OBSERVATORIO DE LA TROCHA | NUESTRA ARQUITECTURA RELIGIOSA

Parroquia de Nuestra Señora del Carmen

  • Su gran impulsor fue el siempre recordado y admirado padre Flores, desgraciadamente fallecido en un infortunado accidente de tráfico antes de que viera concluida su gran obra

La entrada a la parroquia de Nuestra Señora del Carmen

La entrada a la parroquia de Nuestra Señora del Carmen

La parroquia de Nuestra Señora del Carmen de Algeciras se ubica en la avenida Agustín Bálsamo, frente al teatro Municipal Florida, su orientación queda marcada por el eje sudeste-noroeste y su construcción terminó entre los años 1964 y 1966. Recuerdo que cuando recibí la primera Comunión, en 1966, aún no se habían construido las gradas de la escalinata de acceso al atrio, y en su lugar se extendía una rampa de cemento de manera provisional. Ocupa el solar en el que se levantaba antaño el colegio de San Ramón, de la congregación salesiana.

La actual iglesia vino a sustituir como sede de la parroquia de Ntra. Señora del Carmen a la capilla dieciochesca de San Antón o de la Caridad, erigida como tal en 1935, la cual treinta años más tarde ya se había quedado pequeña para acoger el creciente número de feligreses que acudían a ella. Su gran impulsor fue el siempre recordado y admirado padre Flores, desgraciadamente fallecido en un infortunado accidente de tráfico antes de que viera concluida su gran obra: esta parroquia por la que tanto luchó. Le sucedió en el cargo de párroco el no menos añorado padre Cruceyra, que sería el encargado de finalizar las obras y fue creador de una gran institución de solidaridad socio-económica, el Comedor del Carmen.

Fachada principal en la actualidad. Fachada principal en la actualidad.

Fachada principal en la actualidad.

Este templo es uno de los que representan de forma más pura el nuevo estilo arquitectónico impulsado por el Concilio Vaticano II y que desarrolla sus directrices renovadoras: una arquitectura muy funcional, exenta de elementos decorativos superfluos, como símbolo de la nueva Iglesia Católica surgida durante los primeros años del pontificado del papa Pablo VI, que intentó acercar la Iglesia a la realidad social de aquellos convulsos años sesenta. No obstante, este edificio sería reformado en los años ochenta y noventa del siglo XX, tal reforma desvirtuó en parte sus líneas arquitectónicas, al cerrarse las tribunas laterales, características de este templo.

Es un edificio construido, no con pilares y vigas de hormigón armado, sino de hierro, que se unían mediante soldaduras. Este sistema de construcción se encontraba bastante extendido por los años sesenta y setenta, pues también el edificio de la nueva Escuela de Arte se construyó de la misma manera, como muchos bloques de pisos levantados por aquellos años. Era un sistema más rápido de construir, ya que no era preciso esperar a que se fraguase el cemento. También es característico de esta iglesia el hecho de que solo se muestra al exterior su fachada principal, que da a la avenida de Agustín Bálsamo, pues la fachada izquierda se halla oculta por el edificio del antiguo hotel Las Yucas, hoy residencia de ancianos Miramar, y la posterior, por el aparcamiento El Carmen, mientras que la de la derecha da al patio o claustro del templo.

El muy recordado padre Flores, promotor de grandes obras de solidaridad y principal impulsor de la construcción del templo. El muy recordado padre Flores, promotor de grandes obras de solidaridad y principal impulsor de la construcción del templo.

El muy recordado padre Flores, promotor de grandes obras de solidaridad y principal impulsor de la construcción del templo.

La fachada principal presenta dos cuerpos, en el inferior se abre un gran atrio porticado, al que se accede por una escalinata. En un cuarto de longitud de este atrio se levanta un pilar en su ala izquierda. En los años ochenta se convirtió este extremo entre el mencionado pilar y la pared próxima en una capilla cerrada por una vidriera con vidrios de colores con dibujos circulares, en la cual se instalaron para el culto las sagradas imágenes de Ntra. Sra. del Mayor Dolor, de Castillo Lastrucci; Cristo de la Buena Muerte, de Álvarez Duarte; y San Juan Evangelista, de autor anónimo. En la pared de su lado derecho, bajo la torre, destacan unas siluetas de barcas elaboradas con hierro forjado. En la parte superior, se divisa la bóveda de medio cañón del arranque de la nave principal, que luego se convierte en una de arco escarzano, coronada por una gran cruz. Ocupando todo el centro del paramento, se abre un gran vano rectangular, cerrado por una celosía con vidrios multicolores, que se comunica con el coro, situado a los pies de la nave central. A la derecha de esta fachada se yergue una alta y esbelta torre campanario poliédrica, cuyas paredes están cubiertas de ladrillo visto pintado de blanco. Son tres las iglesias algecireñas construidas entre los años sesenta y setenta que lucen torres campanarios: La de Sta. María Micaela, esta de Ntra. Sra. del Carmen y la de María Auxiliadora (ver Europa Sur 5 de febrero de 2021). Anteriormente solo contaba nuestra ciudad con la torre campanario de la iglesia de Ntra. Sra. de la Palma.

La disposición interior de este templo se inspira vagamente en las antiguas basílicas paleocristianas, en las que a cada lado de la nave central se abrían unas tribunas o galerías, llamadas matroneos, por ser utilizadas por las mujeres, y sobre las cuales se abrían unos ventanales, claristorios, que iluminaban el interior, y la cabecera de la nave central se cerraba con un ábside curvo. También en su fachada exterior había un atrio o nártex porticado. Podemos observar, por lo tanto, cómo una ligera reminiscencia de aquella arquitectura de la antigüedad tardía se recupera en cierta manera en esta moderna iglesia.

