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"La periferia se ve muy poco desde Madrid"

Entrevista I Manuel Jabois, escritor y periodista

El gallego encara mayo y junio para terminar de escribir la nueva novela que sacará en octubre

"Hoy en día no tener ninguna etiqueta es tenerlas todas", afirma

Jabois se abre en San Roque a un diálogo sincero sobre sí mismo

Manuel Jabois, escritor y periodista gallego / VANESSA PÉREZ

Manuel Jabois (Sanxenxo, Pontevedra, 1978), escritor, periodista y madridista confeso, prepara una nueva novela de la que ofreció algunos detalles esta semana en su paso por el Aula de Literatura José Cadalso de San Roque, un lugar que visitó por primera vez. No olvida la mirada que forjó durante quince años como corresponsal de un periódico de provincia. Va con él, como esa persona sin nombre que coprotagoniza Mirafiori o como otros personajes de sus novelas, forjada en sus lecturas y en su propia vida. Por eso, entre otras cosas, reconoce que existe "muchísimo centralismo desde Madrid".

Pregunta.¿Cómo vivió el apagón una persona que no tiene WhatsApp?

Respuesta.No hombre, estoy hiperconectado, estoy demasiado conectado. Estoy leyendo un libro ahora que se llama El valor de la atención (Johann Hari), y con suerte me cambia la vida o con mala suerte me la hunde más. Tiene que ver con el desprendimiento de entretenimientos, de estímulos, de móviles, etc. Tengo un problema muy grave que es la adicción al teléfono móvil, que puede no ser grave cuando estoy consultando cosas que necesito consultar, cuando estoy en Spotify ocho horas escuchando música mientras hago otras cosas, o mientras creo, pero luego hay la consulta compulsiva de periódicos cada cinco o diez segundos como si me fuesen a dar algo nuevo cada rato, actualizo redes, chequeo mail, chequeo SMS, que yo tengo muchos... Es un problema.

P.¿Entonces?

R.Lo viví con un punto de mono. ¿Puedes hacer algo fuera del teléfono móvil? No, voy a leer chats viejos, que muchas veces lo hacemos hasta en los aviones. Es una tontería. Revisando, me escribió una mujer que estaba intentando averiguar cuándo habíamos hablado y encontré una conversación nuestra del 2013 en la que hablábamos de alguien en un contexto laboral, pero ya estábamos con una coña. Decía "la belleza está en el interior" y yo decía no, la belleza está en el exterior, en tus amigos. Pues esas mierdas solo las cogí y las apunté, y me dije mira esto está bien, lo dije hace doce años, pero se puede meter en un artículo o en una novela. Pero, sí, es una adicción real y dura.

P.Dejó el WhatsApp porque tenía demasiadas conversaciones de grandes parrafadas.

R.Soy una persona que escribe mucho mejor de lo que habla, entonces todo el ingenio que puedo tener escribiendo, incluso la rapidez, no la tengo hablando y me desesperaba mucho estar en conversación y de repente escribir cosas que a mí me gustaban mucho. Al final perdía mucho tiempo, perdía más tiempo que pierdo ahora. Ahora pierdo tiempo, pero no pierdo, yo con WhatsApp hubiera tenido que dejar el trabajo y dedicarme enteramente a mis grupos, a hablar con la gente y tal. Tenía muchísimos grupos. Ahora tengo dos.

P.Conclusión, el apagón no le pilló desconectado.

R.Grabando La cena de los idiotés (Hora 25, Cadena SER). Luego, cuando lo primero que se dijo es que había sido en toda Europa, lo que hice fue coger a mi chica y decirle, llena dos bolsas con alimentos, que en la nevera se van a estropear, porque había hecho una compra en su casa, y ropa y tal, y nos vamos al café-bar Varela, en Madrid, en la calle Preciados, que es de un amigo mío, Melquíades Álvarez, que es gallego. El principal problema al que nos enfrentamos era que no teníamos dinero, que es una lección. Decir, hostia, hay que tener algo en casa, pues no teníamos dinero. Y les dije, ahí se fía, y además tiene habitaciones y hay amigos, siempre hay amigos ahí.

P.Otros buscaron velas.

R.No compré nada. Fíjate, revisamos todos los pantalones de casa, para ver si aparecía alguna moneda, y tuvimos un presupuesto de 12 euros. Fui a varios chinos y al final me compré dos tabletas de chocolate con esos 10 euros.

"Escribir sin pudor me produce mucho placer y libertad"

P.Cuando presentó Mirafiori dijo que era un placer escribir sin pudor.

