Aquí no se tira nada

Al minimizar el desperdicio de comida también luchamos contra el cambio climático

Con estas sobras hago yo unas croquetas mañana. ¡En esta casa no se tira nada! ¿Cuántas veces, los que ya peinamos canas, hemos escuchado esta frase en la mesa familiar cuando se quedaba comida en la olla? Quizás ahora, después de unas fiestas navideñas donde tanto se derrocha sea el momento idóneo para abordar un tema que supone un verdadero problema: el desperdicio de alimentos. Si conseguimos minimizar esta lacra social estaremos, además, ayudando a revertir el calentamiento global. La cocina de aprovechamiento, o trash cooking, reduce el impacto medioambiental que se deriva de la acción del cocinado, y también, de la gestión de residuos.

En mayo de 2021 el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación presentó la campaña "Aquí no se tira nada" con la que se pretendía concienciar sobre un consumo responsable y una reducción del desperdicio de alimentos. En junio de 2022, España se convirtió en el tercer país de la Unión Europea, después de Francia e Italia, en legislar a este respecto, presentando un proyecto de ley que pretende evitar que se tiren a la basura más de 1.300 millones de kilos de alimentos al año, unos 31 kilos por persona. La normativa trata de evitar las pérdidas de alimentos en toda la cadena alimentaria, desde la cosecha hasta el consumo. Hay además un tema importante de concienciación, ya que aunque el 20% de todas las pérdidas se produce a lo largo de toda la cadena alimentaria, el 40% se produce en la venta al por menor y en los hogares. En la nueva ley para combatir el desperdicio se obligará a las tiendas a fomentar la venta de productos "feos, imperfectos o poco estéticos" que estén en condiciones óptimas de consumo, así como a incentivar la venta de alimentos de proximidad, ecológicos y a granel.

La iniciativa Too good to go nos invita a tomar medidas de manera individual contra el desperdicio de alimentos. Sus objetivos se focalizan en hogares, empresas, educación y política. Disponen de una app donde pueden localizarse establecimientos que disponen de un excedente de comida que ponen a disposición del ciudadano a precios reducidos. Ofrece, además, recursos educativos gratuitos para todas las edades con los que pretenden concienciar a niños y jóvenes. ¡500 centros educativos ya los usan! Presionan a las instituciones políticas para conseguir un etiquetado de productos más transparente y fácil de entender para todos y aconsejan a restaurantes, pastelerías, hoteles y supermercados sobre el desperdicio de alimentos, y sus posibles soluciones.

Dentro del compromiso para la Agenda 2030 de Naciones Unidas, el ODS 12 recoge la aspiración de reducir a la mitad el desperdicio alimentario por ciudadano en el mundo, tanto en la venta al por menor y entre los consumidores, como en la cadena de producción y suministros.

No lo olviden, la comida no se tira, pongamos los medios para evitarlo.

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