El acuerdo sobre Gibraltar deja en evidencia la pataleta de Picardo contra la presencia de policías españoles
El ministro principal de la colonia negó tajantemente en redes sociales que la Policía Nacional controlará el acceso al espacio Schengen en el puerto y el aeropuerto llanitos. Horas después lo celebró en Bruselas junto a Albares, Lammy y Sefcovic
Picardo: "El acuerdo es una oportunidad para restablecer una relación con España con la cooperación por encima de la confrontación”

Gibraltar/En una de las escenas más desconcertantes del largo y complejo proceso de negociación post-Brexit sobre Gibraltar, el ministro principal de la colonia británica, Fabian Picardo, negó en público lo que minutos después acabaría celebrando como un “momento de progreso”.
Todo ocurrió este miércoles en Bruselas, justo antes de que la Comisión Europea, el Gobierno español, el británico y el propio Picardo anunciaran el principio de acuerdo que permitirá la entrada de Gibraltar en el espacio Schengen. Una noticia histórica: por primera vez desde el Brexit, Reino Unido y Gibraltar han aceptado ceder el control del paso fronterizo a la Unión Europea, lo que implicará que el acceso a la Roca quede bajo supervisión de agentes españoles —Policía Nacional— eliminando así los controles entre Gibraltar y el Campo de Gibraltar.
La filtración la publicó The Telegraph poco antes de las 14:00 (hora española). El diario británico avanzó correctamente los términos centrales del pacto, que se confirmaron después en la declaración conjunta emitida desde Bruselas. Sin embargo, apenas una hora después del inicio de la reunión clave con el comisario europeo Maros Sefcovic, el ministro español de Exteriores, José Manuel Albares, su homólogo británico, David Lammy, y el propio Picardo, el líder gibraltareño decidió salir al paso del artículo con un mensaje fulminante en redes sociales: “Esto no es cierto y es engañoso. Debe ser completamente ignorado. Decepcionado con The Telegraph”, escribió Picardo en la red social X.

Sus palabras desataron una lluvia de reacciones. El desconcierto fue inmediato: medios, analistas y ciudadanos se preguntaban por qué Picardo negaba con vehemencia lo que acabaría suscribiendo apenas una hora después. El malestar se amplificó cuando el ministro principal arremetió también contra la diputada británica Suella Braverman, quien criticó duramente el acuerdo calificándolo de “rendición” y asegurando que “las Malvinas serán las siguientes”.
Picardo respondió cortante: “Except, it’s not true @SuellaBraverman…”.
Y lo mismo ocurrió durante la tarde con una noticia de The Times. Pero no aclaró nada más. Tampoco explicó, en ningún momento, en qué se equivocaba The Telegraph, ni qué parte del contenido le parecía errónea. Lo que sí ocurrió fue que, minutos más tarde, el propio Picardo apareció sonriente en las fotos del histórico encuentro con Albares, Lammy y Sefcovic, donde todos celebraron el avance logrado.
La contradicción entre sus mensajes en redes y la escena oficial fue objeto de decenas de comentarios: “Entonces, ¿quién está diciendo la verdad?”, “¿A quién enseñaré el pasaporte al llegar a Gibraltar, a la policía española o a la británica?”, “¿Por qué negar lo evidente?”, “El silencio desde Gibraltar es ensordecedor”, “Publicad ya el texto del acuerdo”, escribieron usuarios perplejos.
Tras la tormenta digital, el propio Gobierno de Gibraltar publicó un comunicado suavizando el tono. Picardo pasó de negar la existencia del acuerdo a definirlo como “una buena noticia para los ciudadanos y las empresas de Gibraltar”. “Ahora tienen certidumbre y claridad en sus vidas tras la perturbación causada por el Brexit”, celebró.
Aseguró además que el tratado “no compromete ni comprometerá la soberanía británica sobre Gibraltar”. “Esto quedará perfectamente claro en el texto del propio tratado cuando se publique. El acuerdo se refiere a las personas y no a la soberanía”, remarcó el Ejecutivo gibraltareño.
Finalmente, Picardo agradeció a todas las partes implicadas en las negociaciones y cerró su intervención con un giro optimista: “Este acuerdo representa una oportunidad para restablecer una relación entre nosotros y España que puede conducir a la asociación económica y social, y a la cooperación por encima de la confrontación”.
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