Cultura

Flamenco en tiempos de coronavirus

  • La bailaora Mónika Bellido estrena un nuevo curso de su escuela de danza con varios cambios en la rutina de las clases debido a la pandemia, pero con las mismas ganas de enseñar este arte

Mónika Bellido y sus alumnas, en la escuela de arte flamenco.

Mónika Bellido y sus alumnas, en la escuela de arte flamenco. / Nacho Marín

El inicio de septiembre siempre trae la vuelta a la rutina y a la enseñanza. No es menos la Escuela de Arte Flamenco Mónika Bellido de Algeciras, dirigida por la bailaora flamenca del mismo nombre, que este martes vuelve a la actividad después de un parón tras las vacaciones de verano y de otro forzado por el coronavirus. 

El retorno a las clases de este año es diferente a los anteriores en esta escuela flamenca dirigida por la bailaora. Hay que cuidarse mucho de cumplir las pautas de seguridad para prevenir posibles contagios por Covid-19 en las clases. Ello ha obligado a la bailaora Mónika Bellido a reducir a la mitad el aforo de sus clases, donde siempre hay que mantener la distancia de seguridad y se recomienda llevar mascarilla, algo que la propia bailaora siempre hace, además de emplear adicionalmente una pantalla protectora. Tampoco falta el gel hidroalcohólico. 

La pandemia ha obligado a esta artista flamenca algecireña que dedica gran parte de su tiempo a la enseñanza a "redoblar" el esfuerzo que destina a una escuela en la que trabaja ella en solitario. Por ejemplo, ahora emplea más horas en la docencia para poder atender a más alumnos y también debe dedicar más tiempo entre clase y clase para desinfectar el espacio y evitar que los aprendices de los distintos grupos coincidan. 

"El aula es un lugar mágico para aprender el flamenco. La esencia de la escuela transmite mucho más allá del flamenco: a respetarse a uno mismo, a superarse, a crecer", comenta la bailaora

Pero para Bellido, todos estos esfuerzos extra compensan la experiencia de poder volver a las clases presenciales. "Zoom ha solucionado muchas cosas, pero yo prefiero el contacto con los alumnos. La distancia social no es distancia emocional. El aula es un lugar mágico para aprender el flamenco. La esencia de la escuela transmite mucho más allá del flamenco: a respetarse a uno mismo, a superarse, a crecer", comenta la bailaora de cara a la vuelta a la presencialidad del nuevo curso.

Bellido aclara que prefiere el término escuela al de academia para referirse al espacio de aprendizaje que ha fundado. "Para mí hay una distinción entre ambas. Me gusta que mis alumnos aprendan el flamenco, no ya desde la coreografía o la planificación de un espectáculo, sino en apreciar y valorar este arte", resalta. 

Aunque su escuela todavía es joven - fue fundada en 2017 -, Bellido lleva gran parte de su vida dedicada al mundo de la enseñanza. Aunque también es periodista de formación, profesión que llegó a ejercer también en el Campo de Gibraltar, su gran pasión es el flamenco. Poseedora de una Cátedra de Flamencología, su carrera en la docencia ha estado ligada al mundo universitario, ya fuera en Granada, Madrid o en la provincia de Cádiz. 

Fueron precisamente sus alumnos los que le dieron la idea de poner en marcha la escuela, hasta que finalmente emprendió este proyecto. "Mientras impartía en el aula universitaria de flamenco de la Universidad de Cádiz, esta necesidad surgió prácticamente sola. Eran los propios alumnos los que me decían que por qué no me animaba a emprender. Nunca me lo había planteado así y el destino me hizo que me lanzara y estoy contentísima", resume sobre los inicios de su escuela.

A pesar de la ilusión que le despierta transmitir el flamenco a través de sus clases, Bellido continúa también activa en el mundo del espectáculo. "El escenario y la clase son cosas completamente diferentes, pero ambas cosas me llenan, cada una en un plano diferente. Creo que es necesario transmitir lo que es nuestra cultura, que la gente conozca la verdadera cara del flamenco, que no se quede con los tópicos. Creo que tenemos la responsabilidad los que nos dedicamos a estos de transmitírselo a cuantos tengamos alrededor, tengan la edad que tengan", destaca sobre su labor docente.

La artista flamenca se encuentra preocupada ante el futuro inmediato del mundo del espectáculo con el incremento de casos de coronavirus. Cree que el verano se ha podido salvar de una forma "relativamente amable", pero mira el futuro con una mayor preocupación. "Algunos locales al aire libre han sido un balón de oxígeno para el tejido artístico. Pero ahora lo que viene es el invierno y la situación se va a recrudecer", lamenta. 

Ella misma, en su faceta de artista, se ha visto afectada por la serie de cancelaciones que ha provocado la pandemia. Iba a estrenar su último espectáculo en mayo, pero se tuvo que cancelar y ahora pone la mirada en la primavera de 2021, dependiendo de cómo marche el virus. "Mi esperanza es que saquen una vacuna pronto, porque con aforos reducidos no es viable". 

Un septiembre más, la Escuela de Arte de Mónika Bellido echa a andar, con la ilusión de que en esta nueva realidad, sus alumnos puedan disfrutar igualmente del flamenco, y aunque sea en grupos más reducidos, su pasión les contagie.

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