R.Es lo idóneo. La siguiente también está escrita sin pudor. Es la única forma de escribir. En mi caso la ficción significa poder escribir sin ningún tipo de pudor. Eso no significa que yo esté contando mi vida, sino que estoy contando cosas que no contaría nunca de otra manera. En lo que estoy escribiendo ahora, una abuela con el bebé, o con un niño que le está dando tal, y ve a la ventana y te dice, qué fácil sería tirarlo (sonríe). Y esas cosas no te atreves a decirlas, pero a veces dices, qué fácil sería tirarlo. Y luego ya el jaleo de qué pasó. Estas cosas no las vas a escribir en un periódico, ni nadie te las va a contar en una entrevista, pero pasan por tu puta cabeza. A mí me produce muchísimo placer, me produce muchísima libertad.

P.¿Se nota uno más vivo cuando ama o cuando procesa el desamor?

R.Creo que cuando procesa el desamor, porque se enfrenta a la decepción y generalmente creemos que la vida está llena de sobresaltos alegres y fantásticos. Realmente -mucha gente lo dice, yo afortunadamente no he tenido la oportunidad de decirlo nunca-, cuando estás enfermo te sientes más vivo que nunca porque hay algo que te quiere matar. Tu cuerpo está reaccionando a la vida. Por supuesto, la metáfora no sirve para el desamor, que Dios quiera que todas nuestras enfermedades sean desamores y no sean tumores, pero el desamor y el dolor que sufres creo que te hace sentir muy, muy, muy vivo.

P.Se ha reconocido como un escéptico y le calificaron como cipotudo ("que vive a caballo entre la taberna y la biblioteca") y anfibio.

R.Es que escribo tanto, que si tú coges el 15% soy cipotudo. Si coges el otro 15%, pues eres hasta fascista. Si coges el 15% soy un comunista proetarra. Ninguno de esos artículos se van ni al fascismo ni al tal, pero puedes hacerte un retrato que no es incompatible con todo lo demás que es. Depende.

P.A los periodistas nos dicen que lo mejor es que todos hablen mal de nosotros.

R.La mejor manera de andar por la vida escribiendo es no tener ninguna etiqueta. Y hoy en día no tener ninguna etiqueta significa tenerlas todas. Creo que las he tenido todas, y las tengo todas. Hablé en la radio y critiqué a todos los que decían qué bien, por fin una vida sin móvil. Me pareció una mierda de discurso. Alguien en algún momento asoció que ese discurso de happy flower era de izquierdas, como justificando al gobierno diciendo no pasa nada. Y de repente como viene gente diciendo me sorprende este comentario y tal. Estás como sorprendiendo todo el rato a la gente. Y eso es bueno porque todo el mundo tiene un prejuicio sobre ti que no sabes de dónde viene.

P.No todo el mundo es observado siempre.

R.De mí se hizo muy viral un artículo que escribí sobre los cánticos racistas a Vinicius en Mestalla, pero nadie leyó el artículo que hice sobre los cánticos racistas a Lamine Yamal en el Bernabéu. Dediqué el puto clásico a eso. Ese no se viralizó, pero yo no tengo la culpa de lo que se viraliza. Yo publico. Ojalá se viralizase todo. Sería buenísimo para mí. Pero yo lo cuelgo.

P.La etiqueta.

R.Yo soy supermadridista, pero para mí por encima de los colores están las personas y siempre voy a estar encima de cualquier hijo de puta que insulte a un jugador negro, esté jugando donde esté jugando. Y sacrifiqué la crónica de fútbol para hablar de lo que había ocurrido con estos chicos de 17 años en un estadio.

P.¿Nada como el papel o la pantalla va a acabar con él?

R.Vuelvo al ensayo de Hari, perdón por ser insistente, pero es cierto que es otra forma de leerlo. Lo estoy leyendo en digital y el otro día dije como se me vaya la batería vaya metáfora. Me concentro igual. La superficie es diferente, el tacto, pero es cierto que a la hora de leer periódicos, la hora de ordenar el mundo es mucho mejor el papel porque te bombardean con menos noticias, porque te ordena el mundo en estructuras página par, página impar, con columnas, una, dos, tres. En el digital vas bajando y bajando. Nunca llego al final, y tu cerebro no está para soportar tantas noticias. A veces no hay filtro. Estamos sobresaturados.

P.Nunca había venido aquí. ¿Qué pensó cuando le propusieron venir a San Roque?

R.Este es la última cosa que yo hago antes de presentar la nueva novela. Es que al final no me queda tiempo para nada. Intento ir a todo, no puedo ir a todo e intento decidir ir a sitios donde nunca he estado.

