Monumentos y edificios históricos de Algeciras

El Paseo Marítimo y el Llano Amarillo

  • El pujante Puerto de la ciudad necesitaba, desde el primer tercio del siglo XX, disponer de comunicación directa con la carretera de Málaga para aliviar el tránsito de mercancías

El Paseo Marítimo visto desde las Escalinata hacia 1957.

El Paseo Marítimo visto desde las Escalinata hacia 1957.

Hasta la década de los cuarenta del siglo XX, el litoral de Algeciras situado al Este de la ciudad estaba constituido por un acantilado sobre el que discurría la calle Baluarte, el callejón del Muro (así llamado por conservarse un tramo de la muralla medieval), y las traseras de las viviendas situadas en la parte baja, en torno al Ojo del Muelle y del Mercado. Una playa pedregosa se extendía al pie del citado acantilado imposibilitando la comunicación por la costa entre la zona portuaria y la Plaza Alta o el Fuerte de Santiago.

Desde los años treinta, los responsables del ente portuario y las autoridades municipales eran conscientes de que el pujante puerto de Algeciras necesitaba tener una comunicación directa con la carretera que conducía a Málaga, pues hasta la construcción del Paseo Marítimo, las mercancías que entraban o salían del puerto tenían que atravesar la ciudad con las molestias que el paso de carros y otros vehículos ocasionaban a los vecinos. Mediante un oficio de la Dirección General de Puertos, leído en la sesión ordinaria de la Junta celebrada el día 31 de de 1940, se tuvo conocimiento de la instancia que el Ayuntamiento de Algeciras había remitido al Ministro de Obras Públicas solicitando la construcción de un muro de costa (o de ribera).

En la sesión celebrada en el mes siguiente, la Comisión Portuaria se mostró de acuerdo con el informe emitido por el ingeniero director que señalaba la conveniencia de realizar las citadas obras, que a más de “hermosear y urbanizar la población, proporcionarían beneficios y facilidades para el tráfico y desarrollo del Puerto –venía a decir–”. Por tal motivo se acordó solicitar a la Superioridad la oportuna autorización para la realización del proyecto que incluyera la cantidad con la que la Corporación Municipal debía participar en los gastos que iba a generar la construcción del llamado muro de Ribera, puesto que era una obra que beneficiaba tanto al Puerto como a la ciudad.

El proyecto en cuestión consistía en el relleno de la línea de costa que iba desde el muelle de la Galera hasta la hoy desaparecida playa de los Ladrillos y que, en la década siguiente, una vez asfaltado el camino e iluminado, se convertiría en el conocido como Paseo Marítimo. El principal objetivo de este proyecto era habilitar un acceso directo al puerto desde la Carretera de Málaga, evitando que los vehículos con carga de pescado, corcho y otras mercancías tuvieran que atravesar la población.

El Paseo Marítimo a mediados de los años 1970. El Paseo Marítimo a mediados de los años 1970.

El Paseo Marítimo a mediados de los años 1970.

El 3 de abril de 1941 fue aprobado por la Junta de Obras del Puerto el proyecto del muro de Ribera elaborado por el Ingeniero Director, José Estévez Tolezano, que comprendía la construcción de unos rellenos para formar la plataforma sobre la cual iría un camino con una longitud de 1.070 metros y una anchura de 19, así como el saneamiento necesario por medio de un sistema de alcantarillado, permitiendo, a más de higienizar este lugar de la población, introducir las consiguientes mejoras en su parte urbana derivando el importantísimo y cada día más creciente tráfico del Puerto sin necesidad de atravesar la población. Aunque fue devuelto por la Superioridad para que se hicieran algunas modificaciones, se aprobó finalmente por Orden Ministerial del 27 de noviembre con un presupuesto de 1.614.894,17 pesetas. El Ayuntamiento de la ciudad se comprometía a aportar el 25% de esta cantidad.

El proyecto definitivo sería redactado por el nuevo ingeniero director del Puerto, Francisco Martínez Tourné, el 16 de julio de 1941. Las obras se iniciaron, por el sistema de administración y a destajo, en el mes de agosto de 1942, corriendo las primeras adjudicaciones a cargo de la empresa de Carlos Loring Martínez, aunque posteriores destajos fueron adjudicados a otras compañías constructoras, lo que alargó unos trabajos que pudieron haber finalizado en dos años hasta principios de 1950.