Fachada en los primeros tiempos, todavía con la rampa en vez de la escalera de acceso. Fachada en los primeros tiempos, todavía con la rampa en vez de la escalera de acceso.

Fachada en los primeros tiempos, todavía con la rampa en vez de la escalera de acceso.

La iglesia consta de una gran nave central, flanqueada por otras dos a cada lado, cuya altura es la mitad de la de nave central, separadas por pilares de hierro revestidos de madera, sobre los cuales discurren unos dinteles que sostienen galerías en su piso superior. Estas galerías, en una reforma de los años noventa, fueron tabicadas en cuatro de sus cinco vanos o tramos, quedando solo un vano sin cubrir a los pies de cada extremo. En tres de las paredes que las cerraron en cada ala se abrieron unos ventanales con celosías y arcos escarzanos. En los otros dos restantes, se colocaron unos mosaicos con imágenes alusivas a Cristo Resucitado. Sobre estas galerías se abren cinco ventanas con arcos rectilíneos triangulares, cerradas por vidrios, que actualmente son totalmente translucidos, pero que originalmente lucían varios colores. En la pared de la nave derecha se abren dos ventanales y una puerta en medio que se comunican con el claustro.

La nave principal está cubierta por una bóveda de medio cañón muy rebajada, generada por una sucesión de cuatro arcos fajones escarzanos. El techo se adorna con relieves en forma de pirámides invertidas. Una especie de gran arco toral, también de tipo escarzano, da acceso al presbiterio, cuyo testero, con la altura de la nave central, presenta un paramento de perfil curvo, totalmente revestido de ladrillos pintados de blanco, y carente de decoración, presidido en su centro por la imagen de gran tamaño de Cristo Crucificado. En su parte baja discurre una serie de escaños, en cuyo centro se alza la cátedra del sacerdote. Este presbiterio confiere al templo una sensación de vacío, tan acorde con la nueva estética postconciliar.

Interior de la iglesia tras las últimas reformas. Interior de la iglesia tras las últimas reformas.

Interior de la iglesia tras las últimas reformas.

En la cabecera de la nave lateral izquierda se encuentra el altar presidido por el sagrario, en una hornacina abierta en el testero de perfil curvo, y en la cabecera de la nave de la derecha, otro altar presidido por la imagen de Ntra. Sra. del Carmen, ante un testero igualmente curvo. Primitivamente, ambos testeros estaban revestidos de madera, pero en una reforma de los años ochenta se eliminó este revestimiento y se cambió por otro con losas de mármol blanco. Esta imagen de la Virgen del Carmen sustituyó a la original del siglo XVIII que se encontraba en la capilla de la Caridad, destruida en mayo de 1931. Las coronas de plata de la Virgen y del Niño Jesús fueron donadas por el almirante Barceló, cuando se hallaba en nuestra renacida ciudad durante el Gran Asedio a Gibraltar en 1783. La actual imagen se talló en la ciudad de Valencia tras la Guerra Civil y fue restaurada posteriormente en los años sesenta por Carlos Gómez de Avellaneda Martín, dotándola de una nueva encarnadura y estofado. Ya en el presente siglo se volvió a restaurar.

La primitiva imagen de la Virgen del Carmen, venerada en la capilla de la Caridad, salía en procesión hasta la marina para ser paseada por las aguas de nuestra bahía junto con la imagen de Jesús Atado a la Columna, al que también se le rendía culto en la mencionada capilla, durante el siglo XVIII. A lo largo del revolucionario e inestable siglo XIX, se fue abandonado esta tradición, recobrada en el año 1918, época en que también renacen las procesiones de Semana Santa, tras muchas décadas sin hacer su estación de penitencia. Actualmente esta imagen sale en procesión cada 16 de julio desde su parroquia homónima.

Imagen de N.S. del Carmen, con la corona donada en el siglo XVIII por el famoso almirante Barceló. Imagen de N.S. del Carmen, con la corona donada en el siglo XVIII por el famoso almirante Barceló.

Imagen de N.S. del Carmen, con la corona donada en el siglo XVIII por el famoso almirante Barceló.

En el ángulo derecho de su entrada se abre la capilla del baptisterio, cubierta con una cúpula semiesférica o de media naranja, con lucernarios alternativos en forma de cruz latina. La imagen, de gran porte, del Corazón de Jesús, sobre una repisa, preside la pared del fondo, y en el centro de la capilla se encuentra la gran pila bautismal. A los pies de la nave derecha, junto al baptisterio, se abre una hornacina revestida de mármol rosáceo donde se venera la imagen de Ntra. Sra. del Pilar, Patrona de la Hispanidad y de la Guardia Civil.

Por último, he de mencionar su claustro, construido a finales de los años setenta, cuando se demuele la parte que restaba del antiguo colegio de los Salesianos y se edifica un nuevo edificio para acoger, entre otras dependencias, el comedor parroquial. Esta nueva construcción se apoya en la parte que da al patio interior o claustro en una serie de arcadas, con arcos de medio punto sostenidos por columnas de fuste sogueado. Frente a estas arcadas, al otro lado del patio, se encuentra la fachada derecha de la parroquia, con la puerta de acceso a su interior.

Este templo es una punta de lanza del catolicismo en una zona con una sociedad en la que domina otro credo, dentro de la interculturalidad actual de nuestra ciudad.

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