Cultura

Sexo, drogas y 'gangsta rap'

A Notorious B.I.G., orondo rapero y productor de éxito de Brooklyn que triunfó en los noventa, lo asesinaron a tiros un 7 de marzo de 1997. Con esta escena arranca este biopic a mayor gloria de su excesiva y dorada figura, nueva entrega en la interminable serie de filmes dedicados a glosar las hazañas de los más renombrados artistas de la música popular americana.

Con estética de videoclip de raperos negratas, la película dirigida por George Tilman Jr. asume paso a paso -la vida del personaje parecía pedirlo a gritos, el guión se encarga de que todo encaje en el esquema habitual- todos y cada uno de los lugares comunes del retrato biográfico marcado por el ascenso y la caída que contribuyen a forjar un mito popular desde unos orígenes humildes, una infancia de sueños, una juventud conflictiva, el contacto con el crimen organizado, los problemas sentimentales (por llamarlos de algún modo) y la redención final por la vía de la creatividad y el arte (sic).

Así, Notorious se revela fatigosa, automática y previsible desde su arranque, pueril y discursiva en su relato en primera persona a través de un personaje (ya muerto, ninguna novedad) cuyo perfil convenientemente suavizado y autorizado no sólo no resulta mínimamente interesante sino más bien detestable. La cinta no cuestiona así el machismo, el espectáculo de la violencia o la estupidez congénita de muchos de sus personajes, raperos, traficantes, matones, madres y putas retratados con brillo y mucho glamour, a ritmo de rap y como si de un largo, interminable, videoclip de la MTV se tratara.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios