Demasiadas maniobras para un debate

El equipo de Pedro Sánchez escogió a Atresmedia porque pensó que la presencia de Vox perjudicaba a PP y Ciudadanos

Los debates televisivos de candidatos en las campañas electorales deberían ser consustanciales al funcionamiento de las sociedades democráticas y mediáticas. Por eso, no se comprende que España aún no haya regulado por ley lo que, de otro modo, se convierte en un capricho en manos de los partidos. Y eso es lo que estamos viendo durante estos días. Más allá de si el debate debe ser un cara a cara entre los dos candidatos mejor situados o entre varios de ellos, lo que no se entiende es la postura errática del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, cuya dirección de campaña prefirió un debate en Atresmedia al propuesto por RTVE por la razón de que entendía que la presencia de Vox perjudicaba a los candidatos del PP y de Ciudadanos y ayudaba a polarizar la campaña entre derechas e izquierdas. RTVEactuó de modo correcto; no podía meter a Santiago Abascal en un programa, cuando Vox, de momento, sólo es un fenómeno demoscópico, sólo tiene un senador como único representante a nivel nacional. Atresmedia apostó por un formato mediáticamente más atractivo, con Vox, sin cronómetros y con oportunidad para las repreguntas, más acorde con lo que ocurre en Francia y en Estados Unidos. Una vez que la Junta Electoral Central suspendió el debate de Atresmedia, Sánchez optó por descolgarse e irse a la RTVE, donde supuestamente tendrá lugar un debate más encorsetado, una suerte de monólogo a cuatro con algunos lances. No obstante, los profesionales de RTVE ya han conducido algunos debates en esta campaña con notable éxito; al menos, mediáticamente, han sido atractivos. No se trata de elegir entre la compañía privada y la pública, sino que haya un debate. Al menos, uno. Podrían darse los dos, pero a consecuencia de la Semana Santa, tampoco quedan muchos días. Celebrar uno de ellos el lunes, en RTVE, y el siguiente, el martes, en Atresmedia, tampoco tiene mucho sentido. El caso es que en anteriores ocasiones estaba la posible solución: se encargaba a la Academia de la Televisión la realización del encuentro, que podía ser emitido por las privadas y todas las públicas que lo quisiesen. El equipo de Sánchez tendría que haber medido mejor su respuesta a RTVE y su confirmación a Atresmedia, cuando se sabía que la inclusión de Vox podría ser bastante problemática al carecer de representación y de no haber llegado al 5% del voto en las pasadas elecciones. Ahora, lo importante es que los cuatro partidos se vean obligados a llegar a un acuerdo. La no celebración del debate no puede ser la opción.

Raro es el día, la semana o el mes que no salga a relucir la violencia de género en cualquier lugar de nuestra querida España. También en la viña del Señor hay infinidad de frutos muy buenos y otros, muy poquitos, que son muy amargos. Ahí está el corazón podrido de hombres malvados, sin escrúpulos, que se abren paso hasta el rincón más íntimo de la vida de una mujer (que son bella flor y una fruta digna de saborear y apreciar) cuando ésta es inmadura y no ha aprendido a protegerse. Es cierto, queridos amigos, que la sociedad, a veces, suele tratarlas como víctimas olvidando que también son responsables. Todos los adultos lo somos de los resultados que cosechamos. Y, ¿por qué os digo esto? Verán. Resulta que durante una cena donde es lógico que haya mujeres y hombres salió a relucir el tema de la violencia de género y en ese momento me acordaba del cuento de Caperucita Roja cuando nos habla de una niña y su encuentro con el lobo feroz que, como todos sabemos, es sinónimo de los peligros que acechan en el mundo. Como soy consciente de lo importante que es asumir las riendas de la vida e integrar que las cosas no siempre son lo que parecen, de ahí la conveniencia de practicar el "enséñame la patita por debajo de la puerta". Por eso, tanto los hombres como las mujeres debemos aprender a cuidar de nosotros mismos. Todos contribuimos por acción y por omisión, asumir responsabilidades que conllevan no fiarnos de nadie, ni depositar nuestra confianza sin haber indagado y hacer preguntas hasta dar con la verdad. Los hombres y mujeres, al unísono, no deberían salir de casa sin haberse tomado un cuarto y mitad de dignidad. La inmadurez, la baja autoestima, suelen desembocar en relaciones peligrosas en la capacidad humana de la vida de la mujer y a veces también para sus hijos. Un hombre que secuestra a un niño es un ser sin escrúpulos ni entrañas y si es un bebé, esto lo convierte en aprendiz de Herodes. Pero un hombre no hace daño a un bebé porque sea hombre, lo hace porque su alma es malvada. Exactamente igual sucede con la mujer, ésta no es mejor por ser madre, ya que la maternidad, a veces es cierto que no conlleva el despertar de ninguna capacidad de amar, no pertenece al género sino al alma, lo mismo que la compasión, la empatía, etc. Entendemos como la madurez porque ha de servirnos para no relacionarnos con gentes indeseables y para no tener hijos con cualquiera. Pues un hombre machista, lo mismo que una mujer hembrista, suelen usar a los hijos como carne de cañón para castigar a la ex pareja sin importarles el daño que hacen a una criatura inocente. Porque secuestrar a un niño ni es una inocentada ni tiene perdón. Y es que los hombres a veces vamos, pues eso, disfrazados de lobos.

Francisco J. Carrillo Gómez

(Jerez)

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