El Gobierno británico asegura que la soberanía de Reino Unido sobre Gibraltar y "sus aguas" es "sacrosanta"
El ministro Lammy defiende en el Parlamento que el pacto garantiza una "frontera fluida" sin que el Peñón se una al espacio Schengen
La UE y Reino Unido logran un acuerdo sobre Gibraltar para poner fin a décadas de desencuentro con el derribo de la Verja y la integración de la colonia en Schengen
El Reino Unido ha cerrado oficialmente el último capítulo pendiente del Brexit. Este jueves, el ministro británico de Asuntos Exteriores, David Lammy, ha anunciado en el Parlamento el acuerdo político alcanzado con la Unión Europea y España para definir el estatus post-Brexit de Gibraltar, calificándolo como "el último gran asunto sin resolver de nuestra decisión de dejar la Unión Europea".
"La soberanía del Reino Unido sobre Gibraltar, incluidas sus aguas territoriales, sigue siendo sacrosanta e irrefutable", ha declarado Lammy ante los diputados de la Cámara de los Comunes, poniendo fin a años de incertidumbre para los 34.000 habitantes del Peñón.
El aspecto más significativo del acuerdo es el refuerzo de las garantías de soberanía. "Hemos reforzado este acuerdo poniendo una cláusula de soberanía para garantizar que no había duda sobre la soberanía de Gibraltar y su relación única con la familia del Reino Unido", ha señalado Lammy a preguntas de los diputados.
En una declaración de gran relevancia diplomática, el ministro confirmó que "España reconoce la soberanía de Gibraltar y su relación con el Reino Unido en ese acuerdo y se verá ese detalle en el tratado" que debe formalizar lo pactado.
Base militar, soberanía fiscal y líneas rojas
Lammy también ha asegurado que la base militar británica en Gibraltar seguirá funcionando como hasta ahora una vez se apruebe el nuevo tratado. "La base está protegida. Seguirá operando como lo hace hoy en día, habrá cero cambios", ha recalcado ante una pregunta directa de la portavoz de Exteriores conservadora, Priti Patel, subrayando que su presencia “es vital para la seguridad nacional del Reino Unido”.
"Era una línea roja para nosotros durante toda la negociación", ha remarcado el ministro laborista.
También ha garantizado que los militares británicos que lleguen a Gibraltar no tendrán que demostrar su nacionalidad. "España es un aliado de la OTAN y entendió la importancia de ese requisito", ha añadido.
En cuanto al sistema fiscal, Lammy ha dejado claro que "Gibraltar no aplicará el IVA y mantendrá su soberanía fiscal", disipando las dudas generadas por la referencia, en la declaración conjunta, a un "acuerdo sobre los principios de imposición indirecta que se aplicarán en Gibraltar, incluyendo el tabaco". Según el ministro español de Exteriores, José Manuel Albares, se prevé una “convergencia fiscal”, aunque sin ofrecer aún detalles concretos.
Gibraltar no entra en Schengen
Otro de los puntos que ha querido aclarar el ministro británico es que “Gibraltar no entrará en Schengen”. "Esto nunca estuvo sobre la mesa", ha subrayado Lammy, en respuesta a las inquietudes por el futuro control fronterizo. A pesar de que agentes de policía españoles serán los encargados de realizar los controles Schengen en el puerto y aeropuerto, Lammy ha explicado que “la inmigración, la vigilancia policial y la justicia seguirán siendo responsabilidad de las autoridades de Gibraltar”.
En cuanto a los controles por parte de la Policía española, ha aclarado que funcionarán como en el modelo ya existente en la estación de St. Pancras en Londres, donde agentes franceses operan una “segunda línea”. Si hubiera una alerta respecto a alguna persona, “esta sería devuelta a las autoridades gibraltareñas”, quienes estarán trabajando codo con codo con los agentes españoles. Esa persona “tendría derecho a asesoramiento legal” y podría ser devuelta al Reino Unido o, voluntariamente, pasar a España para ser interrogada.
Una solución pragmática para un problema complejo
El acuerdo llega tras cuatro años de negociaciones iniciadas en 2021, con 19 rondas formales de conversaciones y múltiples reuniones técnicas, contando con lo que Lammy describió como "un apoyo abrumador" de ambas partes, especialmente del Gobierno del Peñón y su ministro principal, Fabian Picardo.
La urgencia era evidente: cada día, aproximadamente 15.000 personas cruzan la frontera terrestre con España para trabajar, comprar bienes y servicios. Sin una solución, el nuevo sistema de controles de entrada y salida de la UE habría creado una frontera dura que, según Lammy, podría haber costado "cientos de millones de libras al año" y puesto en peligro la economía del territorio, trasladando finalmente la carga al contribuyente británico.
La situación actual era "insostenible" para los gibraltareños, reconoció el ministro, quien destacó que el acuerdo establecerá una "frontera fluida" que mejorará tanto la vida como la economía local.
El papel clave de Gibraltar en las negociaciones
Un aspecto destacado del proceso fue la participación directa del Gobierno de Gibraltar. El ministro principal Fabian Picardo estuvo presente "en cada etapa del proceso", según Lammy, quien aplicó el principio de "nada sobre Gibraltar sin Gibraltar".
Picardo describió el acuerdo como "algo notable, audaz, con visión de futuro y esperanzador", y acompañó a Lammy a Bruselas para cerrar las conversaciones.
El exministro de Exteriores James Cleverly, que también participó en las negociaciones durante un tiempo, ha intervenido en el Parlamento para recordar que el proceso ha durado casi cuatro años. "Lo único por lo que confío en que pueda ser un buen acuerdo es porque el Gobierno de Gibraltar ha estado muy implicado", ha afirmado.
Cleverly ha señalado que cuando el Parlamento tenga ocasión de revisar el acuerdo resultante —que deberá ser refrendado—, podrá comprobar si se han respetado las líneas rojas fijadas por el anterior Gobierno. En ese sentido, preguntó si fueron los europeos y los españoles quienes “se acercaron” a la postura británica o a la inversa para conseguir el acuerdo, pero Lammy no respondió directamente.
Próximos pasos y escrutinio parlamentario
El acuerdo político allana el camino para la finalización del texto del tratado Reino Unido-UE sobre Gibraltar. Lammy pidió paciencia para "esperar al trabajo técnico de los abogados y juristas para delinear el tratado y asegurar que el lenguaje está alineado".
"El Parlamento tendrá la capacidad de examinar por completo el tratado y por supuesto, si lo desea, de debatirlo", expresó el ministro, confirmando que se seguirá el proceso habitual de escrutinio.
Para Lammy, este acuerdo demuestra que "una relación pragmática y positiva con la Unión Europea beneficia al público británico", ya que "elimina otro obstáculo para unos lazos más estrechos con nuestros amigos de la UE" y fortalece la cooperación con España, aliado de la OTAN.
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