Historias de Algeciras

El Trienio Liberal en Algeciras: Ni para pitos ni tambores

  • Las autoridades provinciales liberales reclaman al Ayuntamiento una importante cantidad por determinados atrasos

  • Las fuentes de Algeciras siguen esperando su reparación

En la popular calle Ancha se encontraba el Ayuntamiento liberal.

En la popular calle Ancha se encontraba el Ayuntamiento liberal.

El asunto de Propios, tras la dura reprimenda administrativa que recibió el Consistorio algecireño, preocupa de gran manera a los liberales ediles locales, no dando un paso sin el beneplácito de las autoridades provinciales, según se informa en acta: “El Ayuntamiento de Algeciras remite oficio a la Comisión de Propios, expresando ha tomado las oportunas providencias para que se recojan en su Secretaría los asuntos y documentos pertenecientes á los Propios de esta ciudad”. Continuando: “También se acordó, pasase á dicha Comisión otro oficio de este Ayuntamiento, en que dice ha nombrado una Comisión para que reúna los documentos oportunos que debe servir para formar el Reglamento de Propios”.

Por aquellos días de conformación de comisiones, un vecino de Algeciras llamado José Aragón remite solicitud a las altas instancias liberales provinciales, en los siguientes términos: “Solicita se le compense con la propiedad de unas tierras que tiene arrendadas en 11.888 reales, que desde el año de 1798 ha suministrado para las atenciones del Gobierno”.

Mientras espera respuesta a su demanda José Aragón, propietario, entre otras, de una suerte de tierra en Getares denominada Cortijo de los Aragoneses, el cabildo local denuncia ante el Jefe Político del Partido, sobre: “Los perjuicios que causan en sus montes algunos malévolos, poniéndole fuego para perjudicar los intereses ajenos”. 

En otro orden de asuntos, el liberal Juan Suárez, Alcalde de Algeciras, manifiesta  según se recoge documentalmente: “Ha suspendido en sus funciones por ahora, al maestro de las fuentes públicas”. Recordemos, como así se ha publicado en capítulos anteriores, que en su momento el Ayuntamiento remitió escrito al Jefe Político Subalterno, solicitando: “Se apruebe la disposición que ha tomado para componer las fuentes públicas por la necesidad que se hallaban de ser reparadas”. Al parecer, la no supresión de la causa (componer las fuentes públicas), generó (suspensión en sus funciones del maestro de las fuentes públicas); sea como fuere: se mantenía la situación en perjuicio de los algecireños.

Mientras las fuentes en Algeciras esperan reparación, el consistorio local preocupado por “otras cuestiones”, solicitó a la superioridad: “Se faciliten medios para subvenir á los gastos de dos tambores y un pito que necesitan por ahora la Milicia Nacional de esta plaza”. Posteriormente y desde Cádiz, se contestó en los términos siguientes: “Se diga á aquel Ayuntamiento de Algeciras, que estando detallado en el Reglamento de 24 de Abril de este año (1820), los fondos afectos á su formación y conservación, considera ociosa la consulta que hace sobre el particular”. El pito y los tambores habrían de esperar.

Curiosamente, las autoridades provinciales le reclaman al Ayuntamiento de nuestra ciudad una importante cantidad por determinados atrasos, resultando: “El Ayuntamiento de Algeciras manifiesta su imposibilidad de entregar los 6.000 reales que se le tienen pedido por cuenta de sus atrasos del 7% del validamiento de Propios”. Respondiendo la instancia superior: “Se prevenga á dicho Ayuntamiento, que haga efectiva la expresada cantidad á la mayor brevedad y sin nuevas excusas”.

En otro orden de asuntos, las autoridades locales conformaron expediente sobre el remate de leña, constando en acta: “Expediente para la subasta y remate de varias suertes de leña elaborado por este Ayuntamiento”. Enviado el citado a las altas instancias gaditanas  desde donde responden: “No hallándolo conforme en la diligencia del último remate, ha acordado se diga á dicho Ayuntamiento, proceda a nueva subasta en los términos que previene el Reglamento de Propios que se halla vigente; y que concluido el último remate lo dirija, para su examen y aprobación, procurando no incluir en el sitio demarcado para la tala y entresaco, nada que sea de dominio particular”. 

Al mismo tiempo que prosiguen las no fáciles relaciones administrativas entre las autoridades provinciales y el consistorio local, la vida de los algecireños transcurre dentro de la mayor normalidad: “Don Juan Laínez, dueño de horno de pan y casa baja sita en calle del Muro, vende la citada a Don Ramón Bonany, en la importante cantidad de 24.000 reales”. La casa fue adquirida en 1813 por Laínez al matrimonio compuesto por Elías de Torres y Francisca Bancos. La magnífica vivienda contaba, además de cuadra, con asiento de tahona y pajar.

El grave problema de las fuentes públicas algecireñas preocupa a las autoridades provinciales, dada su importancia sanitaria; tomando estas, según el documento observado cartas en el asunto para subsanar la situación: “Se insta al Ayuntamiento, diga que prueba la determinación que ha tomado para componer las fuentes públicas de la ciudad de Algeciras”. 

Mientras las autoridades provinciales y locales intentan solucionar el grave asunto de las reparaciones de las fuentes públicas algecireñas; el Jefe Político del Partido, se ha de enfrentar a la solicitud que le hace la vecina de nuestra ciudad, María Ramírez Morilla: “Para que se dé orden a los ayuntamientos de Algeciras, Tarifa, Los Barrios y Sn Roque, para que le paguen lo que le deben de una pensión de reales diarios que disfruta sobre sus Propios por corrección de la Regencia del Reino”. 