P.¿No ha hecho ninguna investigación antropológica de esta parte del Sur de España?

R.Quien la conoce mucho es mi amigo Nacho Carretero, que viene mucho aquí. Está haciendo muchos reportajes sobre lo que está ocurriendo en el Campo, en Algeciras, en Marbella... Hizo una serie que sale ahora en una segunda temporada, pero yo no. He venido y, por supuesto, he estado en otros lugares como Cádiz, El Puerto de Santa María y Zahara como turista.

Manuel Jabois posa en el recibidor del hotel de San Roque donde se hospedó en su visita. / VANESSA PÉREZ

P.Se ha declarado hijo del desarrollismo.

R.A vosotros os ha hecho mucha gracia porque lo dije hace mucho y está en Wikipedia. Pertenezco a una familia que alquilaba habitaciones en su casa y crecía en esas habitaciones. Yo era el nieto, y salía al baño y encontraba familias por el pasillo que iban al baño, el baño compartido y tal. Luego eso se convirtió en una casa, en un segundo piso que se alquilaba ya para separarnos de los turistas. Y luego en un hostal de una estrella, 20 habitaciones, que es el que está funcionando ahora.

P.Le quería llevar de nuevo a las etiquetas, porque esta comarca las tiene.

R.Es verdad que siempre estamos destacando lo noticiable. El día que lo noticiable no lo sea, habrá un problema. Las buenas acciones no ocupan tanto espacio como las malas, porque las malas no son tan representativas, tan comunes. Este sitio no va a pasar nunca de moda. Yo personalmente, vengo desde hace cuatro o cinco años dos semanas a tomar el sol y tal en la zona de Málaga, la última vez yo solo. Lo hago por el ambiente, la geografía y la temperatura, por supuesto.

P.¿Cómo se ven las periferias desde Madrid?

R.No se ven, casi diría que se ven poco y muy estereotipadas. Hay muchísimo centralismo. Llevo años dándome cuenta. Tienen hasta los poderes allí, una carga económica, social y política muy importante, y eso condiciona mucho. Cualquier otro periódico en una comunidad autónoma que esté basado, por ejemplo, en una ciudad, tipo Santiago, tipo Oviedo, no tiene tanto anclaje en esas ciudades como lo tiene para España.

P.¿El periodismo y la literatura hay que practicarlo como un outsider, como un forastero?

R.Hombre, eso es lo ideal. Lo que pasa es que todos presumimos de ser outsiders y al final estamos a patadas dentro de un sistema. Decía Trapiello una frase muy inteligente, que todos queremos ser Humphrey Bogart en las películas pero disfrutando de los placeres de Humphrey Bogart en la vida real. A mí me gusta ser observador. Yo no puedo decir en la vida que soy un outsider porque trabajo en la SER y en El País. O sea, me sonaría tan ridículo en mi boca decir que soy un outsider que sería de coña. Era outsider cuando estaba en el diario Pontevedra.

"El himno del Madrid no se hace para ganar nada"

P.Su prólogo en Irse a Madrid es una buena descripción del periodismo local.

R.Sí, yo veía una obra y decía, ya tengo aquí para una semana. Y miraba la hormigonera, que marca es... Esa novela está pendiente de escribir.

P.¿Escribió el himno del Real Madrid por pasión o por necesidad?

R.No, qué necesidad, tío. Yo no he ganado nada. Bueno, he ganado, te invitan a partidos... Yo soy madridista. Pero esas cosas nunca se pueden hacer por ganar nada, por dinero ni por nada. De hecho, no, no. Tú imagínate que yo le diga al Madrid, bueno, pues son... Espera, vamos a ver cuántos madridistas en el mundo querrían escribir estos versos. A ver, así cantantes famosos, letristas, compositores, me salen como dos millones. O sea, no, no. El sueño de tu vida, si eres un tipo de madridista de niño es que el estadio cante algo que tú has escrito y ya está. Nada, nada. Derechos entregados, no se cobra, por supuesto. Luego hay una cosa que legalmente en la SGAE se te da, pero que es una cosa absurda.

P.¿Su nueva novela tiene fecha de publicación?

R.Sí, la fecha la puedo decir. Será en otoño, octubre, pero está fatal toda la cosa. Tengo que escribirla casi toda. En dos meses. En mayo y en junio tiene que escribirse. Ahora tengo 14.000 palabras. Voy a fiarme de lo que me dijo mi primera editora, que la buena iba a ser la quinta. A lo mejor la buena es esta. Yo lo estoy haciendo todo lo mejor que puedo.

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