Vía Augusta
Alberto Grimaldi
La conversión de Pedro
El 17 de febrero de 2002, a las diez y media de la mañana, unos pescadores que se encontraban en la playa de Los Manolos de La Línea asistieron atónitos al desembarco de un comando de treinta soldados del Tercer Mando de los Marines Reales de la Armada británica. Portaban fusiles de asalto SA 80 y morteros ligeros de 60 milímetros. No era un ataque, sino un fallo de cálculo. Después de que los hombres del mar les hicieran ver su error a voces, los militares se retiraron a toda prisa de esta zona situada en el litoral de Poniente, junto a la Verja fronteriza, y se perdieron en Gibraltar. El Ministerio de Defensa británico pidió perdón por la "invasión" involuntaria y se confesó "avergonzado".
Este miércoles 9 de julio o el sábado 12, si usted visita Gibraltar, quizás tenga una sensación parecida a la de aquellos pescadores. De nuevo serán unas maniobras militares, pero esta vez en la ciudad, donde los soldados británicos patrullarán con uniforme completo, y con armas descargadas, desde Devils Tower Road hasta Maida Vale y hacia el Centro de Entrenamiento Buffadero (Buffadero Training Centre) por Engineer Road o Europa Road. Será la evidencia visible de que Reino Unido ha conseguido el que señaló como uno de sus grandes objetivos durante la negociación con la Comisión Europea: mantener su "autonomía militar" en Gibraltar.
El anuncio de estos ejercicios por parte del Mando Estratégico de las Fuerzas Armadas Británicas en la colonia se produjo unos días después de que, tras más de cuatro años, Bruselas y Londres alcanzaran un acuerdo "político" para la desaparición de los controles fronterizos en la Verja que separa Gibraltar y España y que supondrá, cuando se convierta en un tratado, la integración de facto de la colonia británica en el espacio Schengen. A los pocos días se supo que el pacto alcanzado -del que en realidad se conocen escasos detalles- preserva completamente esa autonomía militar británica en la Roca y evita la ruina económica a que se vería abocado el Peñón si no se hubiera alcanzado. Así lo proclamó el Gobierno del laborista Keir Starmer, que desveló que el futuro tratado eximirá de someterse a los controles Schengen a los militares británicos que lleguen a la base de las Fuerzas Armadas británicas en la Roca. Esto propiciará que sigan "operando sin interferencias ni interrupciones, tal como lo hacen actualmente", dijo en la Cámara de los Lores por la baronesa Chapman de Darlington, secretaria de Estado para el Desarrollo Internacional, América Latina y el Caribe en la Oficina de Asuntos Exteriores, Commonwealth y Desarrollo del Reino Unido.
Las maniobras llegan pocos días después de que Gibraltar conmemorara por todo lo alto el Día de las Fuerzas Armadas con un desfile de los tres ejércitos, por Main Stree,t desde Casemates hasta The Convent, la residencia del Gobernador británico en el Peñón. En el exterior del Convento, el comandante de las Fuerzas Británicas, el comodoro Tom Guy, presidió la parada militar, saludando a las tropas. En el desfile, participaron hombres y mujeres de la Royal Air Force, el Escuadrón de Gibraltar de la Royal Navy y el Regimiento Real de Gibraltar.
La Revisión Estratégica de Defensa 2025 del Reino Unido (Strategic Defence Review, SDR) presta especial atención al papel de Gibraltar como piedra angular de su nuevo plan de rearme frente a la amenaza de Rusia que resume en el lema "preparados para la guerra". Cuando el Gobierno de Keir Starmer lo publicó el pasado 2 de junio quedaban pocos días para que anunciara un acuerdo con la Unión Europea. El documento afianza a la Roca como un centro neurálgico para "las capacidades marítimas, de inteligencia, cibernéticas y de despliegue de fuerzas especiales". El Peñón forma parte de una red global clave (IGDN). El objetivo es convertirlo en un pilar de la estrategia británica en el Mediterráneo, para lo que considera importante mantener su presencia militar, incluidas las "operaciones de protección de la fuerza marítima, la defensa de la soberanía de las aguas territoriales británicas de Gibraltar, así como proporcionar una base en una ubicación estratégica en la entrada occidental del Mediterráneo para brindar apoyo crítico a los objetivos militares del Reino Unido y sus aliados". España no reconoce esas “aguas territoriales británicas de Gibraltar”, ya que considera que el Tratado de Utrecht no supuso la cesión a Reino Unido de ninguna soberanía sobre las aguas alrededor del Peñón.
El Ayuntamiento de La Línea reclama una compensación económica "estable" por la existencia de instalaciones militares británicas en Gibraltar como reciben otras localidades como Rota o Morón, donde hay bases que comparten España y EEUU. Esta es una de las medidas que solicita en el Memorándum acerca del posible impacto del acuerdo post-Brexit sobre Gibraltar en La Línea, que remitió al Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación y que ya se puede consultar en la web municipal.
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