La Real Balompédica Linense se entrenó este viernes en el estadio Municipal de La Línea. Lo que en principio debería antojarse parte de una liturgia diaria se convierte en noticia, por cuanto la plantilla que comanda Jordi Roger no se ejercitaba en ese césped desde el pasado cuatro de octubre, cuando preparaba el encuentro con el Marbella.

Los campos anexos de la Ciudad Deportiva, el de la barriada sanoroqueña de Los Olivillos (todo de césped sintético), el de Castellar y alguna visita a la Costa del Sol han sido los escenarios elegidos para la diezmada plantilla de los de La Línea, que han tenido que sobrellevar un largo exilio como consecuencia de una resiembra que sólo violentaron para disputar el choque con el Recreativo de Granada.

Al menos a simple vista, el sacrificio ha merecido la pena ya que el terreno de juego presenta un aparente magnífico estado.

Los albinegros, cinco bajas confirmadas para el duelo de este domingo con el Real Murcia, están pendientes de la evolución del delantero Pito Camacho, con una fuerte sobrecarga en los isquiotibiales.