La Línea

Calma chicha bajo control policial en La Atunara tras los disturbios

  • "Al no tener oportunidades laborales una parte de la población entra en situaciones mafiosas y pasan cosas como esta", subraya el alcalde

  • Los barrios linenses recobran el pulso tras los graves altercados vividos el lunes

Una parada de autobús dañada por los disturbios del lunes.

Una parada de autobús dañada por los disturbios del lunes. / M.C.I.C.

El barrio de La Atunara amaneció este martes aparentemente como cualquier otro día. La playa de Levante reunía a gente haciendo deporte a lo largo del Paseo del Mediterráneo y a grupos de personas que charlaban sentadas en los muros que separan la acera de la arena. Pocos indicios a simple vista hacían pensar que en aquella zona de La Línea se habían vivido escenas de una auténtica batalla urbana el día anterior.

La muerte de dos hombres, ahogados tras abandonar su embarcación averiada en las aguas cercanas a dicho barrio, provocó una furibunda reacción por parte de algunos vecinos de la zona que acabó en graves disturbios, con cortes de tráfico, incendios y pedradas a las fuerzas policiales e, incluso, a los bomberos.

"Lo que vivimos en el barrio de La Atunara recuerda a situaciones que vimos hace no mucho, como los disturbios raciales que hubo en Estados Unidos o las situaciones en Barcelona relacionadas con la independencia. Ver tu ciudad ardiendo, la verdad es que agradable no es", comenta apesadumbrado el alcalde de la ciudad, Juan Franco.

Observando con calma sí que se pueden percibir los desperfectos ocasionados por los vándalos que este lunes llevaron a esa parte de la ciudad al caos. Casi todos los contenedores del Paseo de Levante presentan las señales negruzcas que evidencian que hace solo unas horas se encontraban en llamas. "Aproximadamente hay unos 25 contenedores quemados, la mitad por la tarde y la otra mitad durante la noche. La sensación es que hubo un grupúsculo dando vueltas por distintos puntos de la ciudad quemándolos", explica Franco.

Juan Franco se prepara para atender a los medios. Juan Franco se prepara para atender a los medios.

Juan Franco se prepara para atender a los medios. / M.C.I.C.

En el asfalto también se aprecian grandes manchas negras ocasionadas por el fuego de los propios contenedores que los alborotadores arrastraron al centro de la calzada para cortar el tráfico. También ardió una parte del restaurante La Marina. A su alrededor, algunas personas observaban con curiosidad los desperfectos del emblemático establecimiento, que se encontraba abandonado, y otros grupos comentaban tranquilamente los sucesos, en una estampa parecida a la película Los Lunes al Sol en una ciudad que tiene a cuatro de cada diez habitantes con capacidad para trabajar en el desempleo.

Para Franco, el paro tiene mucho que ver con los sucesos vividos en la barriada: "Lo de este lunes pasa por lo que pasa, son unos hechos lamentables, pero la raíz del problema es social. Tenemos un 42% de paro, una ciudad muy castigada por el tema de la pandemia, al igual que el resto de España, pero también con el tema Brexit y con barriadas que tienen hasta un 80% de paro juvenil. Hay una parte de la población que, al no tener otras oportunidades laborales, acaban entrando en estas situaciones mafiosas y delictivas y pasan cosas como esta".

"Temo que esta historia se repita. Los que hicieron esto tuvieron una cierta sensación de impunidad", comenta el alcalde

Los dos fallecidos se ahogaron cuando presuntamente estaban realizando tareas realizadas con el narcotráfico, una de las lacras del barrio. Junto a una rotonda y sobre la mediana que separa ambos sentidos de la circulación, una goma, como popularmente se conoce a las lanchas neumáticas que se utilizan para traer a la costa el hachís procedente de Marruecos, parece estar colocada para recordar quién manda en esa zona de la ciudad. "Temo que esta historia se repita. Los que hicieron esto tuvieron una cierta sensación de impunidad", comenta Franco. Cada cierto tiempo, un furgón de la Policía Nacional pasa, ni rápido ni lento, siendo fruto de furtivas miradas desde algunas esquinas. Por el momento, ninguna persona ha sido detenida.

"Deberían investigarse esos mensajes, que no sé si podrían catalogarse como delito de odio", expone Juan Franco

Los disturbios, que se originaron en el puerto pesquero de La Atunara, fueron in crescendo con la circulación a través de las redes sociales y de WhatsApp de mensajes falsos a lo largo de la tarde: "He escuchado audios diciendo que esto ha pasado porque la Policía ha dejado que se ahogaran o han impedido que no sé qué... No creo que haya una mente pensante que estructure toda esta cadena de mensajes, da la sensación de que son individuos aislados pero con las nuevas tecnologías corren como la pólvora y acaban generando un daño a la ciudad y a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y deberían investigarse esos mensajes, que no sé si podrían catalogarse como delito de odio", expone el alcalde.

Algunas rotondas también se encuentran deterioradas. Los vándalos arrancaron este lunes los bloques de cemento que las conforman para, además de cortar el tráfico, lanzarlas contra los agentes de la Policía Nacional y la Local que intentaban dispersar a la muchedumbre. No solo contra ellos, sino también contra los efectivos del cuerpo de Bomberos que intentaban sofocar los fuegos, a los que también arrojaron huevos "gentes pobres de corazón", como los definen los propios bomberos. De esos bloques de piedra ya solo quedan los huecos tras el arduo trabajo realizado los servicios de limpieza municipal para maquillar los vestigios de la batalla de las calles.

Dos furgones de la Policía Nacional en el Paseo de Levante. Dos furgones de la Policía Nacional en el Paseo de Levante.

Dos furgones de la Policía Nacional en el Paseo de Levante. / M.C.I.C.

Una torreta de vigilancia también ha quedado afectada por los efectos del fuego, así como la nave que utiliza la delegación de playas del Ayuntamiento para almacenar el material que se utiliza en la costa linense durante el periodo estival, y que además se encuentra muy cerca del centro de salud de La Atunara. "Cuenta con material muy inflamable, como barnices que se estaban usando para la preparación de pasarelas o vehículos adaptados. Ha sufrido daños, aún no sabemos cuánto. He visto en un mensaje de WhatsApp que está circulando que ronda los 500.000 euros, que es exagerado, pero son daños importantes", afirma Franco. Unos operarios municipales se afanan en el lugar por hacer una estimación del material dañado y ver lo que se ha podido salvar.

Saliendo del barrio, dos furgones de antidisturbios entran en el mismo, en una zona que por ahora ha recobrado la calma, para tranquilidad del gobierno municipal tras unas horas muy complicadas: "Ahora parece que la situación está más calmada. Estoy en contacto con los responsables de las fuerzas de seguridad, ayer fue un día de locos. Es de los peores momentos como alcalde. Tendremos que levantarnos y seguir luchando, no queda otra".

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios