EL asalto el pasado fin de semana al depósito del puerto de Málaga donde Sanidad Exterior guarda la droga que las Fuerzas de Seguridad intervienen en la provincia revela una cadena de errores en su custodia y cuestiona la rutina de unos procedimientos que permiten que importantes partidas de estupefacientes permanezcan durante meses en ese lugar a la espera de que los jueces dicten su destrucción. Resulta inaudito que un almacén con cientos de kilos de todo tipo de sustancias adictivas, situado en una zona muy transitada del recinto portuario, cuente sólo con una vigilancia privada de 9:00 a 14:00 y de lunes a viernes. Los agentes del cuartelillo de la Guardia Civil, a apenas 200 metros del lugar del robo, en teoría velaban por la seguridad del depósito el resto del tiempo con la ayuda de unas cámaras de televisión que funcionaban mal y que tampoco permitían cubrir el perímetro de la instalación. El hecho de que los delincuentes puedan integrar un grupo bien organizado, que ha utilizado sofisticados aparatos para eludir los sistemas de alarmas y forzar una de las cámaras acorazadas donde había 300 kilos de droga en polvo e incluso la posibilidad de que los ladrones dispusiesen de información privilegiada de algún topo, no sirve de coartada para tapar la incompetencia. Todo lo contrario, supone la constatación de que las deficiencias observadas no son puntuales sino habituales. Todavía está investigándose el robo de cocaína en dependencias de la Jefatura Superior de Policía de Sevilla en mayo de 2008. También resulta incomprensible el motivo para conservar esas grandes cantidades de hachís, cocaína o heroína cuando a efectos de prueba para los procedimientos se considera más que suficiente conservar únicamente unas muestras significativas. El robo puede alterar importantes procesos judiciales pendientes, ha deteriorado la imagen de los Cuerpos de Seguridad, ridiculizados por unos ladrones, y ha vuelto a poner en el mercado cientos de kilos de droga ya requisada. La gravedad del caso exige llegar al final de la investigación y delimitar todas las responsabilidades.

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