Ellas ilustran botánica es una preciosa exposición que he tenido el placer de visitar en Madrid y que aúna ciencia, arte y género. Con la participación del Real Jardín Botánico-CSIC y el Grupo de Investigación Arte, Tecnología, Imagen y Conservación del Patrimonio Cultural de la Facultad de Bellas Artes de la UCM, esta muestra pone en valor el papel de las pioneras en la ilustración botánica, así como también, el de las ilustradoras contemporáneas. Hoy ,8 de marzo, es un buen día para hablarles del papel de las mujeres en la botánica como ciencia, una disciplina durante mucho tiempo exclusivamente masculina.

La muestra nos lleva desde el siglo XVII al XXI transitando por las más diversas técnicas, desde el dibujo, la pintura, o el grabado, a la pintura digital, la utilización del microscopio electrónico, el escáner, los rayos X, o el trabajo vectorial. Mujeres pioneras que procedentes de familias de artistas comenzaban a mostrar interés por la ilustración botánica. En el siglo XVIII, se embarcan en expediciones científicas para ilustrar la flora y fauna autóctonas de lugares exóticos. En el XIX la botánica empieza a incluirse en los “programas de enseñanza femenina” por lo que las mujeres educadoras ejercen una gran influencia en el estudio de las plantas y, ya en el XX, las mujeres ilustradoras firman sus obras, y comienzan a ser contratadas en jardines botánicos y revistas.

Es difícil resumir en estas pocas líneas algunas de sus interesantes biografías. Por ejemplo, la de Elizabeth Twining (1805-1889), que pertenecía a una familia adinerada, dueños de los famosos tés con el mismo nombre, y que dibujó las especies de los famosos Jardines Botánicos de Kew y Lexden representando por primera vez todas las fases de una planta (semillas, flores o frutos). Sus dibujos se encuentran hoy en la Sección de Historia Natural del Museo Británico. O la de la abuela paterna de los hermanos Machado, Cipriana Álvarez de Duran de Machado (1807-1904) que fue autora de las acuarelas de las variedades de olivo de Andalucía que se exhibieron en la exposición de París de 1867. Beatrix Potter(1866-1943), autora de los famosos cuentos de Peter Rabbit, fue una gran aficionada a la fotografía y el dibujo, interesada especialmente en la micología. A ella se deben los primeros dibujos de observaciones realizadas con el microscopio óptico de secciones de setas, esporas o hifas. Potter fue, además, una de las primeras en descubrir que los líquenes eran una asociación simbiótica entre algas y hongos.

Un libro con el mismo nombre de la exposición, publicado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), difunde los contenidos y el diseño de la muestra. En él, se pone en valor el trabajo de las ilustradoras científicas que ayudaron a difundir la biología a través de sus obras con las más diversas técnicas.

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