Un café con Paula

Psicóloga

Neuronas espejo, una forma de aprendizaje inconsciente desde el nacimiento

Los bebés aprenden de sus padres durante los primeros años imitando gestos La importancia del lenguaje no verbal, fundamental en el comportamiento de los niños

Paula Igartua.

Paula Igartua. / E. S.

En 1996 un neurobiólogo italiano, Rizzolatti, descubrió las neuronas espejo. Son células que responden rápida e inconscientemente a algunos estímulos imitándolos. Un espejo es una superficie pulida, que refleja la luz y así retrata la imagen del objeto que tiene delante. Es por eso que decidieron nombrarlas así.

Son neuronas que nos ayudan a imitar o reflejar las acciones de los demás. Son las que hacen que los niños y niñas imiten los movimientos de los padres, sus gestos o palabras desde que son bebés. Existen evidencias científicas de que estas neuronas son las que nos ayudan en nuestros primeros años de vida a aprender por imitación, lo que se denomina aprendizaje vicario.

En muchas ocasiones, cuando un bebé hace gestos parecidos a los de su padre, por ejemplo, decimos que se parece mucho a él, que mueve su cejita igual o sus ojos o su sonrisa… aunque se conoce que muchos de estos gestos ya son aprendidos en el bebé. Los bebés vienen al mundo para enamorar a los adultos, ellos aún son dependientes y necesitan a sus progenitores para sobrevivir, así que una de sus grandes herramientas para ello es el reflejo de lo que ven fuera. Si les sonreímos de forma automática sonríen, si lloramos lloran, si estamos nerviosos los están y si gestualizamos pueden copiar nuestras expresiones, sin embargo, todas estas interacciones no están cargadas de intencionalidad por parte del bebé, simplemente son sus neuronas espejo aprendiendo cómo deben comportarse. Esto, desde tan pequeñitos, ya es aprendizaje.

Desde 1996 se han hecho muchísimos estudios y avances sobre este gran descubrimiento. Sabemos que es el principal mecanismo de aprendizaje en los primeros años de vida, pero también que seguimos relacionándonos a través de estas neuronas con los demás el resto de nuestra vida, sobre todo en áreas motoras y emocionales. Haz una prueba, cuando estés muy a gusto con alguien, cuando sientas que habéis conectado emocionalmente, observa vuestras posturas corporales, vuestros tonos de voz y gestos, te sorprenderá ver cómo os habéis imitado sin quererlo.

Es importante resaltar que durante la infancia no tenemos desarrolladas las zonas del neocórtex, esto quiere decir que los niños no tienen la capacidad totalmente desarrollada de analizar los comportamientos, seguir ciertas normas o razonar sobre el bien y el mal, sin embargo, estas neuronas nos permiten aprender a hacerlo mediante la imitación, por eso es tan importante el ejemplo que demos a nuestros hijos desde sus primeros meses de vida. Tendemos a pensar "que los niños son pequeños y no se enteran de nada", "era muy pequeño cuando eso pasó, no lo recuerda"… sin embargo, estas neuronas almacenan información de una forma muy inconsciente, como hemos dicho, corporal. Ya sabemos que los humanos tenemos recuerdos corporales, somáticos y emocionales desde que nacemos, lo que pasa es que se almacenan de forma diferente, no es una memoria consciente, llena de pensamientos e imágenes, más bien está llena de sensaciones y emociones.

Seguro que has bostezado cuando alguien bosteza o has reído sin parar simplemente porque lo hacía otra persona, "la risa contagiosa", esas también son las neuronas espejo. También si otra persona entra en estado de ira, miedo o tristeza nuestras neuronas copian estos estados, simplemente para intentar protegernos por si existe algún peligro alrededor. Por ello, estas neuronas nos hacen empáticos con los demás. Los circuitos emocionales de la empatía también tardan unos años en desarrollarse por completo, y en parte es gracias a estas neuronas espejo y a cómo los adultos hayan sido empáticos con los niños durante su primera infancia.

Por tanto, si pensamos en la situación actual durante el confinamiento, es importante la actitud de los padres y adultos respecto al miedo al virus, la normalización de las salidas, las conversaciones entre adultos, los gestos de preocupación ante la televisión… Los niños entienden el mundo como se lo transmitimos nosotros, y muchos miedos que estamos viendo en los más peques a salir a la calle están mediados por conductas, a veces inconscientes, de los padres, como gestos o nerviosismo. Puedo decir a mi hijo que todo está bien, pero si mi cara no lo muestra las neuronas espejo darán valor a esa expresión y sabrán que algo ocurre.

Es un hecho que somos quienes somos por lo que hemos vivido y cómo lo hemos vivido, que aprendemos a través de cómo se comportan los demás con nosotros. Tanto como que la tierra es redonda o que la higiene previene infecciones, sin embargo, de estos descubrimientos también se dudó. Aún hoy muchas personas piensan que no es tan importante el ejemplo que demos a los más pequeños, les decimos que no digan palabrotas y las decimos, les decimos que no se pega pero les damos un tortazo para que aprendan…pero, el lenguaje no verbal, nuestros actos, es un 90% de la comunicación y el verbal, lo que decimos, un 10%.

Después de todo lo que has leído, ¿Qué crees que tendrá más poder en el niño, tus palabras o tus actos? Así es, lo que haces marca la diferencia.

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