El naufragio del pesquero 'Rúa Mar' cumple cinco años pendiente de ser juzgado

El palangrero desapareció el 23 de enero de 2020 con seis tripulantes a bordo, de los que solo dos fueron hallados sin vida

La Audiencia Nacional investigaba por tráfico de drogas al armador del barco, que está imputado como presunto autor de homicidio y delitos contra la salud pública

La Fiscalía pide 114 años de cárcel para el armador del 'Rúa Mar' por homicidio, tráfico de drogas, estafa, banda criminal y blanqueo

El pesquero gaditano Rua Mar , con sede en Barbate, cuya tripulación era de Algeciras.
El pesquero gaditano Rua Mar , con sede en Barbate, cuya tripulación era de Algeciras.

Algeciras/La madrugada de este jueves se han cumplido cinco años de la desaparición del Rúa Mar, el pesquero al que se perdió la pista el 23 de enero de 2020 a unas 28 millas del Cabo Espartel (Marruecos). Desde entonces, el paradero del barco y lo que sucedió exactamente aquella noche siguen siendo una incógnita. Solo dos de sus seis tripulantes fueron hallados sin vida y poco más de un mes después se suspendió la búsqueda del palangrero, que además estaba siendo investigado por la Audiencia Nacional por tráfico de drogas. Tras la investigación, la Fiscalía Antidroga del Campo de Gibraltar imputó a Pedro Samuel Maza Ruiz, armador del pesquero como presunto autor de los delitos de homicidio (pena de 90 años), pertenencia a grupo criminal (2 años), contra la salud pública (12 años), estafa (1 año) y blanqueo de capitales (6 años), además de contra el derecho de los trabajadores (3 años). El juicio aún no se ha celebrado.

El Rúa Mar, con metros de eslora y 4,10 de manga, fue botado en 1997 y construido en los astilleros Nodosa, situados en Marín (Pontevedra). Aunque tenía su base en Barbate, toda su tripulación y su armador eran de Algeciras. La Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes Marítimos, órgano colegiado del Ministerio de Transportes, aún tiene la investigación de lo que pudo suceder en curso.

El protocolo de búsqueda se puso en marcha después de que la radio-baliza del Rúa Mar se activara automáticamente al entrar en contacto con el agua a la 1:31 de la madrugada. Un amplio dispositivo formado por Salvamento Marítimo, la Armada y la Guardia Civil, con la colaboración de Marruecos, peinó metro a metro el fondo marino durante un mes, con casi 10.300 kilómetros cuadrados en superficie y 546 kilómetros cuadrados en la búsqueda submarina. El Gobierno dio por concluida la búsqueda el 27 de febrero de 2020. Salvamento Marítimo estimaba que el coste de la búsqueda del Rúa Mar ascendió a un millón y medio de euros.

La principal hipótesis que trazó el Gobierno es que el buque sufrió un repentino golpe de mar que le hizo irse a pique. El Rúa Mar había zarpó el miércoles 22 de enero por la noche desde Barbate, donde tenía su base, con seis expertos marineros a bordo: los hermanos Antonio Javier y Ángel Maza (el primero, patrón sustituto del barco), Antonio Fernández, Daniel Gallego, Iván Cazorla y Óscar Maquera.

Tras conocer la noticia del naufragio del palangrero, los familiares de los marineros se congregaron en la dársena pesquera de Algeciras para arroparse y aguardar la espera de posibles noticias. De los primeros momentos de inquietud y esperanza, pronto se pasó a la desesperación por la falta de indicios entre un constante goteo de familiares, amigos y representantes institucionales. Todos buscaban insuflar ánimos en un momento que, psicológicamente, resultaba insostenible.

El primer punto de inflexión en la tragedia del Rúa Mar llegó el domingo 26, tras tres días sin ninguna pista y cuando los ánimos entre los familiares comenzaban a flaquear. Un pesquero colaborador del dispositivo encontró cerca de Barbate dos balsas salvavidas sin abrir. La noticia cayó con toda su crudeza sobre los familiares, quienes comenzaron a asumir que pronto se dejaría de buscar a supervivientes para tratar de localizar un barco hundido.

contrarreloj, el dispositivo de rastreo comenzó a reforzarse pensando ya en medios más avanzados para explorar el fondo del mar. El buque Clara Campoamor de Salvamento Marítimo se dotó en tiempo récord con un robot articulado y un sonar cedido por el Instituto Español de Oceanografía (IEO) para rastrear la zona. Horas antes se había incorporado el buque Tofiño de la Armada Española, también dotado con medios técnicos. Pero aún quedaban varios golpes más para los familiares. Las corrientes hicieron emerger los cadáveres de dos de los tripulantes apenas unas horas después del hallazgo de las balsas.

