Real Balompédica Linense

La Balona y su cantera, vasos comunicantes

Josema y Álex Orozco, durante un entrenamiento

Josema y Álex Orozco, durante un entrenamiento / Jorge del Águila

La Real Balompédica Linense festejó este domingo a lo grande en vestuarios su merecido triunfo sobre el líder del grupo IV de Segunda Federación, el hasta entonces invicto Marbella FC. Una liberación colectiva de la que pudieron disfrutar dos canteranos a los que, cuentan, se les iban a salir los ojos de las órbitas: el meta juvenil linense Alejandro Orozco Gavilán (Álex Orozco) y el defensa taraguillero José Manuel López Andrades (Josema). Ambos se quedan con la experiencia, pero se emplazan para contar con detalle el día de su primera presencia en el terreno de juego, que, están convencidos, llegará más pronto que tarde.

Álex Orozco es uno más de los innumerables productos de la inagotable cantera del Atlético Zabal, a cuyo juvenil de Segunda Andaluza sigue perteneciendo. Comenzó a entrenarse con el primer equipo el curso pasado, en concreto el nueve de marzo. Pero hasta hace nada su participación se quedaba ahí. Las lesiones de Facundo Ackerman y Rodri Gea han propiciado que haya formado parte de las tres últimas convocatorias, si bien en Cádiz ante el Mirandilla no llegó a vestirse de corto.

En la primera de esas tres llamadas, la del duelo ante el Estepona en el Ciudad de La Línea “Rodri Gea comenzó a tocarse la rodilla” y llegó a pensar que había llegado el momento de la alternativa en el fútbol semiprofesional. “A mí no me dio vértigo, si llega ese momento saldré al campo convencido de que puedo ser útil al equipo”.

“Si tengo que jugar, podéis estar tranquilos”, garantiza el cancerbero, que se define como “un portero tranquilo”. “Juego muy a mi rollo, me considero rápido de reflejo y hábil con las manos”, detalla.

Todo esto está siendo un sueño”, confiesa el guardarredes. “Desde que era chico he ido a ver la Balona todos los partidos y ahora me veo dentro y casi no me lo creo...”

“Lo del domingo con el Marbella fue un espectáculo vivirlo con los compañeros”, reseña. “La afición entregada, la fiesta en el vestuario... era una fiesta, todos cantando, saltando”.

“Para que fuese perfecto solo faltó que yo hubiese jugado”, dice riéndose con picardía. “Tiempo al tiempo”.

Josema

En el DNI de José Manuel López Andrades (Josema) dice aquello de “nacido en La Línea”, pero él se siente taraguillero. Diríase que incluso más que ciudadano de San Roque. A sus 20 años ya es todo un trotamundos, al menos en lo que se refiere al balompié del Campo de Gibraltar. Ha pasado por las canteras de CD San Bernardo, Atlético Zabal, Taraguilla, Algeciras (con cuyo juvenil ascendió a División de Honor bajo el mando de Fernando Gallego), CD San Roque (con el que subió a la Liga Nacional y en cuyo senior debutó con David Guti en el banquillo en la División de Honor). Por vestir, ha vestido hasta la camisola del Lincoln.

Lo de Josema con la Balona no es una casualidad. Su padre, José Manuel López Montecino, perteneció a su cantera y le inculcó el cariño por los colores blanco y negro. "Tengo una foto con diez años vestido de la Balona", reivindica.

Las exigencias académicas de José Carlos López y Raúl Fajarne -que le han obligado a alejarse de los entrenamientos del equipo de Segunda Federación- abrieron a Josema las puerta de la primera plantilla. Apenas un mes después de comenzar a ejercitarse a las órdenes de Baldomero Hermoso Mere la sanción de Jorge Morcillo, la lesión de Javi Fernández y las molestias que a lo largo de la semana soportó Diego Jiménez no solo le permitieron estrenarse en el acta, sino que le pusieron al borde de la titularidad.

“De hecho de martes a jueves yo me entrené como central derecho con tres atrás, pero Diego [Jiménez] se recuperó y el míster optó por él”, matiza el zaguero, que una vez en el partido contra el primer clasificado, pensó en el debut. “Con 2-0 y diez minutos por delante me mandaron calentar y pensé lo mismo es que quieren aguantar... pero bueno, otra vez será”.

“De todas formas nada más que verse en el banquillo y participar de todo lo que se vivió en el vestuario ya merece la pena”, recalca. “Hay tiempo para todo”.

Josema, al que avala su físico (188 centímetros, 80 kilos) entiende que es un “defensa duro” que sabe “utilizar su cuerpo".

“Como soy corpulento voy fuerte arriba y no creo que sea malo en la salida del balón”, finaliza.

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