Los 28 ancianos de Alcalá del Valle que fueron trasladados a La Línea por el brote de coronavirus en su residencia, donde hubo 60 contagiados y que causó la muerte de doce de ellos, volverán el próximo lunes, día 11, al pueblo. Lo harán en buenas condiciones de salud y tras permanecer 47 días ingresados, en su mayoría, en la Residencia de Tiempo Libre del Burgo, aunque algunos de ellos precisaron ser atendidos en el hospital linense.

El regreso de los ancianos a Alcalá del Valle ha sido anunciado por el alcalde de la localidad, Rafael Aguilera, quien explica que los mayores volverán a las instalaciones de la residencia asistencial Pasionaria, que ha sido acondicionada para ello y desinfectada a conciencia tras el brote de coronavirus desatado a mediados de marzo.

Aguilera ha mostrado su satisfacción por la vuelta de los abuelos, aunque exige a la Junta de Andalucía que se le vuelvan a practicar test de detección del virus tanto a los residentes como a los trabajadores del asilo para tener total garantía de que está controlada la situación. Alcalá del Valle, con 5.046 habitantes, ha sufrido 12 defunciones de mayores por Covid-19 y un total de 72 casos confirmados a lo largo de esta pandemia.

“Exigimos que se hagan más test a residentes y trabajadores para tener la total seguridad de que no hay positivos que puedan contagiar. Hemos tenido dos inspecciones de la Junta en las instalaciones y en las reclamaciones hemos exigido que se repitan los test porque vemos a trabajadores, que a pesar de estar dados de alta, siguen con síntomas del virus”, ha añadido el alcalde.

Hasta esta residencia de titularidad municipal volverán los 28 mayores que están en La Línea (hay uno más, pero está hospitalizado por causas ajenas al coronavirus) más otros dos que están siendo atendidos en un asilo en Villamartín. El centro asistencial alcalareño arrancará con una plantilla de 30 trabajadores.

Incidentes y solidaridad

La llegada de los ancianos a La Línea estuvo marcada por los incidentes y las protestas protagonizadas por "un grupito de indeseables y descerebrados", en palabras del alcalde de la localidad, Juan Franco. "No representan a nuestra ciudad, que es solidaria", dijo el pasado día 25 el regidor después de que algunos individuos atravesasen en la calzada un vehículo, a modo de barrera para impedir que el autobús y las ambulancias en las que eran trasladados los ancianos llegasen a la Residencia de Tiempo Libre, y lanzasen objetos al tiempo que proferían insultos y amenazas.

Franco dijo entonces que el traslado de los ancianos "no se ha gestionado bien" porque la Junta no informó en tiempo y forma al Ayuntamiento, lo que le impidió "trasladar información cierta a la ciudadanía y se empezaron a generan bulos y rumores" que se difundieron con rapidez en el actual "estado de pánico" por el coronavirus. Todo ello terminó con "cuatro indeseables que acaban provocando este tipo de escenas que nos avergüenzan".

Aquellos lamentables hechos provocaron en la localidad una ola de solidaridad y cariño hacia los ancianos, reflejada en la colocación de carteles en su apoyo en el entorno de la residencia del Burgo. "Vosotros también sois nuestros abuelos", rezaba alguno de ellos.

La Policía Nacional de La Línea detuvo en los días siguientes a los incidentes a nueve personas por su presunta relación con aquellos hechos.