Coronavirus | Eventos y reuniones familiares

Bodas aplazadas por la pandemia: el sí quiero tendrá que esperar

  • La mayoría de las parejas que tenían previsto contraer matrimonio esta primavera aspiran a 2021 mientras que las comuniones se quedan a la espera de las nuevas fechas

  • Los salones de celebración y hoteles, los grandes damnificados por las cancelaciones

Una mujer camina delante de un negocio de vestidos de novia y acompañantes, en Algeciras.

Una mujer camina delante de un negocio de vestidos de novia y acompañantes, en Algeciras. / Erasmo Fenoy

Una fecha grabada con esmero por el joyero en el interior de dos anillos de oro blanco a la que jamás se llegó. Quién iba a pensar que el que se prometía como el día más feliz de sus vidas para una joven pareja, un domingo cualquiera del robado mes de abril, al final transcurrió confinados en casa por culpa del coronavirus

La pandemia global ha obligado a trastocar el calendario de prácticamente todo, incluyendo los eventos familiares por excelencia: bodas, bautizos y comuniones. Los invitados se han quedado compuestos y sin novios. Y los contrayentes, sin viaje a la vista y con un sinfín de cancelaciones o aplazamientos que tienen su réplica en forma de pérdida de negocio para todas las empresas de los servicios contratados. Salones de celebración y restaurantes, hoteles, fotógrafos, coches de alquiler... Todo se ha quedado frenado en seco desde el pasado 14 de marzo. 

Durante el estado de alarma, la sociedad ha tenido que asumir forzosamente un cambio en situaciones como los funerales, donde apenas se permite a contados familiares. No ha quedado más remedio y quienes en estas semanas han tenido la desgracia de perder a un familiar plantean ya convocar misas de recordatorio en las próximas semanas. Pero en lo festivo, en lo aplazable, la mayoría prefiere esperar a tiempos mejores. Las imágenes de contrayentes confinados casándose en un balcón han sido mínimas excepciones. 

Hasta que no arranque la fase 2 de la desescalada, los eventos sociales como una boda no estarán plenamente permitidos con asistentes y, en ese caso, solo para personas de colectivos no vulnerables y con un aforo limitado.

Formalmente, un sacerdote puede casar ya a una pareja sí así lo desea con solo acompañarse de los dos testigos de rigor. Pero resultaría raro celebrar una boda o una comunión durante la desescalada en la que los invitados deban guardar la distancia social en la iglesia o el restaurante o en la que lucir mascarilla y guantes pero no haya forma de controlar qué ocurre si el convite se celebra en un espacio privado, especialmente en los bautizos y comuniones, con generalmente menor número de invitados.

Una persona coloca los bancos en el interior de la parroquia de Nuestra Señora de la Palma, en Algeciras. Una persona coloca los bancos en el interior de la parroquia de Nuestra Señora de la Palma, en Algeciras.

Una persona coloca los bancos en el interior de la parroquia de Nuestra Señora de la Palma, en Algeciras. / Nacho Marín

Todo ha derivado en una cascada de cancelaciones y aplazamientos que comienza en la iglesia (o en los juzgados para los matrimonios civiles). "Ya tengo muchísimos cambios de fecha. Todas las bodas que estaban previstas entre marzo y abril se suspendieron y algunas se han retrasado. El problema no está tanto en la iglesia, que estamos disponibles y normalizaremos la apertura muy pronto, como en los restaurantes", explica Juan José Marina, vicario episcopal para el Campo de Gibraltar y párroco de Nuestra Señora de la Palma, en Algeciras

En La Palma, Juan José Marina ha dejado de celebrar seis bodas entre marzo y abril y una decena de bautizos. La mayoría de las parejas que tenían previsto contraer matrimonio aspiran ahora a 2021 con la esperanza de garantizarse una normalidad en un horizonte que aún no está plenamente despejado. "Las parejas quieren seguridad. No sabemos aún si habrá repuntes en otoño. En esta parroquia abriremos la nueva agenda para 2021 en octubre", agrega Marina.

En Nuestra Señora de la Palma se han suspendido seis bodas entre marzo y abril y una decena de bautizos

Las comuniones permanecen igualmente en un paréntesis. Ya hay municipios, como Los Barrios, en los que se ha acordado mover las fechas de la primavera al próximo otoño. En la Villa, según anunció hace varias semanas el párroco Yelman Bustamante, el sacramento se ofrecerá en octubre en fechas cercanas a la onomástica de Nuestra Señora del Rosario, patrona la localidad. Y será con limitación de aforo: doce invitados por niño incluyendo a los padres. En otras localidades de la comarca, la decisión sigue pendiente. 

