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El rival, en coche, del encierro al Municipal

Víctima de una profunda crisis económica que mantiene a su plantilla sin percibir sus salarios e inmerso en un conflicto institucional en el que acaba de entrar el alcalde de Villanueva para pedir que se marche la directiva. Con los jugadores encerrados en el campo a modo de protesta, con el técnico pagando de su bolsillo materiales, y los jugadores desplazándose a La Línea en sus coches particulares. Con todo esto y mucho más, el Sporting Villanueva Promesas, que hoy visita el Municipal de la Línea, fue capaz de vencer la pasada jornada al entonces líder del grupo IV, el Betis B, y hoy amenaza con hacerle lo mismo a la Balona.

El equipo extremeño, que trae de vuelta a La Línea al portero del último ascenso balono, Camacho, y a los exalgeciristas David Cabello y David Pino, ha puntuado en tres de sus seis desplazamientos (ha sumado cinco de 18 puntos posibles), uno de ellos en Lepe, donde la Balona perdió.

La única baja del adversario albinegro es el veterano delantero Lezaun, que cumple su cuarto y último partido de sanción.

Albert Ferri, entrenador del Sporting Villanueva Promesas, afirmó esta semana en declaraciones a este periódico que su equipo no saldrá derrotado de antemano en el Municipal de La Línea y que "se lo pondrá muy difícil" al que entrena Rafael Escobar "a base de cojones, que es la única forma de suplir las carencias".

Ferri recordó que su equipo "comenzó tarde la pretemporada" por culpa de la incertidumbre sobre quién poseía los derechos del club e insistió que los actuales directivos de la entidad no sólo no han cumplido sus compromisos, sino que apenas han pagado unos doscientos euros a algunos de los inquilinos de la caseta.

"Somos un equipo humilde y nuestra Liga es diferente a la de la Balona", asegura. "Ellos pelean por estar de la mitad hacia arriba y nosotros, de la mitad hacia abajo", dijo el preparador con lo que en la Balona entienden como un víctimismo exagerado.

Por su parte, el meta Camacho no oculta sus sentimientos en el regreso a La Línea. "Siento envidia sana de los que se quedaron en la Balompédica después de ascender", reconoce el guardavallas roteño. "Pero siempre desde el punto de vista de que me alegro por ellos, que son mis amigos, pero que a mí me hubiese gustado tener esa oportunidad, por lo a gusto que me sentía y lo identificado que estaba con La Línea y con la Balompédica", explicó el meta.

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