La hercúlea batalla económica de Balona y Algeciras en Primera Federación

Fútbol | Primera Federación

Los linenses, con 1,2 millones, y los albirrojos, con dos, se enfrentan a presupuestos como el del Dépor, de 12

Solo cinco de los 40 clubes no arrojan pérdidas y cuatro son los que han descendido de Segunda

El Intercity duplica sus gastos tras perder 2,3 millones y el Córdoba invierte 3 solo en plantilla

Un joven aficionado del Algeciras y otro de la Balona, juntos en el último Clásico
Un joven aficionado del Algeciras y otro de la Balona, juntos en el último Clásico / Erasmo Fenoy
A. González / R. Almagro

23 de diciembre 2022 - 18:01

La Real Balompédica en mayor medida, por cuando tiene presupuestado para el presente ejercicio 2022-23 entre 1,2 y 1,3 millones de euros, y el Algeciras Club de Fútbol, con alrededor de dos millones de presupuesto (se entiende que en ambos casos no solo para el primer equipo, sino para todos los aspectos de la entidad), se enfrentan a una Primera Federación que en sus dos primeros años de existencia va a generar unas pérdidas de entre 35 y 40 millones de euros que se repartirán los clubes de los dos grupos. Vaya, que los dos clubes del Campo de Gibraltar sobreviven en buena medida gracias a las aportaciones de quienes ejercen ya como sus accionistas mayoritarios, Raffaele Pandalone y Andrés Roldán en el caso de los de La Línea y Félix Sancho en el de los de La Menacha.

El Dépor, que declaró en la temporada anterior un desembolso de 12 millones, aparece como el gran transatlántico de esta primera división no profesional [eso dicen sus estatutos] sin olvidar casos como el del Córdoba, que solo para su plantilla (y la del filiales) tiene proyectados tres millones de euros. En la liga casos tan paradójicos como el del Intercity, el primer club de la categoría en cotizar en Bolsa, que la campaña pasada acreditó unas pérdidas de 2,3 millones al contar con unos ingresos de apenas 220.973 euros... y que esta campaña aún gastará casi el doble.

La Primera Federación (antes Primera RFEF) tiene una estructura deficitaria crónica para la práctica totalidad de los equipos que compiten en la misma. Los fundadores de la Asociación de Clubes de la Tercera Categoría Nacional -entre los que se encuentra la Balona- ya avisaron de que o aumentaban los ingresos por derechos televisivos y los fijos por patrocinio conjunto o la competición se haría inviable a corto plazo.

El presidente de los linenses, el empresario italiano Raffaele Pandalone fue más preciso y en unas declaraciones a As el pasado mes de abril dijo: “La Primera RFEF es muy bonita, pero económicamente una ruina”. A rebujo el diario El Mundo publicó un amplio reportaje con un titular que no dejaba lugar a dudas: "La Primera Federación no deja contento a nadie: un chiringuito ni viable ni visible".

La demostración de que esos augurios no eran exagerados es que año y medio después de ponerse en marcha ya se ha registrado una desaparición (Extremadura), una exclusión (llamada sibilinamente desinscripción) que ahora el TAD dictamina “nula” (Internacional de Madrid) y varios casos de impagos que van camino de cronificar en una liga deficitaria con complejas variantes para dejar de serlo.

Jabier Izquierdo sostiene en El Confidencial que de los 40 conjuntos que compiten este curso “solo cinco no dan pérdidas, y cuatro son los que bajan” de Segunda División. Un disparate en toda regla que recuerda peligrosamente a aquella Segunda B que convirtió cada 31 de julio en un sinvivir para muchos clubes que se situaban al borde del abismo del descenso por impagos. Al borde unos, porque otros terminaron despeñándose.

Para paliar las consecuencias de esta situación la Española anunció hace apenas dos semanas la creación de un fondo de garantía para los jugadores de esta división. Una medida destinada para apoyarles hasta la temporada 2024/25.

La aportación económica podrá llegar hasta los dos millones de euros anuales por temporada y podría crecer hasta alcanzar los seis millones en el cómputo total de los tres años firmados.

Las causas de las pérdidas

"Entre las razones que explican estas cifras, muchas, y para todos los gustos”, detalla el artículo de El Confidencial en referencia a los números rojos de la competición en la que están inmersos Algeciras y Balona.

“Algunos asumen el riesgo confeccionando plantillas competitivas para atacar el ascenso en busca de los cerca de siete millones garantizados solo por televisión en Segunda; otros padecen la dependencia de su negocio sobre los ingresos provenientes de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF); y los hay que han introducido un nuevo perfil de club a la categoría: es el caso del CF Intercity, el primer club cotizado en Bolsa del deporte español, que asumió unas pérdidas de 5 millones para competir este curso en la categoría, con lo que se prevé que su apuesta, lejos de caer, aumente a las puertas del gran objetivo del club alicantino”, añade.

“El Intercity se sitúa en el grupo de la zona alta de la tabla de presupuestos de la competición, donde hay que desligar a los seis filiales que compiten este año en la categoría (Real Madrid, FC Barcelona, Real Sociedad, Athletic Club, CA Osasuna y RC Celta). Los segundos equipos de los clubes de LaLiga cuentan con un dinero proveniente del fútbol profesional que les permite doblar o triplicar los presupuestos medios de la categoría, fijado en torno a los 2,5 millones”, especifica el mencionado medio.

“¿Y de dónde salen estas cifras? Pues bien, a diferencia de lo que sucede en LaLiga, la televisión no tiene por ahora un espacio preferente en la cuenta de resultados", denuncia la información.

"Aunque la Rfef se ha empeñado desde el inicio de la liga a encontrar un socio audiovisual que abone los 15 millones de euros por temporada en los que valora la competición, los clubes reciben, de media, poco más de 250.000 euros por televisión. El pasado curso, la factura fue de los 160.000 euros a los 361.000 euros que, muy probablemente, fueron a parar al Dépor por cumplir con los requisitos de la Rfef. El dinero, por ahora, proviene en su mayor parte de los fondos propios de la Federación, ya que el negocio de la televisión todavía no ha generado los 9,3 millones de euros prometidos por su presidente, Luis Rubiales, a los clubes para arrancar con esta competición, ideada por su organismo y que tiene como objetivo profesionalizar la tercera categoría”, sigue.

“Más allá de esta pata audiovisual, la Rfef aporta cerca de 70.000 euros por la explotación de patrocinios, de la categoría y de los clubes. Un extra por la comercialización de unos activos publicitarios que varios equipos explican que “no han llegado”. Es decir, la Federación asume unos pagos por unos espacios que no está consiguiendo colocar”, abunda.

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