La Real Balompédica Linense consumó el pasado sábado, con un empate sin goles en el Alfonso Murube ante la AD Ceuta FC, su descenso a la Segunda Federación, la cuarta categoría del escalafón nacional. Una liga bastante más compleja de lo que muchos piensan, en la que en esta temporada se han ido al traste proyecto con grandes inversiones detrás y en el que otros, como el del Recreativo de Huelva o el UCAM Murcia, aún desconocen cuál será su destino final.

De mantenerse el criterio geográfico (siempre pendiente de algún reajuste de acuerdo a y descensos) la Balona militará el curso próximo en el grupo IV de la Segunda Federación, en el que en la temporada aún en curso han tomado parte los clubes andaluces y murcianos, a excepción del CD Estepona que, al haber adquirido una plaza, tuvo que competir en el lugar del equipo que al que originalmente correspondía ese derecho, el desaparecido Extremadura. Es decir, en el grupo V. Los esteponeros estarán en la 2023-24 con el resto de conjuntos andaluces.

En total, la Segunda Federación está integrada por 90 clubes divididos en cinco grupos de 18 cada uno distribuidos por proximidad geográfica. Una de las consecuencias del menor número de participantes es que la competición suele arrancar en septiembre y no en agosto, como sucede en Primera Federación.

La Federación Española de Fútbol es la responsable de designar las fechas de los partidos y los árbitros de los mismos. El conjunto local tiene la potestad de fijar el horario exacto de cada encuentro (o al menos así ha sido hasta ahora).

Esto último es consecuencia de que no existe un acuerdo marco televisivo. La mayor parte de los duelos que la Balona dispute como visitante (y todos los que se jueguen el Municipal) no se podrán ver por la pequeña pantalla. De hecho esta campaña apenas ha sido posible con los de la Región de Murcia gracias a su televisión autonómica, el Recreativo de Huelva (que tenía un acuerdo con Teleonuba) y alguno de los filiales en los canales propios de su club nodriza.

Al término del campeonato, ascienden a Primera Federación diez equipos. de entre los 90 antes mencionados. Cinco, por su condición de campeones de grupo. En cada uno de estos, los cuatro equipos clasificados entre el segundo y el quinto puesto disputan la promoción de ascenso. Los 20 clubes resultantes se cruzan en dos eliminatorias a ida y vuelta de la que salen las cinco plazas restantes.

Los cinco últimos equipos clasificados de cada grupo (es decir un 27%) descienden directamente a Tercera Federación. Además, los cuatro decimoterceros clasificados con peor puntuación (o coeficiente) disputan la promoción por la permanencia para decidir dos equipos más que descienden (este curso le ha correspondido esa desgracia a Beasaín y Coria extremeño). Es decir, en el conjunto de la categoría bajan 27 equipos, de manera que pueden llegar a ser hasta seis de un mismo grupo.

Como sucede en Primera Federación, en Segunda obtienen billete para la Copa del Rey los cinco primeros de cada grupo (es decir, el ascendido y los que disputan play-off), excluyendo filiales y dependientes.

Los rivales de la 2023-24

En el caso del grupo IV los cuatro equipos que lo representan en la fase de ascenso (Recreativo de Huelva, UCAM, Atlético Sanluqueño y Recreativo de Granada) han llegado a la eliminatoria definitiva por el ascenso.

A la espera de que se resuelvan esos duelos, ya se puede dar por hecho que el equipo de La Línea competirá con: Cádiz Mirandilla; Estepona, Marbella FC, Vélez; Sevilla Atlético, Betis Deportivo, Atlético Antoniano de Lebrija; San Roque de Lepe (Andalucía): Yeclano, Mar Menor, Cartagena B, Aguilas (Región de Murcia).

A esta lista confían en unirse Córdoba B y El Palo de Málaga, que han tomado ventaja en la eliminatoria final por el ascenso desde Tercera Federación, de la que ya llegaron, por su condición de campeones de grupo, Marbella y Antoniano.

Un dato relevante, a la espera de ver qué sucede con Recreativo de Granada y Córdoba B, ya hay cuatro filiales garantizados en la competición.