Mientras todo se aclara, los escaparates de las tiendas de ropa de fiesta permanecen congelados en el tiempo, con muchos encargos realizados que ahora deberán sufrir cambios.

De la iglesia o el juzgado, al hotel o al restaurante. Los grandes salones lucen vacíos cuando durante los fines de semana de esta atípica primavera debían acoger a decenas de comensales, brindis, risas y abrazos. 

Manuel Moreno Rojas, conocido en el mundo de la gastronomía como Manolo el de El Copo, se muestra optimista ante el futuro aunque reconoce que la pandemia le ha obligado a cerrar el restaurante hasta la fase 2 de la desescalada (no tiene terraza para reabrir este lunes) y a cancelar toda la agenda de primavera.

Manuel Moreno: "Desde que el mundo es mundo existen los banquetes. Forma parte de nuestra cultura, reunirse para celebrar"

La familia Moreno, además del señero restaurante con dos salas para 100 y 40 comensales, abrió hace ahora seis meses La Aldea de El Copo, un local para 200 comensales a la entrada de la Avenida de Andalucía de Palmones. "Habíamos celebrado en él una decena de eventos. Y ahora estábamos completos para todos los fines de semana con las comuniones. También teníamos una boda en marzo y otra en abril que no se han celebrado", detalla Moreno. Para junio y julio, Moreno se mantiene a la espera de las directrices del Gobierno y los cupos en los salones.

El salón de la Aldea de El Copo. El salón de la Aldea de El Copo.

El salón de la Aldea de El Copo.

Pese al nubarrón en las cuentas de cualquier empresa, Manuel Moreno considera que el coronavirus supondrá un tropiezo del que toda la sociedad se acabará levantando, incluyendo al sector de hostelería, uno de los grandes perjudicados por esta crisis sobrevenida. "Desde que el mundo es mundo existen los banquetes. Ya hace 2.000 años había tabernas. Forma parte de nuestra cultura, reunirse para celebrar. Creo que todo se arreglará poco a poco. Y a nosotros, los hosteleros, nos tocará adaptarnos y cambiar un poco el chip si es necesario", destaca Moreno, quien manda un mensaje de esperanza a sus colegas y también a los sanitarios y demás personal que trabaja para atajar la enfermedad.

Mensaje de Manuel Moreno de El Copo a los sanitarios por el coronavirus.

"Llegará el momento en que esto se levante. En la crisis de 2008, tengo amigos con salones de banquetes que tuvieron que reducir notablemente su capacidad. Va a volver a pasar pero será temporal. En el momento en que esto levante, creo que volveremos a la normalidad. Soy optimista", insiste. 

A Susana Ruiz, el primer evento que se le cayó de la agenda de celebraciones en el Hotel Alborán de Algeciras fue un almuerzo de jubilación de un médico y un congreso de una organización, antes incluso de que se declarara el estado de alarma. 

"Todos los eventos de los fines de semana del estado de alarma se cancelaron. Y desde finales de abril y para mayo contábamos con ocupación completa para eventos con las comuniones", explica Ruiz, quien también preside la comisión de Turismo de la Cámara de Comercio del Campo de Gibraltar y es vocal sectorial en Horeca, la patronal gaditana del sector. 

Las comuniones de abril y mayo pasarán previsiblemente a octubre, según Ruiz, si bien la directora resalta que la patronal de la hostelería solicitará al Obispado que se cambien a noviembre, dado que para septiembre y octubre aún hay bastantes bodas que mantienen su fecha en pie. "Y así podríamos acoger todos los eventos y ayudarnos en la recuperación", apostilla. 

Los enlaces matrimoniales de la primavera ya buscan fecha en el próximo año o a finales de este. "Casarse con una mascarilla no es el marco ideal. Todo el mundo, incluyendo los hoteles, esperamos la normalidad", agrega la directora. El Hotel Alborán mantiene abierta la agenda de 2021 para quienes ya quieran fijar su celelebración.

La piscina del Hotel Alborán, en Algeciras. La piscina del Hotel Alborán, en Algeciras.

La piscina del Hotel Alborán, en Algeciras.

Al margen de los eventos, será un verano diferente en los alojamientos turísticos. "Tal y como se ha planteado la apertura en la desescalada, sin poder utilizar las zonas comunes y con los viajes entre provincias prohibidos, no se podrá abrir de forma rentable. Pero al menos ya tenemos un horizonte de cierta normalidad que hace una semana siquiera teníamos", especifica la directora del establecimiento. 

La vuelta a la normalidad, por tanto, queda en manos de la evolución de la pandemia y del calendario. Será entonces cuando vuelvan los abrazos a los novios, el lanzamiento de ramos o los regalos para los niños tras el sacramento infantil. Cuándo será dependerá del comportamiento colectivo durante la desescalada. 

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