Extracto del acta haciendo constar los millones asignados. Extracto del acta haciendo constar los millones asignados.

Extracto del acta haciendo constar los millones asignados.

Al mismo tiempo que el Jefe Político, ha de hacer frente a la demanda de la Sra. Ramírez Morilla, otro escrito demuestra la -al menos aparente- “cierta normalidad” con la que se llevó a efecto el cambio de poderes en nuestra ciudad: “El Ayuntamiento de Algeciras remite informe que se le pide sobre la instancia de Don Pedro Juan Barte, por el que solicita sueldos devengados como juez de primera instancia de esta Ciudad”. El asunto pasó a la Comisión correspondiente para que se pronunciara. Pedro Barte -recordemos-, fue el alcalde absolutista sustituido por el liberal Juan Suárez, tras el triunfo de Riego.

Dentro de aquel ir y venir de solicitudes y reclamaciones, sorprende el escrito que el consistorio local remitió a la Comisión de Contribuciones, haciéndole partícipe de: ”Los inconvenientes que encuentra para repartir el cupo que se le ha asignado de los tres millones”. Al parecer, bien podría tratarse de la asignación del impuesto indirecto denominado “millón” o “millones y cientos”, implantado temporalmente. Este  tributo, se renovaba cada seis años y de aplicación sobre la venta de vino, aceite, vinagre, carne, jabón y velas de sebo. Quedó abolido durante el siglo XVII, dada la situación económica de las instituciones provinciales; difícilmente se le podría traspasar a un solo ayuntamiento tan importante suma. Prueba de esta precariedad económica en la administración española, la constituye la enésima solicitud de cobro que la gibraltareña Ángela Pasano eleva a las altas instancias para el abono de los alquileres atrasados que en legitimo derecho le correspondían : “Como dueña de la casa en la línea de aquel Campo alquiladas a la Comandancia Militar y Hacienda Nacional”.

Millones y peticiones de cobros aparte, en el consistorio local se produce por aquellos días, un enfrentamiento entre los liberales que rigen la ciudad. El asunto, lejos de ser baladí, requirió la intervención de la superioridad; quién: “Encargó conciliación entre las partes”. Respondiendo el primer edil Juan Suárez, mediante: “Oficio que acompaña copia de las contestaciones que ha tenido con el segundo Alcalde, y otro de este expresando que los individuos de aquella Corporación no quieren prestarse a la Conciliación con el primero, según se le ha encargado”. Al parecer, la postura de rebeldía política en el Ayuntamiento de Algeciras, no era un hecho aislado, el Jefe Político del Partido, recibe de las altas instancias el siguiente comunicado: “Se halle presente a S.E. en caso de usar la fuerza, contra los Ayuntamientos de San Roque y Los Barrios, ó cualquiera otro que se oponga á lo resuelto, exigiéndole la responsabilidad, según el literal sentido del Artículo quince, Capítulo segundo del Decreto de 24 de marzo de 1813”. El asunto de Propios y Arbitrios, dividía al parecer, a los ayuntamientos de la comarca.  

Mientras los liberales que gobiernan los consistorios del Partido de Algeciras son llamados al orden con amenaza incluida, los vecinos de nuestra ciudad prosiguen sus tareas cotidianas. Tal fue el caso expresado anteriormente de José Aragón, quién solicitó posteriormente: “Compense con la propiedad de tierras que tiene arrendadas la suma que ha suministrado para las atenciones públicas”. La demanda tuvo un gran avance en su particular expediente, cuando desde la capital de la provincia se le solicitó al consistorio local: “Información sobre el particular”. 

Al ser cabeza de Partido Algeciras, se centralizará en nuestra ciudad la vida judicial. Dando como resultado la convocatoria por las autoridades de nuevas plazas para ejercer como procurador, interesándose por las mismas los siguientes: “Manuel Delgado, Antonio Blanco y Juan Antonio Puche, todos del vecindario de Algeciras, quienes piden que se les confiera las plazas de procurador de tribunal civil que debe crearse en esta Ciudad”. 

En otro orden de asuntos, las autoridades municipales locales remiten escrito a las provinciales consultándoles: “Sobre si el reparto de bellotas entre los dueños de ganado de cerda lo ha de verificar este año en el mismo orden que en los precedentes”. Pendientes de la respuesta sobre la verificación del reparto de las bellostas, los liberales algecireños observan que con la implantación del sistema liberal, las Alcaldías -sorprendentemente- se ven directamente afectadas. Esto impulsará al primer regidor local a enviar a las autoridades un escrito en el que sobresale el párrafo siguiente: “El Alcalde primero de Algeciras manifiesta los perjuicios que se le siguen á su opinión de no regentear su destino”.

Junto al “no regenteo” o administración del destino de su Ayuntamientos, el liberal Alcalde local, también pudo observar que el nuevo cambio político también tardaría en modificar el procedimiento administrativo que facilitara las acciones de los ciudadanos.  Viéndose obligado por ello un vecino de nuestra ciudad a realizar la siguiente petición: “Solicitud que hace Don Antonio Priego de Algeciras, para que se le entreguen varios documentos que ha acompañado en las instancias presentadas anteriormente”. Hasta el momento, si bien el sistema implantado era supuestamente diferente, en la practica el modo de actuación de la administración frente a la ciudadanía no se había renovado. Los viejos hábitos eran difíciles de cambiar.

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