ENCUENTRO INTERNACIONAL DE GUITARRA PACO DE LUCÍA

Serranito: De mito a mito

  • Serranito, un leyenda de la guitarra flamenca, reaparece en Algeciras para empezar su gira de despedida tras 65 años de carrera

  • El linense David Morales pasea su elegancia por el parque María Cristina

Serranito, durante su actuación en Algeciras.

Serranito, durante su actuación en Algeciras. / Jorge del Águila

Si ha habido un común denominador que ha definido al Encuentro Internacional de Guitarra Paco de Lucía desde sus orígenes ha sido la apuesta por perfiles legendarios dentro de la música. Cada edición, y ya van siete, el Parque María Cristina acoge espectáculos que pasan a la historia notoriamente. Ya no sólo por el resultado de la actuación sino, sobre todo, por las estampas que surgen de la misma y que dan sentido a todo el esfuerzo que desde la organización se tiene. Nos viene a la memoria la presencia de John McLaughlin a Al di Meola de años atrás.

Este año no podía faltar Víctor Monge Serranito, uno de los últimos representantes de esa generación prodigiosa en creación e interpretación. Guitarra, ésta, que sí forma parte de las páginas ilustres del flamenco y que encara un 2021 ilusionante al emprender, precisamente desde Algeciras, su gira despedida tras sesenta y cinco años en la profesión.

Fue la actuación de anoche el principio (a modo de aperitivo) de su ocaso sobre las tablas. Con Paco le unía una íntima amistad, comenzaron prácticamente en las mismas fechas, en esa capital de las oportunidades, la noche y los tablaos, para luego consagrarse como grandes concertistas.

A su edad, aunque no suene elegante decirlo así, conserva el sabor puro de quien ama lo que hace y lo sabe expresar con sutileza y pasión. Para él, así lo apreciamos al enfrentarnos a su concierto, el escenario es más que una oportunidad para reencontrarse con un público más o menos entendido. Es, sobre todo, el ecosistema donde habita con el mayor grado de felicidad posible. En la noche de este domingo estuvo acompañado por Paco Vidal y Javier Conde, dos guitarras discretas y acertadas.

El linense David Morales. El linense David Morales.

El linense David Morales. / Jorge del Águila

La taranta Cazorla y Llora la Farruca fueron los primeros títulos en sonar. El maestro se apoyó en su propia voz murmurando para no perder el tono, algo que quizás ensucia algo el sonido. La soleá nos descubrió a un guitarrista más clásico. Pidió humildemente “disculpas” por los nervios tras cinco años sin tocar ante un gran público. Sonaron tangos con sus dos escoltas y pasó a emocionarse con el título Dani, despidiéndose con Agua, Fuego, Tierra y Aire de una noche que sirvió, una vez más, de reencuentro.

Antes de marchar, recogió de manos de la delegada de Cultura, Pilar Pintor, la estatuilla de Paco de Lucía como muestra de homenaje.

Seguidamente, el bailaor linense David Morales caldeó el ambiente con un baile elegante en lo técnico y expresivo. Contó para la ocasión con el arrope de las guitarras de Salvador Andrades y Gaspar Rodríguez. El protagonista recuperó parte de obras que ya hiciera en su pasado como Amor en libertad y Lorca, como en la Farruca inicial.

El violín de Josemi Herrera y la percusión de Guillermo Ruiz bañaron de musicalidad la escena. Destacaron las voces de Esperanza Soria y Jesús Corbacho, que se templó por soleá de Triana y Frijones para ganarse los jaleos del público. El bailaor, de negro, se paseo con clase y señorío para terminar de cosechar un buen resultado. Al finalizar, invitó a numerosos artistas del Campo de Gibraltar que se encontraban entre el público, como José Canela.

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