La salida de Gibraltar de la Unión Europea

Guerra fría en la Verja

  • Entre la preocupación por el aumento de las colas y la bajada de la libra, los trabajadores españoles en Gibraltar miran de cerca el temido Brexit con más dudas que certezas

Una bandera de la Unión Europea en Casamates.

Una bandera de la Unión Europea en Casamates. / Erasmo Fenoy

Hace calor de julio en las calles de Gibraltar aunque ya ha pasado el ecuador de septiembre, como si nada a la sombra de la Roca quisiera que llegara el repudiado 31 de octubre en el que todos aquí se verán arrastrados fuera de la Unión Europea en contra de su voluntad. Para dejar claro que esto es así, una declaración de intenciones recibe al visitante: el azul de una bandera de la Unión Europea ondea en una barandilla en la Explanada sobre las cabezas de cientos de turistas que enfilan las tiendas que flanquean Main Street.

Basta pegar el oído para detectar decenas de idiomas distintos, algunos irreconocibles, porque todo el mundo aquí es bien recibido. No parece ser así a cinco minutos a pie en dirección a La Línea, en lo que se conoce como la Verja, el paso fronterizo que separa a Gibraltar de España. Allí una fila de coches aguarda bajo un sol de justicia a que se agilice el paso para entrar en el Peñón. Está lejos aquel verano de 2013 -y sucesivos- en el que España respondió a la crisis de los bloques de hormigón con atascos interminables de cuatro horas -y más- en la Aduana. Pero si aquello fue la gran batalla, ahora le sigue la guerra fría. Conforme se acerca el día de la salida, con la situación enquistada en Reino Unido y, por tanto, con la amenaza de un Brexit sin acuerdo con la UE cada vez más palpable, los trabajadores españoles en Gibraltar han detectado retrasos intermitentes y tremendamente incómodos. Como puyitas lanzadas desde algún rincón de Madrid o Bruselas a los que Gibraltar responde también con toques a modo de respuesta. "Un pique entre las policías", define una de las 9.726 personas con pasaporte español que trabajan permanentemente en el Peñón, el 15% de los afiliados a la Seguridad Social del Campo de Gibraltar, según datos de la Junta de Andalucía.

Imagínese que cada día, cuando llega a la puerta de su centro de trabajo, un guardia lo para durante media hora tanto a la entrada como a la salida. No tardaría en estallar. Pues esto es lo que le sucede a cualquiera, español o no, que atraviesa el paso fronterizo al menos dos veces al día. Un quebradero de cabeza imaginable incluso para quien no lo tiene que sufrir y, sobre todo, la sombra de un fantasma del pasado que hace intuir lo peor después del 31 de octubre, por mucho que las administraciones españolas y gibraltareñas se empeñen en enviar mensajes de tranquilidad asegurando que no va a suceder.

La vida de los españoles que se ganan la vida en Gibraltar -afuera espera una comarca que padece uno de los índices de desempleo más altos de España- transcurre entre la preocupación por las colas- hay una web con cámaras en las que se puede consultar online el estado de la Verja- y las páginas de internet que detallan el valor de la libra al cambio con el euro. Desde el referéndum del 23 de junio de 2016 en el que los británicos votaron sí al Brexit la moneda británica ha perdido alrededor de un 15% de su valor. El palo en el salario es de los gordos. Una persona que ganara 1.500 euros habrá perdido desde entonces 225 euros al mes, en muchos casos más. Esa reducción en los sueldos se ha notado, y bastante, en los gastos que estas personas realizan en los comercios, sobre todo, de La Línea. Cuanto menos se tiene, menos se puede pagar.

Esto ha provocado, según relatan, un descenso en la entrada de trabajadores españoles que antes llegaban desde distintos puntos de la provincia. "Ahora no les compensa desplazarse de Jerez, Cádiz, Arcos o Vejer. Los que quedamos somos los que vivimos en el Campo de Gibraltar y los que tienen salarios más altos", explica uno de estos empleados de Gibraltar, que se quejan de la escasa información que reciben por parte de las administraciones y, en buena medida por eso, participarán en una manifestación el próximo 19 de octubre por las calles de La Línea. La protesta está convocada por la Asociación Socio Cultural de Trabajadores Españoles en Gibraltar (Ascteg) y respaldada por distintos colectivos y asociaciones de la ciudad que es la principal damnificada de una decisión de Reino Unido que, entiende, nadie ha sabido llevar con acierto.   

       

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