La Levantá

Nobles artesanos y modestos artistas vinculados al mundo cofrade

  • Juan Francisco Palomo Morales

Nobles artesanos y modestos artistas vinculados al mundo cofrade

Nobles artesanos y modestos artistas vinculados al mundo cofrade / Archivo

Las salidas procesionales suponen un revulsivo económico para sectores directamente relacionados con el mundo cofrade. Las flores, la cera, las telas para las túnicas, las zapaterías que venden las esparteñas, los que se dedican a hacer los moldes de cartón para los capirotes, etc. Quien me conozca sabe que de ese texto que tenía preparado para 2020 no eran en su mayoría los mismos que tenía preparados para 2021 ni serán los mismos que, si María Santísima de La Palma quiere, contaré en la primavera de 2022.

En estos dos años de pandemia que venimos padeciendo como consecuencia del Covid-19, gastos como estos han supuesto una pérdida de ingresos muy significativos para todos estos negocios. Solo poner en la calle una procesión supone un considerable esfuerzo económico para las arcas de cualquier cofradía que van a engrosar el incremento de los recursos económicos en las empresas vinculadas a las cofradías.

Hay tres partidas que acrecientan las salidas de dinero en una procesión penitencial: el acompañamiento musical, el ornamento floral y la adquisición de la cera. Sufragar el primero supone más de la mitad de todo el presupuesto. En cuanto al exorno floral de los pasos, muchas de las flores que se utilizan hay que recurrir al mercado internacional para su adquisición, con lo cual nos podemos hacer una idea del coste de la misma. Una cifra muy similar es la que se destinará en la compra de la cera para los pasos y hermanos de luz.

No es todo. La suma y sigue comprende otras muchas partidas que van desde la contratación de los seguros necesarios, hasta los productos de limpieza, arreglo y mantenimiento de todos los enseres que tienen función en tan magno acontecimiento. Sin olvidarnos, por supuesto, de los estrenos que anualmente presenta cada cofradía.

Llegados a este punto, es de justicia hacer una alabanza a todos los profesionales que intervienen, enriqueciendo con sus exquisitas labores, en las estaciones de penitencia que conforman la Semana de Pasión de los pueblos y ciudades de nuestro país.

En el conjunto de obras de arte que componen un desfile procesional de Semana Santa, se establece una simbiosis perfecta entre las realizadas por los imagineros que han tallado las figuras de los Personajes que tomaron parte en el Singular Drama y las realizadas por los genuinos artistas que de un modo u otro colaboran con su oficio para enriquecer los ‘pasos’, dándoles más vistosidad y colorido.

Ahí están los especialistas policromadores de imágenes, talladas en madera, con el fin de darles más realismo a las dramáticas figuras de la Pasión, veneradas y contempladas con emoción por el pueblo sencillo.

Otros de estos semianónimos artistas, dedicados a la ornamentación, construyen los, a veces, espectaculares y refulgentes tronos o pasos en los que van colocadas las imágenes, transportadas a hombros o a costal de anónimos cargadores o costaleros, porque el caminar con la pesada carga sobre sus espaldas, con el paso lento, cadencioso y vacilante, dan un majestuoso empaque a la procesión.

A este grupo de artistas, a quienes nos venimos refiriendo, se encuentran las bordadoras/es poniendo con su primoroso trabajo la nota ornamental en las manos que lucen las Dolorosas, a los palios y estandartes de las cofradías, así como en los faldones de los pasos.

Los orfebres se encargan de cincelar las filigranas de cruces de guía, los esbeltos varales de los palios y sus respiraderos, como las varas de mando que llevan en los desfiles procesionales las autoridades y dirigentes de las cofradías, y el conjunto artístico y opulento de los faroles y candelabros que sirven de complemento a los pasos para colocar en ellos las velas litúrgicas que han de alumbrar a la imagen procesionada.

Los cereros aportan su destreza profesional, moldeando con gracia y esmero velas rizadas que irán colocadas en la candelería de la Virgen como tratando de iluminar el Camino sombrío de la amargura que Ella ha de recorrer.

Y el cantaor/a elemento indispensable en esta fiesta religiosa, que canta la saeta con tono lastimero en el silencio sobrecogedor del momento, desde el balcón o desde una esquina cualquiera, y cuya letra que, a veces, es un conjunto de versos rimados a base de << ripios >> emociona a quienes escuchan con el espíritu atento.

Son, en fin, todos estos personajes los que forman la gran cofradía de nobles artesanos y modestos artistas, algunos de ellos en un completo anonimato, pero que son parte muy importante de uno de los fuertes pilares de nuestra cultura.

Con este artículo les quiero rendir a las personas que forman estos gremios un sencillo, pero a la vez sentido homenaje por todas las adversidades que han pasado durante este periodo de recesión económica debido a la pavorosa pandemia que hemos sufrido y que sigue todavía latente entre nosotros, aunque gracias a Dios en menor medida.

Como resultado de este tiempo de inactividad procesional la crisis también ha dejado a las hermandades mermadas de ingresos y, a ellos, sin encargos. Las hermandades no han ingresado el dinero de las papeletas de sitio, ni han obtenido recursos extraordinarios y, en muchos casos, han sufrido el impago en las cuotas de hermano.

En los dos años que llevamos sin rendir culto externo a nuestras imágenes, el referido Sector cofrade lo ha afrontado, en algunos negocios más que en otros, sin apenas contratos que garantizasen su supervivencia empresarial y, como resultado de ello, se han producido inexorablemente bastantes pérdidas de puestos de trabajo en estos gremios que conforman el referido Sector. Una situación terriblemente complicada la sufrida por estos profesionales.

La Semana Santa de este año va a significar para todos ellos el comienzo de una lenta recuperación económica y empresarial, y así podrán con su arte único y autóctono conformado durante siglos, fortalecer y agrandar como venían haciéndolo la imagen y la categoría de la Semana Santa.