Doñana, una aventura por la conservación

La familia de González Gordon era una de las propietarias del Coto y temía los planes de Franco

Quizá influida por la polémica de las últimas semanas sobre la situación que atraviesa el Parque Nacional, releía en estos días un artículo, publicado hace ya unos años, donde se reseñaba una charla impartida en Sanlúcar de Barrameda por Mauricio González Gordon, miembro de una de las más importantes familias bodegueras jerezanas y uno de los fundadores de la Sociedad Española de Ornitología(SEO). En dicha charla, el ponente detallaba los pormenores de la batalla legal que culminó con la protección de uno de los humedales más importantes de Europa como lugar de refugio para las aves migratorias.

En 1952 llegaron a Doñana para anillar pájaros dos importantes científicos de la época, José Antonio Valverde y Fco. Bernis, invitados por el propio González Gordon. Su familia era una de las propietarias del Coto y temía que los planes desarrollistas del Gobierno de Franco llenara la zona de eucaliptos y pinos para sacar madera. A partir de esta visita, se toma conciencia de la importancia de salvar este patrimonio natural y Bernis redacta una carta para Franco que la propia familia González Gordon le hace llegar rogándole la protección de la zona. La reacción del mandatario no es inmediata, pero se consigue al menos controlar los monocultivos una vez ganado un recurso judicial que presentan las propias familias dueñas del Coto.

Unos años más tarde, las llamadas Doñana Expeditions reúnen a los mejores ornitólogos, fotógrafos y documentalistas de la época, además de personalidades internacionales, que empiezan a poner en valor la marisma y su riqueza. Más tarde, Valverde conoce a Luc Hoffmann, un amante de las aves acuáticas y los humedales, y juntos comienzan a trabajar para salvar Doñana transmitiendo su importancia a toda Europa. En 1961, algunos de los miembros de las Doñana Expeditions ponen en marcha World Wildlife Fund (WWF), una de cuyas prioridades fue comprar tierras en Doñana. El primer presidente de WWF, Bernardo de Holanda, escribió a Franco para, a través de una carta que había redactado Valverde, pedir protección para Doñana ofreciéndole fondos para comprar tierras. Franco encargó al CSIC que respondiese afirmativamente y este, a su vez, se la encargó a Valverde, por lo que estuvo escribiéndose a sí mismo a través de sucesivas cartas que se dirigían mutuamente Franco y Bernardo de Holanda.

Esta rocambolesca historia, bastante más compleja que lo que permite la redacción de este artículo, acabó el 30 de diciembre de 1963, cuando se firmó en Jerez la compra de 6671 hectáreas de preciosa marisma y parte del Palacio de Doñana: 21 millones de pesetas los aportó WWF, recaudándolos por toda Europa, y otros 16, el Gobierno español. En 1964 se cedieron los terrenos al CSIC y se creó la Reserva Biológica de Doñana y la Estación Biológica de Doñana, como centro de investigación y con Valverde como primer director. La lucha conservacionista continuó con la ayuda de ADENA, delegación de WWF en España, y en 1969, Valverde consiguió que el Consejo de Ministros declarase Parque Nacional las 35.000 hectáreas que constituían el corazón de Doñana.

En aquella charla en Sanlúcar a la que aludía al principio, ante una pregunta del público sobre el futuro del parque,Mauricio González Gordon contestó: “Pasé mucho miedo en mi vida por el futuro de Doñana, pero ahora estoy más tranquilo, está en buenas manos, magnífico, como yo lo conocí”. La charla fue en 2009…

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