Puede que estén aguardando a la última semana para exhibirse en el sprint final o que los presupuestos de cada cual dan para lo que dan, pero la campaña de las elecciones municipales está teniendo en esta ocasión un perfil más bien bajo en el Campo de Gibraltar. Hay jornadas, como la de ayer, en las que no hubo convocatorias electorales, ya fueran mítines o ruedas de prensa en las que los candidatos se sometieran a las preguntas de los periodistas. Todo se redujo a comunicados de prensa con declaraciones previamente pasadas por la batidora, sin riesgo de atragantamiento. Y algunas con nocturnidad y alevosía. Si no fuera por las banderolas colocadas en las farolas de las principales avenidas y calles con las caras de los candidatos a alcalde, más pareciera que está en juego la Presidencia del Gobierno, con el habitual juego de frontón en los telediarios entre Pedro Sánchez y Núñez Feijóo.

En términos de participación, el resultado puede ser catastrófico de mantenerse esta tónica. Ya en 2019 rondó un triste 50% en el global de la comarca. ¿Es premeditada esta somnolencia colectiva? ¿A quién beneficia la desmovilización de los votantes? La ley d’Hont indica que cuanto más bajo sea el número de votos depositados en las urnas, mejor será para los partidos mayoritarios. Una pista: como subrayamos en este espacio, en el caso de Algeciras, ni PP ni PSOE habían presentado sus respectivos programas electorales pasados los primeros cinco días de campaña electoral.