Francisco Terán se considera todo un privilegiado por hacer lo que le gusta, estudiar la historia de su pueblo. Tarifa, ciudad marcada por innumerables avatares a lo largo de los siglos, es todo un paraíso para los amantes de los archivos, documentos y testimonios. En el caso de Terán, además de la afición es profesión dada su licenciatura en Historia; y herencia, ya que su padre, Jesús Terán, fue cronista oficial de la ciudad. A sus 35 años, lleva una década mirando con lupa cada rincón tarifeño en busca de esclarecer los detalles que encierra cada piedra, cada portal y cada adoquín. "La historia también está hecha de pequeños detalles. De testimonios o anécdotas. Busco despertar otra mirada sobre la historia", relata el también presidente del colectivo histórico Baluarte y miembro de la revista Aljaranda.

Pero la historia no es tal si no se difunde. Terán ha recopilado sus conocimientos sobre lo que denomina la "historia menuda" en un libro que cuenta con el prólogo del reputado hispanista Ian Gibson al que -confiesa- conoció por casualidades de la vida y quedó entusiasmado con la idea. El libro hace un recorrido virtual por los lugares con historia en un formato asequible que casi puede ser considerado una guía para el turista que busca más que el sol y la playa.