La Real Balompédica ha visto como su campaña de captación de abonados ha experimentado un preocupante frenazo en seco. De los 1.100 con los que llegó al primer fin de semana de julio, que hacía pensar en un éxito sin precedentes, ha pasado a apenas 1.263 a estas alturas del presente mes. Las colas en las puertas de las oficinas del club, en los bajos de Preferencia del Municipal, han desaparecido incluso antes del comienzo de la Feria. Y la directiva se enfrenta a un problema y muy serio: o la cifra de abonados se eleva de manera notoria con respecto al curso pasado... o como consecuencia de los numerosos descuentos ofertados recaudará mucho menos por un concepto vital para su presupuesto, ya de por sí ajustado.

La campaña de captación de abonados de la Real Balompédica está afectada desde el pasado viernes por ese parón que sufre de manera inequívoca cada año con la llegada de la Feria de La Línea. Los seguidores albinegros solo tienen tiempo (y dinero) para disfrutar de la semana grande de la ciudad. Y más en esta Feria 150+2, esperada como ninguna otra.

Esta ralentización en la adquisición de los carnets suele prorrogarse hasta el final del mes de julio, por aquello de que los días festivos de la ciudad deja los bolsillos maltrechos y para muchas economías ya es suficiente con llegar hasta fin de mes.

Además la estadística demuestra que en agosto la proporción de nuevas altas ya es más mesurada. Muchos invierten su dinero en disfrutar de sus vacaciones y otros se preparan para el sobreesfuerzo económico que supone el comienzo del curso escolar. Aquí está todo más o menos estudiado.

De cara a la campaña 2022-23 la entidad ofertó un descuento del 10% a aquellos que adquirieran el carnet antes de que finalizase el mes de junio. De hecho ese último día de ese mes fue el de mayor venta hasta el día de hoy, con 165 carnets validados. La fecha fue luego prorrogada hasta el 10 de julio en atención a quienes perciben su salario una vez iniciado el mes. Es decir la merma en los precios se alargó hasta poco antes del comienzo de la Feria.

Hasta la noche del pasado lunes la Balompédica contaba, según informó el propio club, con 1.263 abonados, de los que 237 son de nuevo cuño, muchos de estos últimos acogidos a las diferentes modalidades con notables reducción que ha presentado el club en su campaña Genéticamente Balono, gestada por Juan Andrés Sarrias.

La realidad es que aunque nadie se atreve a levantar aún la voz la preocupación se extiende de puertas para adentro. Se antoja posible que la Balompédica alcance los 1.600-1.800 abonados, un abanico en el que viene moviéndose las últimas temporadas en Segunda B pre-coronavirus y Primera RFEF, ahora rebautizada como Primera Federación.

Atrás quedaron experimentos como el sorteo de un coche por parte del Raffaele Pandalone en su primer año al frente del club u otras iniciativas durante el mandato del añorado Alfredo Gallardo. Al final, pese a los esfuerzos de muchos directivos, la conclusión a la que llegan es que no hay más cera que la que arde.

La cuestión es que o esa cifra es superada de largo, o con las rebajas por pronto pago y aquellas por grupo, familia, pareja... a las que se pueden acoger los aficionados, el ingreso será muy inferior al del curso pasado. La afición tiene aún la opción de tomar la última palabra.