Un café con Paula

Paula Igartua

La experiencia del embarazo en el Covid-19

Uno de los grandes temas que han generado dudas y miedo durante la pandemia es qué hacer cuando estás embarazada

Paula Igartua.

Paula Igartua.

En los medios de comunicación y las redes sociales se ha hablado mucho de que las embarazadas están consideradas población de riesgo ante el Covid-19 sin serlo. El desconocimiento las ha situado en una posición crítica de vulnerabilidad, pero también de desprotección en muchos casos debido al doble mensaje: estás a salvo pero no salgas, no se le transmite al bebé pero ten muchísimo cuidado porque puede contagiarse, ven sola a las ecografías pero no es peligroso que acudas al hospital… y un sinfín de recomendaciones contradictorias que lo único que hacen es sembrar miedo, confusión y por ende ansiedad.

Las embarazadas están en un proceso de poda neuronal, es decir, perfilando y mejorando su cerebro para poder atender mejor las necesidades del bebé. Es por ello que tienen también más activadas las zonas de alarma y los circuitos de la empatía. Esto quiere decir, que son extremadamente sensibles ante los peligros que puedan sufrir ellas y sus bebés.

Por otro lado, durante el confinamiento hemos vivido un aislamiento y encierro que, si ha sido estresante y de incertidumbre en una situación normal, en una embarazada puede multiplicarse este efecto. Es importante tener en cuenta el estado psíquico del embarazo, la denominada transparencia psíquica, que hace que las mujeres estén más sensibles emocionalmente porque están elaborando su historia y su cambio como mujer, y esto no ocurre de forma metafórica, sino física a nivel cerebral.

El estado mental de la madre es importantísimo para el desarrollo del bebé. Si una embarazada está muy asustada y con miedo, su cerebro segregará cortisol, la hormona del estrés, y ese cortisol también se eleva en el bebé. Para el bebé será mucho más complejo bajar esos niveles de cortisol si no los regula mamá, de hecho hoy en día sabemos que muchos niños que tienen rasgos ansiosos e inquietos, fueron expuestos durante el embarazo a un alto nivel de cortisol y lo mantuvieron durante los primeros meses de vida, esto parece implicar que esos niveles sean una manifestación en su fenotipo, es decir, desde las experiencias que pasan las madres durante el embarazo y los primeros días de vida del bebé se manifiestan de una forma u otra los genes de éste.

Si esto ocurre así cuando estamos viviendo momentos estresantes, también ocurre cuando la mamá está viviendo un suceso traumático. El bebé solo se regula a través de mamá, si el embarazo, parto o postparto han sido traumáticos para la mamá, también lo han sido para el bebé. Esto quiere decir, que síntomas que pueden darse en el estrés postraumático, lo pueden sufrir los bebés también. Hemos visto esto a menudo, niños que no duermen, lloran en exceso, les cuesta comer… solo que no sabíamos por qué el niño estaba tan inquieto.

Ahora imaginemos la situación de miedo que ha generado el estado de alarma y el confinamiento para madres, padres y bebés. Muchas mujeres no han podido tener acceso a una preparación al parto que las ayude a afrontar ese momento, otras han tenido que parir solas sin compañía. Esto es un derecho según la OMS, ya que el apoyo y seguridad para la mujer durante el parto previene partos más largos, dolorosos y con mayor número de intervenciones, esto no quiere decir que la mujer esté siempre más segura con el acompañante, sino que tiene derecho a decidir cómo quiere parir y con quién. En muchos casos esto ha supuesto un mayor riesgo de partos traumáticos y no respetados.

Además, a muchas madres se les ha separado de su bebé tras parir solas, no se ha permitido el piel con piel, y la lactancia materna por miedo al contagio. La separación interfiere de forma negativa en la lactancia y altera la producción inmune específica del bebé, además de que aumenta la frecuencia cardíaca y respiratoria, baja el índice de glucemia y aumenta el estrés del bebé, todo esto, si el bebé se contagiase apuntaría a una peor evolución. También el aumento del estrés en la mamá por la separación si ya está contagiada del virus podría hacer que la evolución de la enfermedad empeorase. Los bebés fortalecen su sistema inmune con este primer contacto, y cuando hablamos de primer contacto y sus beneficios al menos deben ser 3 horas ininterrumpidas. La lactancia es la primera vacuna y el piel con piel la primera fuente de colonización bacteriana para el recién nacido. Se sabe que la lactancia disminuye el riesgo de ser hospitalizado el primer año por neumonía o infecciones respiratorias, por tanto, parece que podría también ser de algún modo una protección ante los síntomas del coronavirus.

Por todo esto es muy importante que ayudemos a las mamás que en este tiempo están embarazadas y a sus bebés.

En primer lugar, es muy importante poder tener una preparación al parto integral, y eso implica que las embarazadas puedan tener acceso a información veraz que las ayude a tranquilizarse y protegerse en la medida de lo posible. Para ello seguro que las matronas están encantadas de ayudarlas. Es primordial el poder preparar un plan de parto que incluya todas las opciones que pudieran darse en una situación normal y durante el Covid-19 y las preferencias de la madre, por ejemplo, si estás contagiada o no estás en condiciones de hacer el piel con piel y tienes que separarte del bebé, debes saber que tu bebé tiene derecho a estar con otro familiar aunque no seas tú, si incluyes esto en tu plan de parto lo tendrán en cuenta y será tu deseo el que prevalezca.

Por otro lado, las personas de alrededor deben estar informadas también para no infundir el miedo con un caso visto en las noticias o algo que nos contó un amigo de un amigo. Además, puedes escribir un diario o cartas, la elaboración emocional del proceso de embarazo y parto está comprobado que ayuda a la integración de la información estresante de forma más saludable. Existen métodos novedosos como el hipnoparto, que ayuda a disolver los miedos y adquirir seguridad, además de disminuir el dolor en el parto, en definitiva, una ayuda integral muy útil en estos momentos.

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