Elecciones Andalucía

¿Y si el 19 de junio estamos en alerta por calor?

  • Las únicas elecciones autonómicas en solitario celebradas este mes, las de 1990, arrojaron la participación más baja de la serie, el 55,4%

  • Las de 2018 fueron unos comicios marcados por la abstención, unos 700.000 votantes de izquierdas se quedaron en sus casas

  • El PP intenta no tensar al electorado, por temor a desplazar votos hacia Vox

Un hombre se protege con sombrilla, este viernes en el puente romano de Córdoba.

Un hombre se protege con sombrilla, este viernes en el puente romano de Córdoba. / Salas/EFE

40 grados en muchas poblaciones del valle del Guadalquivir, los escolares a punto de cogerse las vacaciones escolares, puente oficioso desde el jueves en Granada y Sevilla por el Corpus. Domingo. ¿Cómo éste? El escenario climatológico de Andalucía no ayuda a que las elecciones del domingo 19 de junio tengan una alta participación, aunque éste no es el principal factor que pese a la hora de prever una movilización. Sin embargo, los antecedentes y el desarrollo de esta campaña parecen apuntar a una alta abstención, aunque lo, realmente, difícil consiste en saber a qué partido beneficiará. 

Andalucía sólo ha celebrado elecciones autonómicas en solitario en junio en una ocasión. Fue en 1990, y además cayeron en sábado. El resultado fue que la abstención llegó al 44,6%. Redondeando: la mitad de los electores no fue a las urnas en unos comicios en los que el PSOE obtuvo una mayoría absoluta, y el PP, uno de sus peores resultados: 26 escaños consiguió Gabino Puche. Los mismos que Juanma Moreno en diciembre de 2018.

La participación depende de la tensión electoral, más que del tiempo, pero esta campaña está siendo muy pasajera

La participación ha estado condicionada, a lo largo de la historia autonómica, a la coincidencia con otras elecciones. Si los presidentes de la Junta convocaban por separado, la participación caía, de no ser que la cita fuera competida. En 2012, cuando el PP de Javier Arenas estuvo apunto de conseguir el Gobierno andaluz, la participación fue del 60,7%. Pasar de ese porcentaje es difícil.

Con calor y a las puertas de un verano que se da por anticipado, muchas familias se irá a la playa o segundas residencias fuera de las ciudades, con la intención, eso sí, de regresar el domingo a tiempo para votar. Pero los regresos son siempre complicados, y más esos primeros fines de semana del estío. Si se considera que buena parte del electorado andaluz vota a lo largo de la mañana, es previsible que el tiempo ayudará a la baja participación.

No es un capricho que en Andalucía no se puedan celebrar elecciones, por ley, ni en julio ni en agosto, ya que los desplazamientos, casi obligados, podrían ser utilizados por uno u otro partido. Junio es una fecha en el que las temperatura no son aún demasiado altas, pero el adelanto del calor de este fin de semana respalda que sí es un período incierto.

En 2017, la primera ola de calor llegó el 13 de junio y se prolongó hasta el final de las clases escolares. Las salidas de los colegios se adelantaron y el final casi cayó por obligación antes de tiempo. La previsión de la Aemet es que este verano será más cálido, pero no hay una hecha para el 19 de junio. Aún es pronto.

Una solución es la del voto por correo. A raíz de la pandemia de Covid, este recurso se ha ido utilizando cada vez más en los territorios que han celebrado elecciones durante los últimos dos años. El plazo para solicitarlo ya está abierto, pero de momento no hay ninguna campaña extraordinaria por parte de las administraciones para votar de este modo.

Tensión electoral

La participación en unas elecciones vienen marcadas por la tensión que marquen los propios partidos. De momento, el PP andaluz no parece muy interesado en agitar la campaña, y no tanto por temor a movilizar a las izquierdas, sino por darle demasiado aire a Vox. El partido de Santiago Abascal no es un partido autonomista y sus electores tampoco está muy interesados en lo que ocurre a nivel regional, ése ha sido siempre un comportamiento propio del votante de derechas que podría mantenerse en los electores de Vox. A ello también ayuda que el partido a batir no es el PSOE, sino el PP.

Lo que sucedió en diciembre de 2018, cuando la socialista Susana Díaz perdió la Junta, es revelador. La participación fue muy baja, del 58,65%, pero afecto, de modo especial, a los partidos de izquierdas. Se calcula que 400.000 electores tradicionales socialistas se abstuvieron y 300.000 de otros partidos de izquierdas. 700.000 en total.

El voto de la gente más joven es, según los sondeos, de los extremos, de Vox y de las izquierdas, por lo que en principio beneficiaría tanto al PP como al PSOE. Unos 300.000 electores lo harán por primera vez un domingo de casi verano, después de un sábado de fiestas tras los dos años de pandemia.

Lo que ocurrió en 2018 ha marcado un cambio, porque fueron los electores de derechas, menos preocupados de modo histórico por los gobiernos regionales, los que participaron para acabar con el Gobierno de un partido que había detentado el poder en Andalucía desde 1982.

  

 

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