La Junta de Andalucía trasladó ayer a Madrid con todo el boato su campaña para conseguir que el flamenco sea reconocido por la Unesco como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. La capital acogió diferentes actividades, culminadas con un concierto del guitarrista algecireño Paco de Lucía en el Teatro Real.

Para el recital se agotaron las entradas en pocos días. El aforo de 1.700 personas se quedó pequeño. A la actuación del maestro de la guitarra acudieron, entre otros, José Antonio Griñán, presidente de la Junta de Andalucía; la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde; el consejero de Cultura, Paulino Plata; la directora de la Agencia Andaluza para el Desarrollo del Flamenco, María de los Ángeles Carrasco; la bailaora y coreógrafa Sara Baras; y el poeta y ensayista Félix Grande. Todos ellos participaron por la tarde, horas antes, en una rueda de prensa para defender la candidatura del género. Por la noche, ya en el Teatro Real, se unieron otras personalidades y figuras como la ministra de Igualdad, Bibiana Aído; el presentador Jesús Vázquez o el cantaor Diego 'El Cigala'.

En el hall del teatro se instaló un photo call, junto al que se situó el stand de la campaña Flamenco soy, para que todos aquellos que quisieron votar la candidatura lo pudiera hacer. Hasta ayer se habían recogido en torno a 18.000 adhesiones on line de aficionados procedentes de 40 países distintos.

González-Sinde y Griñán lideraron la escenificación del respaldo de las dos administraciones a la candidatura del flamenco a Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad cuando apenas falta un mes y medio para que el Comité de Patrimonio de la Unesco se pronuncie sobre la declaración.

En la rueda de prensa en la sede del Ministerio, en Madrid, ambos dirigentes presentaron la campaña Flamenco Soy con el objetivo de que sea ahora cuando el arte que nació en Jerez reciba una declaración que reafirme lo que ya es una "obviedad", que es "patrimonio de todos", según explicó Griñán.

Para la ministra este arte tiene "sobradas razones" para convertirse en patrimonio de la humanidad y, tras permanecer muchos años bajo una "visión marginal", han sido los artistas quienes han favorecido la "alta consideración de la que hoy goza", destacó.

Por su parte, el presidente andaluz subrayó que en el flamenco "hay parte de la historia de Andalucía", es su "mejor embajador en el mundo" y su "pasaporte desde hace muchos años". "Es arte, cultura y sentimiento que se traducen en una expresión artística que no tiene fronteras pero que tiene cuna, que es Andalucía", recalcó.

El dirigente andaluz recordó el reconocimiento que el arte tiene en el Estatuto de Autonomía de Andalucía y advirtió que la deseada declaración de Patrimonio Inmaterial "no sólo comprometerá a las instituciones a su promoción sino que hará de él un elemento universal ", comparable al tango o al jazz. Griñán, que citó a Enrique Morente para mantener que "la humanidad ya es patrimonio del flamenco", defendió además que sus manifestaciones "generan riqueza" y han de seguir formando parte de las industrias culturales, "cada vez más en expansión".

Grande repasó los orígenes del flamenco y subrayó que "no desconoció la pobreza, la humillación, el desprecio ni las lágrimas" pero -añadió- "pasó el tiempo y los artistas fueron creando un código expresivo único en el mundo y las lágrimas de hoy son de felicidad". A su juicio, la declaración será "una reparación retrospectiva para un lenguaje universal que fue durante mucho tiempo desdeñado".

Por su parte, Baras defendió que el flamenco tiene valores "esenciales" para la propia vida, ya que "sale de los sentimientos y se clava directamente en el corazón". Es, según sus emotivas palabras, "expresión de momentos trágicos y de otros de alegría" y tiene capacidad para "llegar a cualquier corazón del mundo".