Primero, el lunes 27 fue hallado el cuerpo sin vida de Antonio Javier Maza, tío del armador del barco, Pedro Maza. Apareció a unas 7 millas de Tarifa y a 5 millas al oeste de Barbate, a unas 30 millas del lugar donde se activó la radiobaliza. Al día siguiente, martes 28, en la costa de Tarifa fue localizado el cuerpo de Óscar Maquera.

Para sus familiares supuso la constatación de la tragedia. Pero, también, la posibilidad de darles sepulturaMaza fue enterrado el miércoles 29 mientras que Maquera fue repatriado a Colombia, donde tenía sus orígenes, días después.

Entre los allegados comenzó a cundir la posibilidad de que el mar siguiera devolviendo al resto de la tripulación, algo que no sucedió aunque el perímetro costero de búsqueda se amplió hasta la costa de Málaga.

Una investigación en marcha

Nueve días después de que el palangrero naufragara, Europa Sur desveló la exclusiva que iba a dar un vuelco al relato: el pesquero zozobrado estaba siendo investigado por la Audiencia Nacional por su presunta relación con el tráfico de drogas. El Juzgado Central de Instrucción nº 6 instruía desde hacía meses las diligencias, en manos de la Policía Nacional, cuyos seguimientos y grabaciones telefónicas apuntaban a la conexión del armador con una red delictiva.

Pedro Maza deberá pagar, según el escrito firmado por la fiscal Antidroga del Campo de Gibraltar, Macarena Arroyo, adelantado también por esta redacción, diversas multas por un valor total de 11.400.000 euros y 3.800.000 euros en concepto de indemnizaciones a los familiares de los seis muertos durante el naufragio, además de casi dos millones de euros a Salvamento Marítimo derivados de la búsqueda del Rúa Mar.

El Ministerio Fiscal señala en el escrito que Maza intentó utilizar para sus alijos otras dos embarcaciones de su propiedad antes que el palangrero Rúa Mar, pero diversos fallos y averías lo impidieron. El operativo de vigilancia observó a la tripulación que se embarcaba en el Rúa Mar la fatídica noche del 22 de enero de 2020. El armador, que se encontraba en Algeciras, recibió horas después una llamaba de su tío en la que le comentaba "que algo ha sucedido en el barco y que tienen una avería", según describe el escrito de la Fiscalía. En otra conversación telefónica mantenida con su mujer, al conocer el fallo en el Rúa Mar, esta contesta: "Pedro, que lo tiren...".

"En esa llamada -prosigue el escrito-, Salvamento Marítimo le pregunta al acusado si tiene algún modo de contactar con la embarcación", a lo que el armador responde que no, "omitiendo que la tripulación poseía un teléfono satelital". "Tras la llamada de Salvamento Marítimo, el acusado efectúa hasta seis llamadas más, con el fin de aparentar preocupación e interés por su tripulación", añade la Fiscalía.

Según un informe del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, en el momento del hundimiento, el pesquero se encontraba fuera de la zona permitida según su certificación.

"En la mañana del 23 de enero, tras conocerse el naufragio a 28 millas del Cabo Espartel, cerca de Tánger, Pedro Maza, sabiendo que no tiene abonado el seguro de responsabilidad civil de la embarcación, efectúa un ingreso con el fin de cubrir el pago de las cuatro cuotas pendientes", señala el escrito de acusación, que finaliza así: "El 26 de enero, el servicio marítimo de la Guardia Civil hace entrega de dos fardos de unos 25 kilogramos de hachís cada uno", hallados flotando en el mar en las inmediaciones del Faro Trafalgar. Dicha carga, según la fiscal Antidroga, pertenecía al Rúa Mar.

Pedro Maza fue detenido en julio de 2020 por tráfico de drogas en la denominada como Operación Matraca, iniciada por las autoridades en 2019, como presunto cabecilla de una red de tráfico de hachís que traía la droga en pesqueros desde Marruecos. Además, en mayo de 2023 también fue arrestado tras la incautación de 2.400 kilos de hachís que iban ocultos en un doble fondo del pesquero El Arcángel, que descargaba la droga en El Puerto de Santa María.

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