Según consta en las actas de la Junta, en las obras del muro de Ribera se utilizó piedra traída de la Cantera de los Guijos mediante un tren tirado por una locomotora-tender marca Biesboc, número 33, y varias vagonetas-volquetes metálicas y zorrillas de chasis metálico que eran alquiladas a la empresa constructora por la propia Junta. Para que pudiera llegar la locomotora con las vagonetas hasta las obras del muro de Ribera se instaló una línea de ferrocarril de vía estrecha que cruzaba la Marina y llegaba hasta las proximidades de lo que luego sería la Escalinata.

Vista aérea tomada en 1929 de la zona litoral situada al Este de la ciudad en la que se construyó, entre 1942 y 1952, el muro de Ribera o Paseo Marítimo. Vista aérea tomada en 1929 de la zona litoral situada al Este de la ciudad en la que se construyó, entre 1942 y 1952, el muro de Ribera o Paseo Marítimo.

Vista aérea tomada en 1929 de la zona litoral situada al Este de la ciudad en la que se construyó, entre 1942 y 1952, el muro de Ribera o Paseo Marítimo.

El acta de recepción definitiva de las obras fue aprobada en el mes de mayo de 1951, aunque hubo que hacer un segundo proyecto reformado autorizado por Orden Ministerial de 5 de julio de 1946 y un tercer aprobado por la Junta el 5 de mayo de 1950, dándose por acabadas las obras en noviembre de ese año.

Una vez finalizados los trabajos de relleno y alcantarillado del muro de Ribera se acometieron las obras de pavimentación y urbanización del mismo con un presupuesto por administración de 951.117 pesetas, de las que el Ayuntamiento aportaría también el 25 por ciento y que se prolongarían hasta el tercer trimestre del año 1952 cuando se acabaron las obras del proyecto de Acceso de la carretera de Cádiz a Barcelona al puerto de Algeciras, que discurriría sobre el citado el muro de Ribera. Dicho proyecto fue aprobado el 29 de noviembre de 1949 y tenía por objeto enlazar, mediante una calzada de doble vía el puerto con la carretera Cádiz-Málaga a la altura de La Granja. Consta que los últimos destajos se realizaron en el mes de agosto de 1952.

Las obras de pavimentación e iluminación del muro de Ribera darían lugar a un muelle colindante con el Paseo Marítimo que, años más tarde, se ampliaría en dirección Norte y Este con rellenos para dar lugar a lo que luego se conoció popularmente como Llano Amarillo por el color ocre amarillento del albero con que se cubrieron los rellenos. La pavimentación del primer tramo de este nuevo muelle se adjudicó en junio de 1967.

En los años setenta y ochenta este espacio, situado entre la ciudad y el puerto, se volvió a ampliar con la finalidad de encauzar los crecientes flujos de vehículos de magrebíes que, sobre todo en verano, accedían a Algeciras para embarcar. En los años noventa se habían ejecutado varios proyectos en otros lugares del puerto para atender a la Operación Paso del Estrecho, con lo que el Llano Amarillo había dejado de ser imprescindible para canalizar la citada Operación. Entonces comenzó a debatirse la posibilidad de convertir aquel espacio en una zona de expansión urbana como venía demandando el Ayuntamiento desde hacía décadas.

En el año 2005, la Consejería de Obras Públicas y Transporte de la Junta de Andalucía, el Ayuntamiento de Algeciras y la Autoridad Portuaria firmaron un convenio para la transformación del Llano Amarillo en una zona de uso público. El objetivo era la remodelación completa de la explanada, con una extensión de 8,3 Ha, y la reordenación del frente marítimo, reconvirtiéndolo en un espacio público urbano bien equipado y con amplias zonas verdes. Se convocó un concurso internacional cuyo fallo se produjo en abril de 2005, siendo ganadores del mismo los arquitectos Antonio Cruz y Antonio Ortiz.

Aunque en el año 2006 los autores presentaron el proyecto definitivo, lo cierto es que nunca se puso en ejecución. En el año 2010 se procedió por la Autoridad Portuaria a la redacción y realización de un nuevo proyecto, mucho más modesto, consistente en la urbanización y la construcción de paseos en la zona central del Llano Amarillo, obras que se inauguraron en el mes de mayo del año 2011.

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