedro a veces se desenvuelvan ahí y en el que caso del brasileño, con bastante desparpajo.

La falta del mediocentro y del mediapunta se unen para explicar que el equipo abuse muchas veces del juego directo (desplazamientos en largo de Morcillo) y que el entrenador -que al final no es más que otra víctima de este desaguisado- se vea casi forzado a utilizar dos nueves, porque no puede utilizar por todo lo explicado anteriormente el sistema que él tenía en la cabeza y que ya le ha dado resultado en otros clubes.

Los balonos, como explicó este medio, tienen aún a su disposición dos licencias. Es obvio que dos futbolistas -y casi seguro no en el estado óptimo de forma- no bastan para reconducir la situación. Pero mientras se recuperan los lesionados, no estaría de más que un propietario que tanto dinero sostiene haber gastado le diese armas a su técnico para poder competir sin las penalidades que lo está haciendo hasta ahora.

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