desde el fénix

José Ramón Del Río

Fin de la campaña

CUANDO usted me lea, no quedarán más que dos días de campaña electoral, y uno si usted acostumbra a leer el periódico al final de la jornada. Como sabe, la víspera de las elecciones se reserva para que el presunto votante reflexione. Se agradece la medida, no ya porque se necesite de ese descanso para decidir si se votará y a quién se votará, puesto que la inmensa mayoría de ciudadanos ya lo tienen decidido, sino por el bienestar que se siente siempre que cesa un ruido que nos estaba atronando. Pero hoy es jueves y como estamos dentro de los días hábiles de campaña, no tengo más remedio que referirme a ella, porque se supone que los que escribimos en las páginas de opinión estamos obligados a comentar la actualidad, aunque ésta sea, a veces, tan desagradable que preferiríamos escribir sobre la mar y sobre los peces.

Precisamente hablando de mar, de la campaña lo que más me ha llamado la atención es la declaración de Chaves, número uno de la lista del PSOE al Congreso de los Diputados, por Cádiz, de que no contempla "bajo ningún concepto" que el "Campus de Excelencia Internacional de ámbito regional", liderado por la Universidad de Cádiz y que reúne a las andaluzas y algunas portuguesas y marroquíes que tienen mar, se quede sin los 4,8 millones de euros que tiene concedidos y que peligran porque la Junta de Andalucía se niega a pagar el interés del 5,5% que le exige el Ministerio de Economía, del Gobierno del que Chaves forma parte. Si en poco más de una semana Ministerio y Junta no llegan a un acuerdo, el proyecto del Ceimar caducará y el dinero irá a parar a otra comunidad autónoma. Como Chaves no nos puede garantizar que seguirá gobernando a partir del domingo, no se comprende de dónde saca su convicción, máxime cuando estando en el Gobierno, como vicepresidente y ministro, exigió esos intereses a la Junta, de la que fue tantos años presidente. Ojalá que mis negros presagios no se confirmen y que no se pierda, por la imprevisión de nuestros gobernantes, un proyecto tan beneficioso para toda Andalucía.

El señor Chaves lleva una mala racha. Primero fueron los temas de sus hijos, que pasó con bien (jurídicamente hablando); luego lo de las competencias sobre el río Guadalquivir, que, como presidente de la Junta, se negó a pedir, porque entendía que correspondían al Estado, aunque más tarde promovió la reforma del Estatuto para quedárselas y, por último, ya en Madrid, como ministro, se las requisa a su sucesor Griñan. Parece que Chaves, como Jano, tiene dos caras y que con una hace lo contrario que con la otra. Parodiando al poeta romántico, podría declamar: "Ceimar, Guadalquivir/ cuan atormentáis mi mente…".

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