El fútbol le debía una al San Rafael. El campo barreño nunca había vivido un ascenso de su equipo titular. Unas veces porque el devenir de la competición le obligaba a subir fuera de los límites de la Villa y otras por partidos polémicos, nunca tuvo esa oportunidad de disfrutarlo con su gente, hasta ayer. La UD Los Barrios vuelve a ser de Tercera división, un año después del descenso. Lo hace tras una campaña exigente, siendo el mejor segundo de los grupos I y II -en el que el Espeleño ganó- y tras certificarlo con un plácido triunfo (3-0) ante la UD Tesorillo. Se notó sobre el césped quién se jugaba la historia, que saldó una vieja cuenta con la afición y el equipo gualdiverde.

La Unión regresó a la que históricamente ha sido su categoría y disfrutará de un grupo X con mucho empaque y solera. Cierra un año duro, en el que no pudo repetir el paseo de hace dos temporadas, cuando lo consiguió como campeón con gran parte del grupo actual. En esta ocasión ha tocado sufrir, hacer cuentas, tirar de décimas, mirar otros grupos, acudir al reglamento y esperar hasta la última jornada de Liga. Pero el final fue feliz y los jugadores y técnicos gualdiverdes hicieron ayer suya la celebración del ascenso, posiblemente los que mejor saben lo que ha costado.

No ocurrió lo mismo en el partido definitivo, que no fue un regalo pero tampoco un muro de hormigón. Ayudó el hecho de que el Tesorillo llegara sin opciones de salvarse. De lo contrario, el resultado nunca se sabe pero el partido hubiese sido otro. Los Barrios salió concentrado, decidido a hacer el trabajo rápido, sin medias tintas. Un minuto, una ocasión. Dos minutos, segunda ocasión y el primer gol. Ambas fueron protagonizada por un activo Juanca, que primero chocó con el meta tesorillero David pero en la segunda le ganó la partida tras introducirse en el área con su habitual velocidad y cruzando el algecireño a gol la pelota.

La Unión acercaba el ascenso con un arreón, evitó que el paso de los minutos le pesara y dejó al Tesorillo teniendo que hacer un sobresfuerzo para llevarse el partido en el derbi comarcal. Tan importante fue el tanto que los gualdiverdes bajaron el piston, continuaron dominando pero ya no fueron tan agresivos sobre la meta contraria, contemporizaron más, jugaron más en la parcera ancha y tuvo algún susto. Chupi hizo el primer remate tesorillero en el 18'.

Fue un toque de atención que metió de nuevo intensidad en el cuerpo de los hombres de Manolo Pérez Jiménez, que tiene el enorme mérito de haber ascendido por segunda vez a la Unión a Tercera. Un centro de Juanjo provocó una triple ocasión en el 23' para los locales. El meta visitante David, un minuto después, arrebató una doble ocasión con dos intervenciones de mucho mérito. Entraba con facilidad por las bandas el conjunto barreño que tuvo mucho peligro a pesar de que a ratos parecía desconectarse de su particular final, siempre bastante controlada.

Y más controlada aún con el gol de Juan Llaves. Golazo. El delantero algecireño recibió a la espalda, con espacios, el meta David se precipitó en la salida demasiado alejada de la portería y le abrió la puerta de gol al atacante gualdiverde, que se deshizo varias veces los defensores y portero tesorilleros, se metió en el área con velocidad y un vistoso juego de piernas e hizo el segundo. Era el minuto 33' y el tanto sonó a sentencia en las gargantas de los aficionados locales.

La Unión, que se lo jugaba todo, demostró su superioridad ante un Tesorillo que fue a remolque desde muy pronto y acusó el ritmo. Todavía parecían estar lamentándose de la derrota de la pasada semana que le impidió llegar a la última jornada de ayer con opciones de salvarse. Sólo una desgracia de grandes proporciones dejaría a esas altura sin ascenso a los barreños.

Dani Guerrero, con ganas, golpeó al larguero. El árbitro, bastante correcto, pudo señalar penalti en el 67' en una jugada en la que cayó Juanca dentro del área. Tras otro periodo de bajada de intensidad, en el que Domingo e Ismael Ávalos controlaron muy bien la situación en el centro y la defensa barreña apenas recibía peligro, llegó la sentencia ya con el partido en los instantes finales. Albi, que había salido en la segunda parte, se encontró con un buen pase en la derecha y no perdonó ya ante Kuko, que había sustituido al meta que salió como titular.

El tercer ascenso a Tercera estaba consumado y el pitido final abrió la veda para la alegría y la fiesta y el reconocimiento de una grada que de cara a la próxima temporada en Tercera tendrá que implicarse más para afrontar el complicadísimo pero apasionante reto de la permanencia en la nueva categoría, volver a ser la que era como la Unión ha vuelto a su sitio de siempre.