Análisis

francisco J. Núñez

El estado de bienestar

Conseguir una situación acomodada se ha convertido en clave para los partidosLa exageración de los separatistas es un obstáculo para el Estado del Bienestar

Se suele hablar de Estado de Bienestar cuando la población alcanza un nivel de vida poco más o menos aceptable. Hoy en día, conseguir una situación acomodada de la gente, en la que las necesidades básicas estén cubiertas, se ha convertido casi en el punto programático principal de los que gobiernan o aspiran a gobernar los asuntos públicos. Disfrutar de las cosas del bienestar es prácticamente el centro de todo lo referente al gobierno y a la organización de la sociedad, allanando los problemas.

Vivimos en una sociedad plural, formada por grupos de diferentes opiniones e ideologías. Por tanto, es inevitable que surjan interpretaciones algo distintas sobre la calidad de vida, para referirnos al conjunto de condiciones que hacen la existencia más agradable. La buena marcha de la economía y de los temas sociolaborales, relacionados con el empleo y la seguridad social, son fundamentales para mejorar el bienestar de la población.

El valor y los méritos de los partidos políticos son apreciados cuando responden a las necesidades de una sociedad democrática, satisfaciendo las demandas de la ciudadanía. Hoy, nos enfrentamos con una disminución de la reputación de los partidos y con un marco político muy fragmentado, que pueden producir un cierto descrédito de la política. Las palabras y movimientos políticos, envueltos en tanta teatralidad, no llegan a ocultar del todo la realidad. La afectación y exageración en la forma de actuar de los separatistas catalanes, por ejemplo, son un obstáculo que se interpone en el desarrollo del Estado de Bienestar. El separatismo no es el camino para promover el progreso.

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